DAEGU

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YoonGi se paseó por séptima vez en el día por el salón de JiMin, mirando desde lejos el asiento vacío de su exnovio, sintiéndose tan ajeno como el primer día en que llegó a Seúl.

El pálido llevaba una semana completa sin saber absolutamente nada de JiMin.

JungKook había rechazado cada una de sus llamadas, y lamentablemente YoonGi no tenía otra alternativa, sólo podía intentar llamarlo a él; TaeHyung lo había bloqueado, y llamar directamente a JiMin no era una opción prudente. Estaba tratando de darle su espacio, pero cada vez se hacía más difícil para él.

Lo extrañaba, no había porque mentir. Le hacía tanta falta caminar con él hacia la cafetería, discutir sobre cosas extrañas que JiMin decía de repente, o simplemente verlo siendo amable con sus amigos, mientras él los miraba con desconfianza.

YoonGi extrañaba incluso los pequeñas cosas, como el infaltable paquete de chicles en su bolsillo desde que inició su relación con JiMin, o despertar una hora antes sólo para esperarlo en la parada de autobús.

En menos de una semana, el pálido había vuelto a sentirse tan solo, como cuando salía de primaria y regresaba a casa sin ser recibido por nadie. YoonGi nunca se lo hizo saber a nadie, pero siendo un niño solía llorar antes de dormir, suplicando atención a cualquier ser celestial que pudiese escucharlo.

Diez años después aparece JiMin ofreciéndole más que atención, y YoonGi se sintió tan estúpido por no haber sabido como manejar sus emociones.

De solo pensar en el dolor que JiMin sentía por la mentira de sus padres, y por el sucio juego que en su momento apoyó, le hacía sentir una persona desagradable, y no creía que fuese justo para JiMin que alguien como él estuviese a su lado, pero lo extrañaba, realmente lo hacía, y lo único que deseaba ahora mismo era verle.

Sin embargo, a pesar del martirio, el pálido no se rindió, volvió a marcar el número de JungKook.

—¿Cuándo piensas detenerte?...

YoonGi se alejó de su oreja el teléfono cuando reconoció la voz detrás de él, giró su cuerpo encontrándose con el par de ojos marrones. —Necesito saber cómo está— dijo acercándose. —Es la única razón por la que te llamaría...

—¡Mal!— respondió. —¡¿Cómo esperas que esté con toda la mierda que le han hecho pasar?!

—JiMin necesita escucharme...

—Lo que JiMin necesita es que te alejes de él.

—No, no puedes hablar por él.

—Nadie lo está haciendo, sólo observa por ti mismo, JiMin no quiere salir de casa, no quiere regresar a la Academia por tu culpa y la de ese idiota.

—Pero... puede perder el año...

—TaeHyung nunca permitiría eso. Mi primo se encargó de buscar una excusa para JiMin, consiguió todas sus clases perdidas e incluso está haciendo sus portafolios sin que JiMin sepa—. JungKook lo miró con recelo. —Odio que mi primo nunca haya tenido una oportunidad con JiMin, y tú sí, cuando no te acercas ni a la mitad de lo que es él.

—No voy a perder mi tiempo discutiendo contigo.

—Entonces deja de llamarme y limítate a alejarte.

—Tú no vas a venir a decirme que hacer— frunció el ceño. —No voy a alejarme de JiMin.

—Si en verdad dices quererlo, deberías...— JungKook cortó aún más la distancia entre ambos. —¿Qué a caso no entiendes que JiMin no quiere volver a verte?, lo único que haces insistiendo es lastimarlo más, JiMin nunca faltaría a sus clases de baile y mira lo que le has hecho hacer, le has arruinado la vida, y aún así, ¿tienes el descaro de preguntar cómo está?—. Las palabras de JungKook tocaron el corazón de YoonGi. —Puede que TaeHyung haya sido bueno al no romperte las costillas, pero yo no soy él, y si intentas acercarte de nuevo a JiMin...

GAME OVER_[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora