Desilusión

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El sol estaba por ocultarse, y debido a eso el cielo reflejaba un hermoso color naranja. En medio de ese paisaje JiMin y su novio tomaron camino al departamento del menor para buscar a TaeHyung, quien no había aparecido en todo el día. En un principio el menor hizo un esfuerzo por mantenerse tranquilo, pero conforme iba pasando el tiempo perdió la calma y ahora no sabía qué hacer.

YoonGi trató de mostrar interés y animarlo. No era el mejor haciéndolo, pero se esforzó para verse creíble, después de todo al pálido le importaba poco lo que hiciera TaeHyung.

El castaño suspiró cansado antes de hablar. —Soy tan tonto... debí quedarme con él.

—Ya no te culpes JiMin, dime una cosa ¿qué fue exactamente lo último que hablaron? —preguntó el mayor.

—Yo... —JiMin no podía decirle que discutieron por él. No quería que YoonGi pensara mal de su amigo. —Preferiría no hablar de eso.

—Bien —respondió cortante. Fuera de cualquiera actuación al pálido en serio le molestaba que JiMin no le contase todo, sobre todo si era algo importante, y el castaño era tan obvio que era imposible no fijarse cuando lo hacía.

—No te enojes —habló el menor, tampoco era difícil notar cuando el pálido se molestaba. —Sólo no quiero recordarlo, me hace sentir peor—. No obtuvo una respuesta, por lo que JiMin se acercó y lo abrazó por la espalda pidiendo su comprensión, el menor sonrió cuando vio a YoonGi sonreír también.

Tardaron unos cuantos minutos en llegar al departamento, cuando entraron la dueña del lugar los saludó alegremente, pero se impresionó de ver a YoonGi en lugar del rizado que siempre regresaba con el bajito, sobre todo por la mano del pálido en la cintura de JiMin, sin embargo decidió simplemente ignorarlo.

El castaño abrió la puerta con nerviosismo, deseando encontrarse con el rostro de su mejor amigo, pero contrario a eso, sólo encontró un departamento vacío, oscuro y silencioso. El menor era tan sensible que inevitablemente tuvo ganas de llorar de pura impotencia. 

—No te desanimes —dijo al verle afligido. —Aún es temprano, puede que venga en camino —habló el pelinegro acercándose a él.

—¡Quiero golpearlo! —gritó el castaño. —¡Cuando lo vea me las va pagar por ser tan estúpido!

De pronto la puerta principal se abrió inesperadamente, y ambos reconocieron la risa que se escuchó. Giraron sus rostros encontrándose no sólo con el rizado sino también con HoSeok, quien al verlos dejó de reír.

—¡JiMinie! —pronunció alegre TaeHyung. Se sintió conmovido de ser recibido con un abrazo, pues el menor al verlo olvidó su enojo y se concentró en aquella paz que sintió al tenerlo de nuevo en casa. TaeHyung plantó un pequeño beso en su cabeza tomando coraje para hacer lo que tenía planeado.

En cambio YoonGi no apartó la vista de aquel inoportuno pelirrojo. HoSeok sintió la mirada de su amigo sobre él, pero éste evitó conectar sus miradas para evitar cualquier conflicto. El pálido se preguntó qué demonios hacía ahí, y sobre todo que hacía al lado de TaeHyung.

—Me tenías tan preocupado. Yo... no sabía ni que hacer —habló el castaño. —Perdoname si te hice sentir mal, ya no quiero que te enojes conmigo... —suplicó. El rizado lo miró con una sonrisa antes de callarlo.

—No digas eso, aquí quien tiene que disculparse soy yo por haber actuado como un idiota. No quise preocuparte tampoco, pero me encontré con HoSeok y necesitaba algo de ayuda. Tomé tu consejo Minie, le ayudé y fui amistoso.

—¿HoSeok hyung?... —preguntó admirado de ver al lindo pelirrojo en su departamento. —¡Hyung! —volvió a exclamar alegre yendo a abrazarlo también.

GAME OVER_[YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora