Capítulo 75

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Después de varias noches de sexo duro y hambriento, esta noche Jin se ha tomado el tiempo para hacerle el amor a Tae suave y dulcemente. Su objetivo ya no es saciarse por la abstinencia de él durante tantos años, ahora lo único que desea es amarlo con devoción.

Jin contempla el rostro de Tae mientras pasea su pulgar por su ceja izquierda una y otra vez.

–¿en qué piensas?

–en lo malditamente afortunado que soy de tenerte todo para mí. Pensé que nunca te volvería a ver. Me había resignado a pensar que no me amabas y que a pesar de ello yo te amaba como un desquiciado. Pensaba con amargura que así me destrozaras siempre te seguiría amando. Siempre amaría tu bella sonrisa, lo mimado que fuiste en mis brazos, el saber que en lugar de ser el irreverente chico que deseabas mostrar en realidad eras un consentido, una hermosa ternura que se derretía en mis brazos.

–¿por eso te encanta llamarme bebé?

–en parte, también me encanta llamarte así porque también te encanta a ti y te derrites más cuando lo hago. Bebé.

–si me encanta, tanto como a ti te gusta que te llame Daddy.

–a ambos nos gusta bebé.

–y ¿Qué estás esperando para azotarme esta noche Daddy?

–hoy no será bebé, hoy quiero saborear cada parte de ti de manera lenta y tortuosa. De manera que ruegues por más.

–eso suena prometedor.

Jin y Tae sonríen complacidos. El mayor se inclina para besar su nariz y hacer un camino lento de besos por todo su rostro. Luego se recrea en sus labios, mordiendo y chupando repetidamente hasta dejarlos hinchados, ardiendo y muy rojos. Su lengua delinea su contorno buscando entrada a su cavidad para jugar con su compañera. Se saludan alegremente mientras se enredan rítmicamente acelerando el pulso, el calor y la respiración de ambos.

Jin baja delineando con su lengua la línea de su mandíbula hasta llegar a su cuello, donde se queda un buen tiempo mientras sus manos buscan llegar a las tetillas ya endurecidas de Tae, quien siente que su mente comienza a colapsar por la forma dedicada y devota en la que Jin lo está tomando.

–Jinnnn...amor...ummmm...

Jin sigue aprovechándose de su cuello expuesto tomándose su tiempo para disfrutar de Tae. Comienza a desabotonar su camisa porque ya no quiere jugar con sus dedos sino con su lengua alrededor de los botoncitos ya dispuestamente duros y sensibles para él. Los rodea una y otra vez regando su saliva caliente en su aureola rosada. Su piel sensible reacciona enviándole escalofríos de placer por todo el cuerpo, haciéndole gemir y endurecer su miembro.

–aaaaaah Jinnie. Eres tan bueno amor.

–no mi amor, tu eres delicioso.

–ummmmmmm....no pares.

Jin cambia de pezón, continuando sus lamidas, chupetones y mordidas dejando su pecho muy marcado. Va bajando por todo su vientre lamiendo, chupando y dando pequeños mordisquitos. Da unos ligeros círculos con su lengua alrededor del ombligo logrando que Tae se arquee y enrede sus dedos en su cabello. Luego lo desabotona, le baja el cierre del pantalón para despojarlo de este. Al ver su crecido bulto le da un beso dulce por encima del bóxer y Tae solo puede sonreír complacido porque Jin se ha tomado en serio en tomarlo como si fuera virgen.

Cuando Jin lo ve sonreír también sonríe y entierra su rostro en su entrepierna aspirando su olor, enviando olas de felicidad cuando lo siente expirar contra su parte intima. Jin mordisquea suavemente su miembro por encima de la tela llevándolo a gemir audiblemente.

–Jiiiiinnnn, por favor amor.

–estoy embriagado por tu belleza Tae. Déjame tomarte lento disfrutando cada centímetro y cada parte de ti.

Tae lo mira embelesado con el corazón derretido y a punto de explotar en su pecho. Jin comienza a tomar el elástico del bóxer para bajarlo lentamente exponiendo el glande rosa y la extensión de Tae.

–Tan hermoso. Tan mío.

Tae cierra sus ojos de placer por el efecto de sus palabras y puede sentir como Jin ha tomado su pene en sus manos empezando a bombearlo. Se agarra de las sabanas para intentar soportar el intenso placer. Luego puede sentir sus gruesos labios junto con su lengua jugar con su glande y sus movimientos son tan devotos y delicados que Tae piensa que puede venirse en cualquier momento. El solo hecho de saberse amado con tanta devoción está acabando con toda su cordura.

–Jinnnn....aaaaaaaaaaaammmmph...me voy a.....ummmmmmm.....aaaaaaaaaah.

Tae se viene antes de lo esperado y se siente algo avergonzado por no haber durado. Jin se deleita con sus efectos en el menor.

–Es....es tu culpa por chupármela tan bien. Me estas volviendo loco amor.

–si nos vamos a eso, tú tienes la culpa por ser tan jodidamente hermoso y hacer que te amé como un loco, tanto que aun mi propia vida te pertenece. Por ello no puedo evitar adorarte mientras tomo lo que es mío.

–siiiiii, ummmm...amor tan tuyo. Me encanta saber que te pertenezco y que eres mío. Solo mío Jinnie.

–si bebé, solo tuyo.

Jin continúa su viaje de besos por sus caderas, la parte interna en la terminación de sus piernas, sus muslos mientras juega con sus dedos torturando el agujero rosado de Tae, quien se retuerce en jadeos aferrado a las sabanas y a un brazo de Jin que sujeta una de sus caderas mientras lo embiste con sus dedos.

Finalmente Jin alinea su glande a la entrada más que lista de Tae y comienza a ingresar lentamente solo dejando entrar el glande y volviendo a salir, haciéndolo en repetidas ocasiones.

–uuuuuuuummmm, por favor Jinnie.

–¿por favor que bebé?

–por favor entra totalmente en mí. Te necesito.

–mi bebé como siempre de ansioso por Daddy.

–ummmmmmmm, si solo de ti amor. Cuando estas dentro de mí me siento tan lleno de ti, tan conectado a ti amor. Te siento tan mío y me siento tan tuyo.

–lo somos, nos pertenecemos el uno al otro.

–te amo Jinnie.

–Te amo bebé.

Una vez dicho eso Jin entra por entero de manera lenta, entrando y saliendo de la misma forma mientras que con una de sus manos juega con sus tetillas.

–más rápido por favor Jin, me estas matando. Ummmmm...

Sin embargo, Jin sigue embistiéndolo lento mientras observa cómo se deshace Tae bajo su cuerpo que entra y sale de él amándolo con ternura. Tae siente que está siendo torturado de deseo, abre sus ojos para encontrar los de Jin que parece que estuviera esperando que hiciera aquello porque le sonríe cálidamente y se queda fijo en ellos. Lo jala hacia arriba para besarlo dulcemente mientras continúan mirándose y siguen con el vaivén lento de caderas. Ante cada movimiento lento ambos se dan cuenta de lo mucho que se aman. Jin lo sienta a horcajadas sobre si, Tae enreda sus brazos alrededor del cuello de Jin y siguen amándose lenta y devotamente, sintiendo la respiración, la calidez de sus cuerpos, el latir fuerte y el sonido de sus besos y pieles chocando.

GOOD BOY JINTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora