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Los días siguientes fueron muy difíciles por Agustin y Carolina, el no quería hablar con nadie. Solo llamaba de Ruggero y Maxi de vez en cuando pero de resto, quería estar solo.

Para Carolina era lo mismo, ni lo había dicho a sus padres pero todos sus amigos ya lo sabían. Y ni quería pensar lo que la prensa iba a decir. Se dejó caer en la cama, últimamente hacía solo eso : dejarse caer en la cama y dormir. Pero últimamente, su vecino de cuarto, Manu, venía a hablar con ella al menos una vez al día. Y la verdad es que se sentía bien tener a alguien con quien hablar. Por que sabía que si iba a hablar de sus "problemas" con sus amigas, ellas le hablarían de Agustin y no quería.

Entonces, hablaba con Manu, además el no parecía saber que ella era la conocida Carolina Kopelioff. La trataba como alguien normal. Lo que pasaba es que a Manu le gustaba mucho Carolina, la había visto en los pasillos y sus ojos le llamaron la atención. Le pareció muy hermosa.

Entonces no podía faltar la vez en que Manu tocaba la puerta de Carolina para proponerle una salida o que comen juntos. Aunque los primeros días, Carolina no lo aceptaba porque solo quería estar sola, ahora se sentía bien teniendo una compañía.

—Hola Caro.—dijo Manu, tímido al ver Carolina.

—Hola Manu. ¿Que haremos hoy?—pregunto Carolina animada.

—Te voy a proponer tres cosas, una salida al parque, una salida al centro comercial o una salida al museo.

Carolina hizo como si pensaba.—Mira, necesito comprar cositas entonces vamos al centro comercial.—Fue a buscar su bolsa—Mañana vamos al museo.

—Perfecto.—sonrió y salieron los dos rumbo al centro comercial.

(...)

—Hola Maxi.—dijo Agustin, seguía tan triste que su tono de voz era súper bajo. Maxi ya se había acostumbrado a eso.—Rugge... Pasen.

Los dos amigos del morocho entraron y se sentaron en el sillón. Se sentía verdaderamente mal y a ellos les costaba ver a su amigo así.

—Dale Agus.—dijo Maxi tomando a Agustin por los hombros—No puedes seguir así.

Ruggero asintió y Agustin seguía con la mirada al suelo.

—Ella no me habla, lo único que sé de ella son las fotos y historias que sube en instagram.

Ruggero se tensó—Amigo, no hay solo eso.

Agustin dejó su mirada sobre el italiano, esperando que continúe.

—Me dijiste que tenga un ojo sobre Carolina y así lo hice. Ella está pasando bastante tiempo con un chico que no logré entender quien era.

Agustin se levantó y frotó su cara.

—Pero mira, no lo vi siendo malo ni nada. Tranquilo. Quizás es un familiar...

—¿Pienses que puede ser el?—pregunto y Ruggero entendió a que se refería.

—No, no lo es.—dijo seguro—No estaría tan tranquilo si fuese el.

Agustin tomó el sobre donde estaban todavía las fotos.

—Miren.—lo lanzó sobre la mesita que estaba frente al sillón—Alguien hizo esas fotos y las dio a Carolina.

Maxi tomó el sobre y con Ruggero miraron las fotos.

—Pero hermano... eso es justo frente a esta ventana.—señaló la ventana principal del salón y Agustin recordó algo.

Levantó la mirada y se dio cuenta que en el departamento frente a él, había un hombre que miraba desde su ventana el salón de su departamento.

Se levantó rápido pero cuando llegó para ver mejor de quien se trataba, el hombre ya no estaba ahí.

Agustin buscó su chaqueta y salió del departamento seguido por Ruggero y Maxi.

Corrieron hasta llegar a la puerta del individuo que estaba observando Agustin el otro día. Tocaron el timbre tantas veces que todo el pasillo lo escucho.

Ninguna respuesta.

Una señora salió de su departamento y vio a los tres chicos desesperados.

—Perdonen, pero no van a recibir ninguna respuesta.—dijo la señora acercándose—Ese hombre salió del departamento hace un poquito más de una semana.

Agustin se acercó a ella—¿Como se llamaba?

—No sé. El era muy discreto y la mayoría de las veces salía vestido todo de negro y con capucha.

Agustin suspiró. Era el.

—¿No sabe donde fue?—preguntó ahora Ruggero.

—No, como les dije. El no hablaba con nadie y se quedó acá ni un mes.

Todo tenía sentido para Agustin, ese era el hombre pero ahora no había ninguna pista de el.

—Bueno, muchas gracias señora.—dijo Maxi con una sonrisa.

Y la señora volvió a su departamento.

Al llegar de nuevo al departamento de Agustin, los tres entendieron todo. Ahora que Carolina se había ido, el hombre también. Podía estar en cualquier lado cerca de Carolina y sólo de pensar eso, Agustin se tensaba.

Maxi tenía el sobre en las manos cuando sintió algo raro. Tocó una y otra vez un rincón del sobre cuando por fin logró entender que estaba ahí.

—Miren esto.—dijo Maxi cuando sacó el coso que estaba agarrado al sobre.

—¿Que es esto?—dijo integrado Ruggero.

—Es un micrófono.—dijo seguro Agustin—no puede ser... seguro que el sabe dónde está Carolina.

Maxi rompió el micrófono y lo tiro a la basura.

—Amigo, esto parece una película.—exclamó Ruggero serio.

Y si, parecía una película.

(...)

—Este me encanta.—exclamó Carolina mostrando un cuaderno a Manu y el sonrió al ver la chica animada.

—Que lindo verte sonriendo.—ella sonrojó cuando el chico le tocó el brazo.

—Gracias.—dijo y volvió su vista a los cuadernos.

La verdad es que se sentía bien al lado de Manu, no sentía más esa mirada pesada cuando el estaba cerca de ella.

Se sentía bien.

—Bueno, llevaré este.—al ir pagar, Carolina se detuvo cuando escucho la voz de Agustin junto a la de Maxi. Esa música que había escrito a su lado estaba sonando en la tienda.

—¿Vamos?—preguntó Manu al ver como la chica no reaccionaba y se quedaba parada en el lugar. Tanto tiempo sin escuchar su voz... le provocó una sensación rara. No sabía que pensar.

Por fin después de unos segundos reaccionó.

—Si, perdón. Estaba distraída.—hizo una mueca.

Era normal, ese chico con la voz perfecta que estaba escuchando, ese chico era tan importante para ella. Ella misma sabía y sentía que el era el amor de su vida.

Sam🌸

Carolina (1T) | Aguslina [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora