Capítulo 33

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Narrado por Carlota a 8 de Octubre de 2016:


   -Alba, te prometo que mañana te llevaré a ver a Adolfito, hoy no puedo que tengo que ir a ver a Marco y a Abril-.

Ella parece no entenderlo y sigue de morros dándome a entender de qué está muy cabreada.

   -Alba...-Intento contenerme y desenfadarla pero me detengo en seco, claramente nada va a hacer que la cabezuda de mi hermana pequeña cambie de opinión.

Ella acaba por salir de mi habitación dando un portazo y le pego un chillido.
Lo que me faltaba era que mi madre se enterase y viniera a conciliar la paz dándole la razón a mi hermana y con ese portazo estaba claro que ella se había enterado. Mi hermana y sus trucos fantásticos es complicada de llevar.
Agudizo el oído y espero escuchar a mi madre riñendo a mi hermana y, luego de ella lloriquearle, intentando calmar su enfado pero por lo contrario no escucho nada de eso.
La alarma de mi teléfono suena y me distraigo lo suficiente como para dejar el miedo a un lado y empezar a prepararme.

A los dos minutos recibo un mensaje de Marco que dice "Recuerda que hemos quedado a las cinco, Abril no está todavía pero llegará pronto, espero". Escucho un nuevo portazo pero no distingo de donde viene y supongo que será mi hermana intentando llamar la atención de mi madre.
Me pongo la chaqueta esperando no ser cazada y me dispongo a salir cuando escucho un grito. Es mi madre pero no he entendido lo que ha dicho.
Salgo a toda prisa, miro a los dos lados y veo a Alba en frente de la puerta de la habitación de nuestros padres. Esta totalmente quieta y, al escuchar un ruido que viene de dentro, se pone las manos en la cara.
Corro hacia ella y la tapo. Me pongo entre ella y la puerta y pego un chillido que frena la discusión.
Nuestra madre sale al pasillo y papá se queda detrás de ella.
El silencio irrumpe en la sala y no parece tener intención de irse, así que decido echarlo yo:

   -Ni Alba ni yo nos merecemos que estéis aquí gritandoos, peleando o discutiendo si quiera. Si tenéis problemas arregladlos sin tener que meternos por medio-.

Mi padre va a decir algo pero yo, con toda la seriedad, lo vuelvo a interrumpir:

   -Me voy a casa de Marco y me llevo a Alba-.

Cojo a mi hermana en brazos y salimos de allí por patas. Paso miedo en las escaleras, de lo deprisa que voy y, al llegar al portal, bajo al suelo a Alba.
No sé qué decirle ni cómo actuar pero no quiero que se preocupe, me la he llevado de ahí para que eso no pasase y no me gustaría liarla yo sola.

   -¿Quieres que vayamos a comprar chuches?-.

Mi hermana me mira todavía con terror en los ojos pero asiente y nos ponemos en marcha.
No hablamos durante todo el camino, la verdad es que no sé cómo abordar el tema con mi hermana.
Al llegar al veinticuatro rezo para que este Amanda y me saque una sonrisa.
Escucho a mi hermana gritar su nombre y echarse a correr hacia ella. Amanda ya la tiene en brazos cuando me quiero dar cuenta y se están despeinado la una a la otra.
¡Qué paciencia!

Ella baja a mi hermana al suelo después de unos minutos y me mira con una sonrisa.
Tiene una sonrisa muy bonita.
Alba desaparece por el pasillo de las chuches y yo me acerco a ella.
Me pregunta que tal estoy y, por un momento, me apetece decirle todo lo que me atormenta la cabeza y echarme a llorar como una niña pequeña pero me abstengo.

   -Bien-.

Ella no parece mi falsa sonrisa pero Alba me llama y me escapo. Camino despacio para liberarme de la tensión y cuando la veo con las manos llenas de chuches me pregunto si tendré suficiente dinero.

   -Espera Alba que no sé si tendré dinero suficiente-.

Balbucear y buscar dinero en mi monedero es algo que no se me da del todo bien y acabo por tirarlo al suelo. Me apresuro a recogerlo todo avergonzada y vigilo si alguien me ha visto antes de ponerme a buscar de nuevo. Saco un par de monedas de la cartera y hago un cálculo por lo alto de lo que tiene mi hermana encima.
No llega.

   -Alba tienes que dejar el huevo, no llega para todo- Le intento explicar pero se vuelve a enfurruñar y tengo ganas de ahorcarla.

Pero Amanda se mete para zanjar la situación y le dice a Alba que se lo regala ella. Mi hermana le da las gracias educadamente y la abraza de nuevo.
Me siento forzada a sonreirle de nuevo, aunque sé que esta un poco quemada por haberla dejado con la palabra en la boca. Me cobra y empiezo a dar pasos ajigantados para llegar a casa de Marco y Abril cuanto antes.
Ya llegamos tarde.

Marco me abre la puerta y engancho a mi hermana por el brazo antes de que se vaya corriendo a la televisión:

   -Te encierras en mi habitación y juegas-.

Asiente y la veo correr hasta ella. Marco me hace una seña para que pase al salón, debe de estar allí Abril pero cual es mi sorpresa cuando veo a su novio también.
Miro a Marco que me devuelve una mirada de asco y abro los ojos para intentar frenarle con mi expresividad.
Les saludo y me siento.

   -Bueno, yo hoy venía a hablar con mi amiga, no con su novio- Le dejo caer a él.

Abril va a contestarme pero él le agarra las manos con fuerza para hacerla callar y así poder hacerlo él:

   -Creo que lo que le tengas que decir se lo puedes decir conmigo delante-.

Abril asiente para reafirmar la posición de su novio y yo me cabreo.

   -Abril, queremos hablar contigo, no con él-.

Me dirijo a ella y, una punzada me atraviesa el corazón cuando, escucho a su novio responderme.
Miro a Marco que me agarra la mano para darme fuerzas pero cuando me giro para ver a Abril ella no deja de rascarse las muñecas nerviosa. Veo entonces un morado en su brazo y me levanto para ir a verlo de cerca.
El chico se pone en medio de ella y yo.

   -No necesitas acercarte más-.

   -¿De qué es el moratón que tiene en el brazo?-.

Le grito en la cara pero, aún así, él no me contesta y me espero lo peor.
Marco se ha puesto de pie y escucho a Abril que me contesta con un susurro:

   -Me caí-.

No es verdad, me esta mintiendo. Un nudo se me forma en la garganta y los ojos se me llenan de lágrimas.
Una ira me empieza a quemar por dentro, por eso intento retroceder, y logro apartarme de él porque sé que voy a perder el control.
Miro a Marco pero él si llega a perderlo y se tira encima de ese gilipollas.

Abril y yo chillamos intentando soltarlos hasta que recibo un golpe en el labio y caigo al suelo.
Marco frena en seco y corre hacia mí.
Me pone una mano en la cara y aprieta. Pongo una terrible mueca de dolor y Abril se tira a mi lado.
 
   -Nos vamos-.

El tono de sus palabras hacia ella es de desprecio pero Marco me impide que le mire y le grite, así que acabo por pedirle a Abril que no vaya.
Abril esta llorando pero aún sí, decide seguirle y se va.
Miro a Marco y rompo a llorar.

Esto me supera más de lo que pensaba.

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