Capítulo 48

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Narrado por Amanda a 28 de Octubre de 2016:


Camino de un lado a otro mientras observo a la madre de Carlota sentada en esa silla azul, con un pañuelo mojado por sus lágrimas y con su marido agarrándole la mano.
Un médico sale y los llama.
Yo me giro para observar a Abril y a Marco que también se han levantado para acercarse cuando Marta rompe a llorar desconsoladamente.
Ellos corren hacia ella y su marido la abraza fuertemente, parece que sus piernas están a punto de quebrarse.

Ni siquiera puedo moverme aunque lo intente con fuerza.
Ella me mira con los ojos llenos de lágrimas y las mejillas mojadas y camina hacia mí.

   -Lo siento Amanda, Carlota no ha podido con la operación-.

Lloro de impotencia y me echo a correr por los pasillos, no dejo de correr hasta que la veo.
Tras una cristalera enorme veo a Carlota, esta tumbada y acompañada de muchas personas vestidas con ropas azules.
Entro y todos me intentan impedir el paso pero logro llegar hasta ella.

   -Carlota mi amor-.

Esta totalmente inmóvil y veo como un señor desenchufa la máquina que está junto a ella pero la vuelvo a enchufar.

   -Respira Carlota, respira- Le pido.

Unos señores de negro me sacan arrastras de la habitación pero consigo ver como Carlota se pone de pie y me grita pidiendo axulio.

   -La están matando-.

Forcejeo con los guardias que me arrastran con fuerza pero es inútil.

Abro los ojos desorientada y con la respiración agitada. Todo da vueltas en la habitación pero me doy cuenta que es mi habitación.
Cojo el móvil con rapidez y veo un mensaje de Carlota que me desea los buenos días.
Respiro hondo y me tranquilizo de inmediato.
Le mando un mensaje de buenos días yo también y me levanto para irme a desayunar. Agarro leche, cereales y una manzana y me siento.
Pelo la manzana y me la como en gajos aderezada con canela. Me preparo un buen tazón de leche y lo caliento en el microondas.
Mi móvil suena y leo el mensaje de Carlota: "Podemos ir a dar un paseo y luego comer con Abril y Marco".
¿Con Abril y Marco? Comer con sus mejores amigos por primera vez no es que me entusiasme pero creo que el paseo no será posible con lo cual debería ceder en algo.
Saco la leche pensativa y me vuelvo a sentar. Echo dos puñados de cereales y dejo que se ablanden mientras le contesto a Carlota: "Esta bien, la comida hecho pero tengo que ir a ver a mi madre así que aplazamos el paseo a después". Comienzo a comer el bol de leche con cereales y pienso en lo complicado de una comida con los mejores amigos de Carlota.
A Abril la conozco y, aunque es razonable, no le caigo del todo bien y a Marco... Carlota lo define como el hombre más pacífico del universo pero, aún así, podría hacer algo que no le gustase y cagarla.
Un nuevo mensaje de Carlota con caras llorando llama mi atención pero suelto el móvil de inmediato. No me apetece mucho contestar a eso.
Termino de desayunar y friego el tazón.
Vuelvo a mi habitación y me visto con una sudadera con borreguillo y unas mallas térmicas de mi hermana. Bueno, ahora tecnicamente son mías, puesto que se las robé y no las echó en falta.
Me equipo con los auriculares y una chaqueta y salgo de la casa.
Camino hasta la parada del bus y espero pacientemente al mío que tarda al menos veinte minutos. La mala suerte debe de ser de serie, supongo.
Me subo a él y me siento atrás del todo. Como siempre va medio vacío y me sumo en las calles que pasan a toda velocidad hasta llegar a mi destino.
Ando unos minutos hasta la puerta del edificio donde ahora reside mi madre y entro. Voy con paso ligero a la habitación de mi madre y llamo antes de entrar.
Alberto me mira sorprendido y mi madre corre a abrazarme. Cuando acaba, me acerco y le doy dos besos a su amigo.

   -Hija ¡qué sorpresa más grata!-.

Mi madre tiene una sonrisa de oreja a oreja y mira orgullosa a Alberto.
Me separo un poco de él y le pido a mi madre quedarnos a solas.
Su amigo sale por la puerta cumpliendo mis deseos y me siento junto a ella en una pequeña mesa de escritorio.

   -¿Y qué te ha traído esta vez? Y no me digas que solo vienes a verme. Una madre lo sabe todo-.

Sonrío tontamente y le cuento la pesadilla que he tenido.

   -Así que van a operar a Carlota- Musita.

Asiento y ella resopla.

   -Esto de las enfermedades es una mierda-.

Que razón tienes mamá.

   -Mamá tengo miedo-.

Ella me agarra y me arrastra hasta sus brazos. No puedo aguantarme más y me echo a llorar sobre el hombro de mi madre. Ella me aprieta con delicadeza y me quedo allí hasta que mi móvil suena.
Lo miro para cerciorarme de que es Carlota y mi madre me pide que lo coja.

   -Am ¿Cómo vas?-.

¿Am? ¿Pero qué nombre es ese?

   -Estoy con mi madre-.

Soy un poco seca con mi respuesta pero no lo disimulo.

   -Marco y Abril se caen de la comida, tienen cosas de clase ¿Te apetece comer conmigo o te quedas con tu madre?-.

Mi madre me hace gestos para que le diga que comeré con ella pero hago justo lo contrario.

   -Bueno, pues avisame cuando acabes, así nos vemos-.

Me despido de ella y miro a mi madre buscando su reacción.

   -Huir no te va a salvar de seguir enamorada-.

Su tono de dureza, duele.
Me giro en la silla para dejar de mirarla pero ella me recoge la barbilla con sus manos y me gira la cara hacia la suya.

   -Aprovecha el tiempo que tenéis, no te arrepientas luego de no haberlo hecho-.

Cierro los ojos y derramo una lagrima de impotencia que mi madre limpia con sus manos.

   -Llámala, si quieres comer aquí de verdad y no era una excusa, podéis hacerlo juntas-.

Asiento y me levanto para llamarla.
Camino de un lado para otro hasta que lo coge, su voz parece sorprendida.

   -¿Por qué no vienes a comer con mi madre y conmigo? Es lo justo-.

Ella me contesta afirmativamente muy ilusionada y le doy la dirección antes de despedirme.
Miro a mi madre feliz y ella me devuelve la sonrisa.

   -Puedes invitar a Alberto también-.

Sé que se moría de ganas de preguntármelo así que cedo antes de que sea ella quien me pregunte.
Mamá se pone en pie y me pide que la acompañe. Caminamos por los pasillos hasta que llegamos a la habitación de este y mi madre entra sin llamar.
Alberto parece muy feliz de verme allí y comienzan a charlar sobre la comida.

   -Tu madre siempre me habla tanto de vosotras que me parece un sueño esto de comer en familia-.

Parece sorprendido por sus palabras y mi madre también pero yo asiento y me acerco a él para pasarle el brazo por la cintura y abrazarlo.
Mi madre irradia felicidad y nos aplasta con su cuerpo en un abrazo.

   -Baja a esperar a Carlota, nosotros preparamos todo-.

Asiento y salgo de la habitación pero me quedo tras la puerta. Se escucha un ruido, como de un beso y luego mi madre le dice:

   -Ay Alberto, como me gusta que te lleves así con las niñas-.

   -A mí me gusta verte feliz-.

No esperaba que le contestase eso, se me para el corazón por un segundo pero decido despegarme de la puerta e ir a por Carlota.

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