Capítulo 14

3 1 0
                                    

Narrado por Amanda a 13 de septiembre de 2016:


Tamara reprende al chico dentro de mi cocina, no deja de gritarle que es un inútil y yo siento la necesidad de evadirme. Cierro los ojos para rememorar con más fuerza lo que ha pasado.

Estoy quieta en el medio del parque esperando a que se acerque mientras reúno el valor para preguntarle a qué ha venido. Él tarda en acercarse pero acaba llegando y veo como todo su cuerpo me transmite nerviosismo pero su cara esta seria como si quisiera ocultármelo.

   -¿A qué has venido?-.

Le preguntó intentando mantener mi miedo a raya pero no lo consigo tan bien como él.
Me cruza la cara y se límita a preguntarme:

   -¿Sabes que has roto una familia?-.

Me echo a hacia atrás y luego a correr. Él me persigue gritándome que sabe donde vivo hasta que le doy esquinazo y me meto en mi casa. Cierro puertas y ventanas, estoy histérica, y necesito llamar a alguien.
Marco el número de la policía pero acabo por borrarlo y llamo a Tamara. Le explico todo con pelos y señales y ya parece haberme tranquilizado cuando alguien aporrea la puerta y yo me vuelvo a poner histérica. Ni si quiera me he dado cuenta de que mi hermana no está en casa hasta que miro hacia todos los lados para pedirle axilio en lo que viene Tamara.

Abro los ojos al escuchar la puerta de la cocina y ambos salen al salón. Andrés camina hacia mí pero me echo hacia atrás instintivamente.

   -Tranquila Amanda, no quiere hacerte daño- Me intenta tranquilizar Tamara.

Dejo que se me acerque y pidiéndome perdón acaba abrazándome. Noto dolor y miedo pero su semblante sigue serio.

   -Lo siento Andrés yo tampoco...- Le intento decir pero me frena apretándome más.

Tamara hace un sonido molesto para recordarnos que sigue ahí y le pide a Andrés que se vaya al coche.

   -Y tú también te vas- Le ordeno a  Tamara.

Tamara se gira para mirarme y se me estremece todo el cuerpo pero sigo firme en lo que he dicho. Andrés también me mira con respeto en la mirada y eso me da fuerzas.

   -Andrés si te quieres quedar, puedes. Tengo café, podemos tomar uno- Me apresuro a decirle.

Los ojos de Tamara arden de rabia pero decido no hacerles caso y llamo a Andrés con la mano que obedece y se me acerca. Tamara parece enloquecer y sale de la casa pegando un portazo. Andrés me abraza, siento como él también tiene miedo y le acaricio la nuca. Se despega de mí y le explico:

   -Todo cambia...- Hago un pequeño parón para encontrar las palabras adecuadas y prosigo- un día te pasas el domingo cocinando, viendo películas y haciendo otras cosas en familia y de repente, tu madre esta en una clínica de desintoxicación y tu hermana se va a Inglaterra-.

Él tarda en entender que la referencia es de mi vida pero al hacerlo pide perdon:

   -Lo siento... Mi padres ya hacía tiempo que se habían dejado de querer y tú, en realidad, les diste una nueva oportunidad de ser felices por separado-.

Le sonrío un poco feliz por sus palabras y le acaricio la cara para secarle las lágrimas. Él agarra mi mano y la besa. Lo miro a los ojos y él también me mira, no sé lo que me dicen sus ojos estan tan oscuros como los míos. Tira de mi brazo en un golpe seco y me enreda en sus brazos.

   -Andrés no creo que sea una buena idea- Le intento frenar.

Se despega un poco de mí y pone mi frente contra la suya.

   -Amanda ¿cuántas veces has querido hacer algo y no has podido por falta de valor?- Me pregunta en un susurro.

   -Muchas-.

Mis palabras parecen un susurro inaudible pero sé que me ha escuchado.

   -No quiero dejar de hacer más- Me asegura.

Sus labios se pegan a los míos y aunque es un beso dulce se torna intenso. Agarro sus rizos enredándolos en mis dedos y sus manos bajan hasta mis caderas. Da un paso atrás hasta tocar con el sofá y me levanta hasta sus caderas para cogerme y dejarnos caer en él. Tira de mi camiseta con fuerza para arriba hasta quitármela y se para un segundo a contemplarme. Pasa sus dedos por mi abdomen haciéndome cosquillas y yo intento besarlo pero se echa atras.

   -Disfrútalo- Me susurra.

Cierro los ojos y echo la cabeza atrás. Siento sus dedos caminando muy lentamente por mi piel hasta que de pronto, sin previo aviso, noto el dolor punzante y el deseo ardiente de un mordisco.
Me pongo de rodillas como intentando escapar pero él, con fuerza y decisión, agarra mis caderas y las baja hasta posarla sobre sus rodillas.
Suelto un gemido.
Se escucha la puerta de la entrada y me baja corriendo de encima de él.

   -Hola-.

El saludo de mi hermana me devuelve de sopetón a la realidad y la miro mal sabiendo que esta disfrutando de su entrada triunfal. Miro a Andrés totalmente avergonzada por la situación y veo que esta completamente ruborizado. Mi hermana nos contempla divertida y mantiene la compostura hasta que Andrés flaquea:

   -Bueno Amanda, yo me voy-.

Lucas se apiada de él y lo intenta defender:

   -Amanda, llévatelo a tu habitación-.

Doy las gracias a Lucas con una mirada y me agrada que sea tan comprensivo recordando que yo le hice la vida imposible cuando empezó a salir con mi hermana. Sonrío y lo engancho sujetando contra mi pecho el cojín. Lo guío hasta mi habitación escuchando las burlas de mi hermana de fondo y cierro la puerta. Dejo caer el cojín y suspiro apoyada en la puerta. Andrés se ríe y me doy la vuelta para enfrentarlo:

   -Así que te quieres ir eh-.

Él sonríe pícaro y se me acerca intentando poner su mano en mi mentón. Niego con la cabeza y doy un paso atrás.

   -La puerta la tienes tras de mí, te puedes ir cuando quieras- Le susurro.

   -Esta cerrada-.

Me sostiene la mirada creyendo haber ganado pero le sonrío dejando entrever que no lo ha hecho. Me doy la vuelta para abrirla pero antes de que me haga con el pomo se pega a mí y me pone las manos sobre la cabeza.

   -No me quiero ir, lo que empiezo siempre lo acabo- Me susurra al oído derecho.

Baja su mano por mi abdomen y me desabrocha el botón. Baja besando mi espalda hasta llegar a mi cintura, con las manos baja mi pantalón. Me da la vuelta y dejo caer mis brazos sobre sus hombros. Me levanta y enrosco las piernas a su cintura, aprentándolo. Suelta un quejido y me empuja violentamente contra la puerta, haciendo que sienta el frío de la madera en mi espalda desnuda. Aprieto con más fuerza su cintura y me despega de la puerta para lanzarme a la cama. Jadeo irrefrenablemente mientras observo como se desnuda y tira de mis bragas hasta arrancármelas. Abre mis piernas y se pone de rodillas, enterrando su cabeza entre ellas.
Suelto un gemido y me estremezco. Su contacto puede con mi paciencia y necesito tenerlo más cerca. Lo agarro del pelo y tiro hacia arriba. Él me mira un poco perdido y le hago un gesto para que suba. Obedece y me levanta las piernas para colocarse. Da un primer empujón y siento ganas de besarle sin parar. Sigue con un ritmo duro pero no deja que lo bese. Eso me deja un poco perdida y echo la cabeza hacia atrás dándolo por perdido. Dejo que termine y acaba pegándose a mi pecho jadeando.

El BancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora