Capítulo 41

3 1 0
                                    

Narrado por Carlota a 21 de Octubre de 2016:


Mario me tiende una caja con cariño y yo los miro a todos muy agradecida.
Jenni se adelanta un paso por delante de ellos y, agarrándome las manos, me dice:

   -Este regalo, es una opción. Mi consejo es que vayas a la peluquería y te adelantes a los acontecimientos, te lo digo por experiencia. Yo no siempre fui ciega... Y ojalá en ese momento haberlo sido-.

Cierro los ojos para pensar en una Jenni con pelo... Dudo si tenía una melena rubia o castaña.

   -¿Carlota? ¿Sigues ahí?-.

Sergio parece preocupado pero abro los ojos y les sonrío de nuevo para tranquilizarlos.
Abro la pequeña caja y es un precioso pañuelo azul celeste y un broche de una luna plateada.
Los miro de nuevo y no puedo contener las lágrimas.

   -Gracias-.

Ellos me abrazan corriendo y siento una ternura inmensa.
No sé cómo podría agradecerles tanto pero también cabe en mí el sentimiento de miedo.
Mi móvil comienza a sonar y veo que es Abril, debe de estar fuera esperándome.

   -Chicos sois los mejores pero tengo que irme-.

Otro abrazo me rodea y me seco las lágrimas mientras camino hacia la entrada con el paquete en las manos.
Veo Abril fuera del hospital y salgo corriendo a su encuentro.

   -¿Te he dicho lo guapa que estás?-.

Ella se sonroja y me da un abrazo.
Últimamente está muy pero que muy sensible y solo espero que el psicólogo que la va a tratar la ayude un poco a sobrellevar esto también.

   -¿Qué planeas para hoy?-.

Me sonríe y me doy cuenta que no me dirá nada de su plan.
Mi móvil me avisa de un mensaje y lo miro. Es Amanda.
"No quiero interrumpirte pero ¿has pensado en lo de esta noche?"

Llevo tres días diciéndole que hoy nos veremos al fin pero estoy un poco amedrentada.
No sé si lo que pasó entre nosotras la semana pasada ha cambiado algo o si vamos a hacer como que no pasó.
Tengo demasiadas ganas de verla pero no sé exactamente si ella tiene las mismas o solo soy un pasatiempos divertido.

   -El mundo llamado a Carlota ¿puedes volver a la tierra y hacerme caso o tengo que pedir cita?-.

Guardo el móvil de inmediato y miro a Abril que me observa con mala cara.

   -¿Quieres contarme algo?-.

No sé si Abril lo entendería, estas cosas se le dan mejor a Marco. Le dedico una dulce sonrisa y la agarro de la mano.

   -Abril estoy bien, solo pensaba en lo fácil que me hacéis pasar el trago todos vosotros-.

Ella parece reconfortada y sigue con su plan. Caminamos durante un rato hasta una parada de bus cercana y cogemos uno hacia un local de gofres que le enseñe en la primera semana de venirnos aquí a vivir.
Sonrío y ella se da cuenta de que ya sé a dónde vamos.

   -Soy mala con las sorpresas ¿verdad?- Me pregunta con una brillante sonrisa.

   -No, jamás-.

Nos echamos a reír con mi pedazo ironía y el viaje se me hace cortisimo. Me alegra haber recuperado a mi amiga.
Caminamos hasta doblar la esquina y entramos en la gofrería.
Tardamos en decidirnos como de costumbre y al final nos damos cuenta de que dudamos entre los mismo.
Abril me manda a sentarme y pide ambos para compartir.
La miro desde aquí, esta un poco más arreglada que últimamente y parece bastante segura de si misma.
Cuando quiero darme cuenta se acerca con los gofres en las manos y los pone sobre la mesa.

   -Vivan los gofres que todo lo curan-.

Su sonrisa me da un ápice de esperanza pero ojalá fuese cierto y lo curase todo.
Finjo una sonrisa que parece creérsela y comenzamos a comer como cerdas, poniéndonos perdidas de chocolate.

   -Abril tengo que confesarte algo-.

La cabeza no deja de darme vueltas y sé que tengo que hacerlo antes de que me vuelva totalmente loca.

   -Lo sabía-.

Parece cantar victoria y se regodea en ella haciendo gestos desproporcionados.

   -Hace una semana perdí mi virginidad-.

Abril abre los ojos de par en par y se pone a hacerme mil y una preguntas hasta que de repente se calla.
Sé que se ha dado cuenta de algo pero no atisbo a imaginarme el qué.

   -Carlota, solo has estado lejos de mí un día. Ese día pasaste la noche en casa de Amanda... Dime que tiene un hermano buenorro y que fue con él-.

Me planteo mentirle pero no creo que ninguna de las cosas que se pasan por mi mente valgan para que me crea.

   -Amanda no tiene hermanos- Le susurro.

Ella me mira unos segundos sin saber qué decir hasta que me pregunta bruscamente:

   -¿Eres tortillera?-.

Ahora son mis ojos los que se abren como platos y me apresuró a contestarle:

   -No, claro que no... Solo es Amanda-.

Abril agacha la mirada y todo mi cuerpo se tensa.
Espero a que diga algo hasta que me desespero y le pregunto si no va a decir nada. Toda esa tensión me va a pasar factura, sin saber qué piensa sobre mi condición sexual... Ni si quiera sé claramente cuál es pero necesito que diga algo.

   -¿La quieres?-.

Su pregunta parece sincera pero me hace dudar.
No me lo había planteado. No sé qué contestarle pero su profunda mirada de detective profesional me hace hablar.

   -Creo que si-.

Mi voz parece un simple suspiro entre todas las voces que nos rodean y la cara de Abril me indica que tiene un millón de preguntas que hacerme.

   -Creo que ya lo sabía-.

La miro y solo me sale echarme a reír del nerviosismo de la situación.
Esto es surrealista. Yo ni si quiera lo sabía y ella sí. No puede ser.

   -Abril... Ni yo lo sabía ¿Cómo lo ibas a saber tú?-.

Me siento muy indignada con su comentario y espero paciente para rebatir lo que me vaya a contestar.

   -Tú si lo sabías, puede que tuvieses miedo pero lo sabías desde el minuto que confiaste en ella para coger su termo- Hace una pequeña pausa y enfatiza sus últimas palabras- ¡tú nunca harías eso!-.

En realidad, creo que tiene razón.
Agacho la cabeza frustrada por darme cuenta que me conoce mejor que yo.
Al levantar la cabeza, la veo a mi lado y nos fundimos en un abrazo.

   -Yo solo quiero que seas feliz y te traten bien, no me importa quién-.

Siento como un alivio enorme me recorre el cuerpo hasta que, de repente, vuelve a sonarme el móvil.
Abril me suelta y yo lo saco para ver que es Amanda. "Carlota, no me sigas ignorando por favor"
Abril mete la cabeza para leer el mensaje y me mira mal.

   -¿Por qué la ignoras?-.

   -Oye no te pongas de su parte que tu mejor amiga soy yo-.

Me hago la ofendida para cambiar de tema pero no funciona y Abril sigue insistiendo.

   -Desde que lo hicimos no la he vuelto a ver... Y me da vergüenza-.

Ella se echa a reír y me mira como si fuese mi hada madrina, y tuviese solución a todos mis problemas.
Agarra mi teléfono y escribe algo antes de que pueda arrebatárselo.
Leo lo que ha escrito: "¿Te gustan las sorpresas? Espérame esta noche"
La miro malhumorada y ella me sonríe.

   -¿De qué sorpresa hablas? No tengo nada preparado-.

Levanto la mirada por si lo he dicho demasiado alto pero la verdad es que nadie del establecimiento nos mira.

   -Llama a tu madre y dile que duermes en nuestro piso, tengo una idea-.

¿Qué voy a hacer? ¿Debería hacerle caso?

El BancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora