Narrado por Carlota 27 de Octubre de 2016:
Me despierto en mi cama junto a Amanda y la miro unos segundos embobada.
Esta muy dormida, ayer cayó rendida en la cama tras la locura de haberla hecho venir a casa.
Siento un hambre voraz y me levanto con mucho cuidado para no despertarla.
Salgo de la habitación de puntillas y choco con mi madre al cerra la puerta. Ahogo un grito de sorpresa y ella me mira de esa forma que hace que sepa que ella ya lo sabe todo.
Caminamos hasta la cocina y ella cierra la puerta con máximo sigilo.Me mira dándome la oportunidad de contárselo todo y yo me siento como una niña aterrorizada.
-Carlota ¿Quién es esa chica?-.
La pregunta resuena por toda la estancia pero no encuentro las palabras adecuadas.
-Es Amanda mamá-.
Me mira cómo si no le hubiese contestado la pregunta y espera hasta que me confieso:
-Es mi novia-.
Cierro los ojos esperando una bofetada o una reprimenda pero solo siento sus brazos rodeándome.
-¿Cuándo pensabas decírmelo?-.
Su tono no es de reprimenda es más de decepción, como... Como cuando le oculté lo de mis dolores.
-Al menos así no tendremos nietos por sorpresa-.
La miro sorprendida y me echo a reír.
Ella me hace un gesto para que no haga ruido y mira hacia la puerta acristalada para comprobar que no hay nadie.-Tu padre esta en el salón y tu hermana durmiendo, no es momento de despertarlos-.
Ella se separa de mí para preparar dos tazas de café y me pregunta:
-¿Y cómo fue...?-.
Yo pongo los ojos en blanco al ver que ya está sacando su faceta cotilla y una sonrisa se dibuja en mi cara. No contesto hasta que ella se sienta y me sigue observando de cerca:
-Pues no lo sé... Pasó-.
-¿Y cómo es... Ya sabes... Cómo es?-.
La miro incrédula por sus palabras y la regaño:
-Mamá... No te voy a contar eso-.
Ella se ríe y escuchamos un ruido en la puerta.
Es Amanda y parece confundida.
Mi madre la manda entrar y ella se disculpa.-Yo... Señora...-.
Mi madre me mira dolida y la corrige:
-Llámame Marta por favor, señora no me gusta. Además creo que ahora nos vamos a conocer mejor ¿verdad Carlota?-.
Sus ojos se posan encima mío y me empiezo a poner nerviosa.
-Mamá por favor-.
Mi madre parece estar disfrutándolo pero no tanto Amanda, que agacha la cabeza sin saber a donde mirar.
-Te preparé una taza de café Amanda... ¿O te puedo llamar nuera?-.
Amanda levanta la cabeza para mirarme con la boca abierta mientras mi madre se levanta a por otra taza de café y yo enrojezco más si aún cabe.
Mi madre le ordena que se siente y Amanda intenta excusarse sin ningún tipo de opción.
-Carlota me ha hablado muy bien de ti-.
No sé cómo puede mentir tan descaradamente y no ser descubierta. Ruedo los ojos nerviosa y me siento totalmente enrabietada.
Esto no puede estar pasando.
ESTÁS LEYENDO
El Banco
Lãng mạnEn la noche desierta, de la vieja Coruña, se encuentra una calle que a su vez se pierde entre una multitud de languidas calles y a juego con ellas, forma parte de su adusto mobiliario, con porte señorial, un antiguo banco. Sus tablas han recibido e...