Capítulo 59

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Narrado por Carlota a 20 de Noviembre de 2016:


Marco me llama para que vaya a la cocina y lo veo fregando mientras el horno pita. Me señala el horno y me equipo con unos trapos para sacar la cena. Abril corre hasta la cocina y respira exageradamente con una sonrisa.

   -Abril pon la mesa-.

   -Abril pin li misi. Abril hiz tu cimi. Abril dichiti qui hilis mil-.

Marco rueda los ojos con aparente cansancio, esas broncas con Abril son una rutina dura pero obedece y se pone a ello. No sé si estos dos se matarán en mi ausencia.
Marco acaba de fregar y se sienta junto a nosotras. Parte la lasaña y nos la echa en el plato. Nos ponemos a comer como auténticas fieras y acabamos en un par de minutos.

   -¿Maratón de peliculas?-.

Mi pregunta se disipa en el aire mientras mis amigos se miran desafiantes.

   -Yo había pensado que podíamos salir a tomar algo pero, aquí el aguafiestas, ha dicho que es mejor ir al cine-.

Abril parece un poco enfadada al respecto pero Marco tiene razón, lo último que necesito es tener una resaca en un avión.

   -Abril...-.

   -No, no se hable más, cine por mayoría- Resopla Abril.

La agarro de la cabeza y le sacudo el pelo. Abril y Marco se visten las chaquetas y los miro hasta que Marco me lanza un chaquetón gris que tiene. Me visto con él y vamos a la calle a esperar al taxi.

   -Hay una de Tom Cruise de acción- Comenta Abril.

   -Esta claro que veremos esa- Sentencia Marco.

Si hay algo más allá de nuestra amistad que nos una son las películas de acción, eso es lo más fuerte que hay para nosotros.
Charlan un poco sobre la saga de películas de Misión Imposible hasta que llega el taxi pero yo me mantengo un poco al margen.
Nos subimos a él y le pedimos, al conductor, que nos lleve al cine más cercano. Ya dentro del coche Abril defiende a Vin Diésel por encima de Tom Cruise pero Marco la rebate con lujo de detalles.
Como siempre, la discusión acaba viniendo a mí a por un desempate y, ante la pregunta de quién es el mejor, les contesto:

   -Will Smith-.

Ambos resoplan sonoramente y siguen con la discusión. Yo aprovecho para sacar el móvil y comprobar si me ha hablado Amanda pero Marco me lo arrebata de inmediato, antes de que vea si tengo mensajes.

   -Nos has prometido que no le hablarías Carlota-.

La voz de Marco es ronca y sostiene con fuerza el móvil. Intento redimirme pero el taxi para y me aprovecho de la situación. Bajo la primera cogiéndole mi móvil a Marco a toda prisa y cierro la puerta de mi lado, obligándole a salir por el otro lado.
Ya pienso que me he librado cuando Abril me lo quita de nuevo y pongo cara de fastidio.

   -¿Qué te pensabas? ¿Qué no te he visto?-. 

Ruedo los ojos y se lo mete en el bolsillo. Me defiendo en vano porque no me lo devuelve pero, en realidad, creo que es mejor así.
Marco se baja del taxi y Abril le comenta que el móvil lo tiene ella.
Entramos a los cines y mientras Marco coge las entradas, Abril y yo nos ponemos a la cola de las palomitas. Nos hacemos con tres cubos enormes de palomitas, tres bebidas y unas bolsas de regalices.
Después del festín de lasaña esto es una burrada.
Marco nos apilla para ayudarnos a transportarlo todo a la sala.
Subimos guiadas por Marco hasta nuestros asientos. Arriba hacia el medio, como me gustan.
Nos sentamos y nos acomodamos, como siempre yo en el medio para evitar discusiones y para que pueda hablar con ambos.
Pasamos la película entre risas, comentarios y mucha comida. Acabo por darle la mitad de mi cubo de palomitas a Marco y las regalices a Abril. Me siento muy empachada.
Al acabar la película, recogemos los desechos y Abril los lleva a la papelera.

   -Si te apetece ir a tomar algo con Abril, no tengo problema-.

   -No, quiero pasar el tiempo con ambos. Si a ti no te apetece, nos volvemos a casa y vemos otra película o jugamos a algo-.

Marco me abraza y besa mi frente. Abril se nos acerca con el teléfono en la oreja y nos hace señas para que sepamos que llama al taxi.
Salimos a la calle y un fuerte viento nos azota.
Marco abre su abrigo y me mete dentro de él, abrazándome y, yo a mi vez, abrazo a Abril. Nos reímos de lo ridículos que debemos parecer.

   -¿Una copa no, no?-.

Abril lo deja caer con ilusión pero le he prometido a Marco que no.

   -Una ronda de chupitos en casa y fuego-.

Me doy el gusto de felicitar a mi cerebro por pensar tan rápido.

   -No hay alcohol en casa-.

Abril agacha la cabeza hasta que tiene una idea:

   -Pues al veinticuatro-.

Solo de escuchar eso me tenso por completo pero intento tranquilizarme con el hecho de que Amanda dejó el trabajo antes de irnos a París.
El taxi llega y nos subimos a él. Se dirige hacia el veinticuatro y, cuanto más nos acercamos, más me fijo en el parque, por si la veo.
Marco me acaricia el hombro justo cuando baja y me abrazo a él. Veo la mirada del taxista desde el retrovisor y me sonríe. Le devuelvo la sonrisa y él aparta la mirada. Abril se baja a toda prisa y vuelve en un periquete con un par de botellas.

   -Abril una ronda de chupitos no es un botellón hija-.

El taxista se ríe por mi comentario y Abril lo aprovecha:

   -Ves, hasta este señor sabes que si-.

Marco también se echa a reír y ponemos rumbo al piso. Al llegar, pago el taxi y le dejo propina. Subimos las escaleras en silencio puesto que ya es tarde y entramos en casa. Nos tiramos en el sofá Marco y yo mientras Abril corre a la cocina a por vasos. Abril llega con los vasos, hielos y una botella y me pregunto cómo es capaz de llegar con todo intacto.
Marco saca el parchís de debajo de la mesa del comedor y la acercamos. Abril pone unos chupitos y se sienta en el sillón. Cada uno cogemos nuestros colores: Marco el rojo, Abril el amarillo y yo el azul.

   -Las reglas de siempre, el que come y el comido chupito y cuando metes en casa chupito-.

Abril canta las normas y nosotros aceptamos.
Empezamos a jugar y tras unas cuantas partidas empiezo a sentirme un tanto contentilla.

   -La puta de Carlota no puede tener suerte en el amor con todas las partidas que ha ganado-.

Me río sin parar ante el comentario de Abril y no puedo evitar contestarle:

   -Normal que este ganando, que me han puesto los cuernos-.

Me duelen las palabras que uso pero me sigo riendo sin parar. Marco frena el juego y nos manda a la cama por exceso de alcohol. Acompaña a Abril primero y luego a mí.

   -Marco-.

Coloca la cama para que pueda meterme y me contesta sin ni si quiera mirarme.

   -Dime-.

   -Estoy enamorada de Amanda-.

Él sopesa mis palabras y me ayuda a meterme en la cama. Besa mi frente y se va.

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