Con el transcurso de los días, su vida iba tomando una rutina tranquila. Comenzaba asistiendo a clases; tres días a la semana la chica pasaba la tarde en Kryos, el resto de los días la encontrabas en la biblioteca de Lasalle y los fines de semana prácticamente no abandonaba su habitación, aunque algo se mantenía fiel, y estuviese dónde fuese, ella seguía llevando su cuaderno para sentarse en un rincón a dibujar cada que podía. Sin embargo, esa tarde de sábado marcaría un nuevo cambio a su vida. Estaba nerviosa, bastante, su corazón no dejaba de latir, no quería llegar al punto en que sus manos comenzaran a transpirar.
Se miró en el reflejo de la pantalla de su celular una vez más, cualquiera le diría que se veía bien, Trevor sin duda le comentaría lo hermosa que lucía, pero Leth se sintió insegura, ¿se habría colocado demasiado brillo en los labios?, ¿O su flequillo estaba despeinado?, probablemente se maquilló de más y sin duda debía retirarse el gloss. Arleth estaba por sacar un pañuelo y tallar sus labios, no obstante, su novio la detuvo, impidiendo que la chiquilla lo retirara de su bolso.
— Tranquila... —La jovencita devolvió la somera sonrisa que su pareja le regalaba.
— Es que es la primera vez que alguien que no sea Kae juzgará mis dibujos... —Trevor sonrió más amplio, acomodando un mechón de cabello a la señorita delante de él— ¿Y si no me aceptan...?
— Es una academia, si necesitas mejorar ellos te lo dirán y te ayudarán —Su novio tenía razón.
— No puedo evitarlo, por alguna razón siento que mi vida depende de esto y yo... —Trevor no la dejó continuar pues abrazó a su menudita, acariciando su cabello con tranquilidad.
— No es el caso, sin duda lo harás bien, hermosa —La muchacha sonrió suspirando para relajarse, la chica se aferró a su novio aspirando un poco de su aroma, se sentía tan bien estando entre los brazos del italiano.
El sonido de una puerta abriéndose se hizo presente.
— ¿Arleth Bennett? —Lo que parecía ser una profesora llamaba, Leth se apartó ante el llamado, le dedicó una última sonrisa a su novio y avanzó hacia la mujer.
El italiano miró su reloj cuando su novia desapareció detrás de la puerta, el muchacho tenía unos minutos para divagar por la academia de Adam, así que no esperó en girarse y recorrer un poco el lugar. No parecía ser raro que la gente caminara sin rumbo por los pasillos de la institución, le sorprendía que, aun siendo fin de semana, hubiese bastante movimiento en aquel lugar, daba la sensación de ser un espacio acogedor y lleno de vida, aunque esa última parte era más evidente por el montón de colores que había por los pasillos, murales creados por los mismos estudiantes, esculturas, pinturas, fotografías; parecía un museo donde cada arte poseía su propio espacio.
Entre todo el bullicio que tenía la academia, Trevor se vio cautivado por el sonido de cuerdas, quería encontrar el origen y ver a la persona o el grupo que producía tal resonancia. Era una armonía fuerte, daba la sensación de ser brutal y caótica, aunque curiosamente se transformaba a algo más enternecedor, tintándolo de melancolía.
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La esencia de Aurora
RomanceArleth Bennett se consideraba un experimento jugando a ser normal. Sí, probablemente fuese así. Jugaba a ser alguien, a no ser una mentira, sin embargo, su juego terminó. Luego de que su identidad fuera revelada a las nuevas personas que más quería...