Ilusión perfecta

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"¿Tienes miedo?" Steve preguntó, arrodillado desnudo en la cama, mirando a Howard como si la respuesta incorrecta fuera suficiente para convertir su vida en un caos. Quizás lo haría; sólo habían pasado unos días desde que Schmidt regresó de entre los muertos. "De Schmidt".

Howard le sonrió desde el otro lado de la habitación, colgando su traje para no tener que lidiar con las miradas críticas de Jarvis. "Sé lo que quisiste decir, nena. Y no, no tengo miedo." Tendría que buscar su pistolera al día siguiente, después de que Steve se hubiera ido, y limpiar su arma. "¿Es usted?"

"Conoces a Schmidt mejor que yo. ¿Crees que él…?" Steve se mordió el labio inferior y miró hacia la cama. "¿Debería preocuparme?"

"No", dijo. Se acercó a la cama, desnudo, y tomó el rostro de Steve. "SHIELD no permitirá que nada te pase. No dejaré que nada te pase." Acarició las comisuras de la boca hacia abajo de Steve y luego lo besó suavemente. "Le pondré otra bala en el cerebro si piensa en tocarte".

"¿De verdad le disparaste en la cabeza?" El ceño de Steve se hizo más pronunciado.

"Sí, lo hice. Si no lo hubiera hecho, él me habría matado." De eso, Howard estaba seguro.

"¿Cómo sobrevive una persona a eso?" Steve se tensó, de repente, y luego se apretó contra Howard, temblando. "¿Y si no puede morir?"

Howard pudo decir por el tono de la voz de Steve que no era exactamente la pregunta que quería hacer. Acarició la espalda de Steve, como lo haría con un gato, suavizándolo. "No eres inmortal, Steve. Envejeces, te lastiman; no hay nada en las pruebas de SHIELD que diga que no puedes morir. Solo ... tal vez eres más difícil de matar que la mayoría de los humanos básicos. Eso no es malo. No en mi libro."

"No quiero estar solo", susurró Steve suavemente, presionando su mejilla contra el hombro de Howard. "No quiero vivir sin la gente que amo".

"Steve, hey." Howard le dio un beso en la sien y lo abrazó con fuerza. "Eso no va a suceder, está bien. Eso nunca va a suceder. Créame".

Steve asintió y besó el cuello de Howard. "¿Podemos dormir esta noche? Estoy realmente cansada".

"Por supuesto." Howard tiró suavemente del cabello de Steve. "Nunca te voy a dejar." Era una mentira, pero ambos necesitaban mentiras ahora mismo.

"Y nunca te voy a dejar. Vamos a morir al mismo tiempo. Cuando tengas cien y yo setenta y cinco, simplemente nos quedaremos dormidos y nunca despertaremos. Ellos '' Nos encontraremos en la cama, acurrucados uno alrededor del otro, sonriendo ".

"Ese es un pensamiento morboso". Pero también fue reconfortante. Howard le dio una palmada en el trasero a Steve. Ponte un pijama y métete en la cama.

Steve sollozó y se sentó sobre sus talones. "Pero es más fácil de esta manera. Si necesito algo de atención en medio de la noche, no tenemos que lidiar con la ropa".

"Al menos ponte ropa interior. ¿Por favor?" Howard negó con la cabeza con cariño y fue a ponerse su pijama.

"Oh, todo bien." Steve se levantó de la cama para sacar la ropa interior de su bolso. "¿Todavía podremos ir al salón del automóvil el próximo fin de semana?"

"Siempre y cuando usted y Tony prometan no deshacerse de su equipo de seguridad". Howard no se molestó en ponerse una camiseta. Se metió en la cama bostezando.

"No lo haremos." Steve se arrastró bajo las sábanas y se acurrucó contra Howard. "Despiértame si tienes una pesadilla, ¿de acuerdo?"

Howard cerró los ojos. "Mm."

"Howard". Steve suspiró y Howard también suspiró.

"Lo haré, lo prometo."

"Todo bien." Steve besó la comisura de la boca de Howard y luego apoyó la cabeza contra el hombro de Howard.

jovenes amantes [traduccion]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora