Steve salió apresurado de la veterinaria para poder ir al encuentro de su inesperada cita que aguardaba por él en St. James's park al centro de Londres.
Aquél era uno de los parques reales más antiguos de Londres ya que además de tener cierto aire oriental con todas esas hectáreas de pasto verde y naturaleza que lo redeaba, albergaba uno de los más precioso lagos de toda la ciudad, el cuál daba asilo a decenas de patos que nadaban libremente sobre el agua color esmeralda de éste. La vista era maravillosa ante los ojos de cualquiera, pero se apreciaba mucho más para aquellos que decidian dar un paseo romántico por el puente que cruzaba el lago ya que permitia observar el majestuoso palacio de Buckingham y sus alrededores.
Steve bajó de su camioneta después de haber ajustado bien la cuerda de Dodger, se colocó sus lentes de sol y comenzó su recorrido hasta el punto de encuentro que había recibido por mensaje de texto hace algunas horas. El día era precioso y aún se podía disfrutar de los rayos del sol calentar su piel. A pesar de estar a finales del otoño algunas flores y árboles aún se aferraban a su belleza mientras que algunas hojas de otros cuántos habían cambiado ya de color, preparándose para recibir el crudo invierno.
El ambiente era agradable y bastante pacífico.
Evans se dejó guiar por Dodger mientras miraba como bobo a todos lados en busca de aquella bella mujer, pero ella no estaba esperando por él en las bancas frente al lago como lo había prometido así que decidió vagar unos minutos en espera de toparse con ella.
-¿Dónde estarás? -Steve colocó sus manos en posición de taza para después escuchar cómo Dodger soltaba un bufido de emoción y fijaba sus ojitos marrones en una sóla dirección.
-Te equivocas amigo... -Steve tuvo que quitarse los lentes oscuros para ver mejor a la mujer que se encontraba de espaldas a él a varios metros de distancia, curioseando en algunos locales que se encontraban a mitad del parque.
-A ver, déjame echar otro vistazo, Buddy... -Steve entre cerro los ojos para ver mejor.
Si Dod hubiese podido rodar los ojos por lo torpe que era su humano lo habría hecho de inmediato ya que él jamás se equivocaba y si había alguien experto en olores deliciosos ese era el, Dodger Evans.
Steve caminó un poco más junto a Dod para acercarse a los locales, esbozando una sonrisa de oreja a oreja cuando reconoció finalmente las curvas sexies de aquella pequeña cintura junto a las mejillas respingada y redondeadas de ese trasero tan firme que poseía, de esas piernas atléticas, torneadas y llenas de pecas que había visto por primera vez hace ya casi 4 meses.
Su vestido amarillo tan entallado a su cuerpo menudo que le llegaba varios dedos arriba de las rodillas lo dejó sin palabras y más grande fue su sorpresa cuándo sus ojos azules y dilatados subieron por el largo de sus muslos hasta terminar en sus hombros para notar que esa cabellera un tanto ondulada había desaparecido para ser remplazada por unos hilos dorados de cabello lacio que caían vigorosamente sobre su espalda, dejando ver la desnudez de su hombro izquierdo y parte de su cuello blanco repleto de puntitos de chocolate que deseo poder probar con un par de besos inesperados.
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💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞
Lãng mạn¿Crees en las almas gemelas? Su trabajo consistía en emparejar al atractivo, descarado, engreído y libertino Steve Evans de 35 años con una linda chica a la que pudiese desposar para poder dirigir junto a sus hermanos la empresa familiar de su padre...