CAP 37 ACEPTA

1.6K 120 66
                                    


-¿Ya puedo ver? -Nat preguntó como por quinta vez después de que Steve vendara sus ojos y la llevara de la mano hasta su destino a paso lento.

-Solo unos metros más, amor. -Steve miró los pies de ambos sumergirse en la arena en cada pisada mientras ella apretaba sus manos entrelazadas y llevaba la otra para posarla sobre su dorso y darse más apoyó para aferrarse emocionada a su agarre.

-Dime que es, una pista chiquita... -Nat sonrió mientras sentía su cabello revolear por la brisa cálida que chocaba contra su rostro.

-Paciencia señorita Johansson...

Evans sonrió nervioso y después de varios pasos juntos se detuvo finalmente, dejó un beso en su mano, la soltó con delicadeza y se posicionó detrás de ella para abrazarla por la espalda con ambos brazos.

-¿Llegamos? -Nat dio varios saltitos y aplaudió con emoción recibiendo varios besos en las mejillas que la hicieron sonreír más.

-Si, llegamos. ¿Lista? -Natasha asintió y sintió las manos de su chico deshacer el nudo de la seda que le impedía ver para dejarla caer sobre la arena e invitarla a abrir sus ojos.

Natasha abrió sus ojos lentamente para encontrarse con dos preciosas líneas dibujadas con algunas antorchas que estaban enterradas estratégicamente sobre la arena blanca, creando un camino iluminado por las llamas que ardían sobre las puntas que los guiaría a lo que parecía ser una cena romántica en la orilla de la playa.

Aquella imagen era quizá la más romántica e íntima que Nat hubiese visto en mucho tiempo y no se privó de observar enamorada cada pequeño detalle del escenario que esperaba por ambos. Habían dos tiendas sobre la arena construidas con troncos y cortinas blancas, decoradas meticulosamente con flores silvestres y velas que le daban un toque realmente mágico. Bajo una de esas tiendas se encontraba una mesa bastante elegante en la que cenarían mientras que en la otra se podía apreciar una cómoda y exquisita cama rodeaba de velas y repleta de pétalos y suaves cojines sobre los que podrían recostarse más tarde para disfrutar de la tonada suave que las olas producían al chocar contra la orilla y de la majestuosa vista que el mar mediterraneo frente a ellos les estaba obsequiando aquella noche tan tranquila.

Todo parecía haber sido sacado de alguna especie de cuento de hadas y justamente esa noche Nat no pudo evitar sentirse como la protagonista de su propia historia de amor, sentía que podía ser esa princesa Disney que se encontraba perdidamente enamorada por su príncipe azul y esperaba nerviosa por ese primer beso de amor verdadero que tanto había soñado recibir desde pequeña. Porque si, ella podía tener muchas creencias respecto al amor, pero lo ridículamente cursi, tierno y romántico de las citas no dejaba ser su parte favorita en una relación y aunque pareciera tonto, cada beso que compartía con Steve sería siempre como si fuese la primera vez.

Steve sería siempre su primera vez, su primer único y verdadero amor.

Steve sería siempre su primera vez, su primer único y verdadero amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora