-¿Pelearon? -Clint le preguntó a su hermana mientras Steve se encontraba al frente de todos los invitados para dar el brindis.
-No... Sólo fue un mal entendido.
Natasha se sentía terrible, estaba siento muy dura con él y su silenció ante aquella importante preguntaba había sido interpretado como un rotundo NO para Steve quien con una mueca de tristeza que no pudo ocultar asintió para sí mismo con la cabeza gacha y se alejó de ella dejándola sola en la pista de baile, llevándose en la cabeza el pensamiento de que Natasha no lo amaba tanto cómo él a ella y lo entendía por completo, justo en ese instantes se sentía como la rata más asquerosa e insignificante de todo Londres.
Quizá no todas las almas gemelas estaban destinadas a estar juntas, quizá no merecería tener esa pisca de felicidad en su vida por todo el daño que le había causado al sin número de mujeres que habían tenido la desdicha de atravezarse en su camino.
-Parece que está dando el discurso para un entierro. -Clint hizo una mueca cuando ella le dió un codazo en las costillas y lo miró mal para que se callara.
Natasha giró un poco su cuerpo y lo miró fijamente por un largo rato, en espera de que el sintiera el peso de su mirada y la viera, pero el jamás los hizo, su vista estaba fija en su tierna hermana quien escuchaba atenta abrazada a Harry con sus manos sobre su pecho mientras intentaba no llorar más.
-Espero que ambos encuentren el felices para siempre y que su amor sea lo suficientemente fuerte y comprensivo para permanecer siempre juntos, te amo pulga y bienvenido a la familia Harry. -Steve sonrió con un poco de melancolía, levantó su copa al igual que el resto de los invitados y le dió un largo sorbo hasta dejarla vacía, sintiendo la necesidad de quemar su garganta con algo un poco más fuerte.
-Pasen una linda velada. -Steve volvió hablar al micrófono para luego entregárselo a su padre y alejarse de ahí después de abrazar con cariño a la nueva pareja de casados.
-¿Qué te sucede? -Clint tomó la mano de su hermana cuando giró en su asiento con aflicción para darle la espalda a lo que sucedía al frente.
-Nada, es solo que muero de hambre.
Nat sonrió falsamente mientras sus ojos ardían, era obvio que no la presentaría como su novia, no después de todo lo que seguramente estaría pasando por su cabeza, tenía que aclararlo con él, era una tontería pelear por eso y lo que menos deseaba era que ese Steve Evans engreido que había conocido hace semanas venciera la bondad de su ser para desaparecerlo definitivamente.
Los meseros comenzaron a servir la comida mientras Tony decía unas cuantas bromas al micrófono que hicieron a Lizz sonrrojarse. La pareja sólo estaba esperando que el pastel se partiera para marcharse a su tan esperada luna de miel en los Ángeles, California.
-Ya regreso, Clint...
Nat le entregó su cartera para que la cuidará y se puso de pie para abandonar aquella iluminaba recepción y caminar bajo la oscuridad de la noche en dirección a la casa en donde podría preguntarle a algunos chicos de seguridad por Steve.
-Lo lamento señorita, pero el Señor Evans acaba de marcharse. -Uno de los hombres de traje oscuro corroboró una vez la información a través de su intercomunicador y asintió en afirmativo, Steve había abandonado la fiesta.
-¿Podría preguntarle a Happy si sabe dónde fue? ¿Si dejó algún recado? -Nat suplicó mientra se resistía a llorar y esperaba una respuesta agradable.
-Claro... -El hombre se alejó unos pasos de la rubia quien se quedó inquieta esperando en la terraza mientras veía al hombre hablar y hablar.
-Lo lamento, señorita. El señor no dejó ningún recado, es probable que vuelva en muy poco. -La ánimo y ella simplemente asintió para ir de regresó a su mesa.
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💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞
Romance¿Crees en las almas gemelas? Su trabajo consistía en emparejar al atractivo, descarado, engreído y libertino Steve Evans de 35 años con una linda chica a la que pudiese desposar para poder dirigir junto a sus hermanos la empresa familiar de su padre...