Finalmente había llegado el tan esperado día en el que Steve tendría su maravillosa cita con Emili Clarke, Natasha no podía mentir, se sentía realmente ansiosa y no es que pretendiera nada turbio, pero no había parado de ver durante todo el día la comparación de ambos resultados, leyendo una y otra vez las líneas que describían muy bien la compatibilidad intelectual que había obtenido Steve con Emili, mientras que la que ella había sacado con él se trataba de algo que ni siquiera se atrevía a leer en voz alta de nuevo.
-9% no hace ninguna diferencia, estoy segura que Emili es la mujer que habías estado esperando, Steve. -Natasha quiso convencerse de sus propias palabras mientras intentaba seguir creyendo que sus resultados con Steve habían sido un error de programación.
-Además se ven bien juntos, Emili es preciosa, es perfecta para él. -Nat susurró.
Independientemente de que esos resultados fuesen ciertos o no, había algo en lo que Steve tenía razón. Ella era una cobarde por querer vender una idea romántica del amor cuando ella misma no se atrevía a dar ese pequeño paso en su vida, era la más grande hipócrita que había existido en la historia y ahora lo sabia, pero no estaba dispuesta a permitir que alguien pudiese volver a lastimarla jamás y mucho menos a que algún hombre con disfraz de romeo pudiese ponerle una mano encima o a faltarle al respeto de alguna forma.
La rubia había conseguido ser feliz con la vida que llevaba, ayudando a las personas a encontrar su propia felicidad, ayudándolas a reparar sus corazones, y a volver a creer en sí mismos. Todo su sacrificio había valido la pena y la habían mantenido a salvo por muchos años, Natasha se sentía segura de haber nacido para ser casamentera, de eso no tenía ninguna duda. Sin embargo, la sensación en su estómago y los vellitos de su espalda erizados al estar cerca de Steve no disimulaban tan bien como ella.
Y si, no podía negar que la forma en cómo se dieron las cosas con Anthony Evans al inicio y su primer encuentro con Steve habían sido muy complicados, la había hecho desconfiar y juzgarlo mal, pero ahora después de varias semanas de tratarlo podía asegurar que Steve era un buen hombre, encantador, dulce y muy divertido, pero lastimosamente solo podía ofrecerle su amistad y nada más... Tenía fe en que si trataba de ignorar ese sentimiento que comenzaba a nacer en ella pronto pasaría y él encontraría en alguien más a quien poder amar.
Deseaba con toda su alma que así fuese, quería verlo feliz, quería verlo superar sus miedos y el abandono de su madre, sólo así conseguiría sentirse en paz consigo misma.
-Bueno, ya, Nat. Steve y tú sólo pueden ser amigos, ya no te tortures con eso, estarás bien, siempre haz sido una chica fuerte. -La rubia tomó aire y trató de sonreír para animarse.
Natasha miró una última vez los resultados y decidió borrar el rastro de que alguna vez su algoritmo la había emparejado con alguien, dicidiendo después de varios minutos eliminar por completo su perfil de "soulmates" para que nada parecido volviera a ocurrir. La rubia cerró el programa para despues concentrarse en otros asuntos más urgentes, como el hecho de que Jennifer había aceptado salir con Tony el domingo por la noche y eso sería en un día exactamente.
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💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞
Romance¿Crees en las almas gemelas? Su trabajo consistía en emparejar al atractivo, descarado, engreído y libertino Steve Evans de 35 años con una linda chica a la que pudiese desposar para poder dirigir junto a sus hermanos la empresa familiar de su padre...