PRÓLOGO

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¿Crees en las almas gemelas?

Natasha Johansson es una hermosa rubia de 28 años, inteligente, exitosa, perfeccionista, sumamente romántica, apasionada y fiel creyente de que el amor y las almas gemelas existen. Hace exactamente 7 años que se había graduado de la facultad de Ciencias Humanas y Sociales de Londres, obteniendo el título en psicología del comportamiento humano y más tarde obteniendo el título en programación y análisis de sistemas computacionales. Nunca le faltó el entusiasmo para prepararse y demostrar que a pesar de ser una chica soñadora y de pocos recursos podía ser igual que el resto de las personas exitosas que admiraba.

Gran parte de su carrera la había dedicado a desarrollar un programa para demostrar que el amor había dejado de ser algo casual y desconocido para convertirse en una habilidad que podía ser enseñada y que el secreto para encontrar a la pareja perfecta, a tu alma gemela existía y yacía en un algoritmo que permitiría a dos extraños conocer su grado de compatibilidad y con esa fiel creencia dio inicio al viaje que la convertiría en una de las empresarias y casamenteras más reconocidas y exitosas en todo Londres.

Hace más de 5 años que invertía su tiempo y todos sus conocimientos en ayudar a personas tristes y con el corazón roto a encontrar el verdadero amor, a encontrar esa otra mitad perdida que aguardaba por él o por ella.

Natasha era buena en su trabajo, cobraba bien y a cambio obtenía el regocijo de ver a las parejas sumamente felices y enamoradas. Nadie se había quejado jamás de su método tan poco ortodoxo, de sus consejos y mucho menos de los resultados que su algoritmo "soulmates" obtenía para sus clientes, cientos de parejas casadas respaldaban todo su esfuerzo y esa era la única publicidad que necesitaba, aquella que iba de boca en boca entre aquellos que buscaban el verdadero amor.

Sin embargo, ahora su trabajo consistía en emparejar con una linda chica al hombre más atractivo, descarado, engreído y libertino de todo Londres, al hijo de nada más y nada menos que Anthony Evans, magnate multimillonario y reconocido internacionalmente por su gran labor altruista, talento en el área publicitaria y claro por ser uno de los hombres más mujeriegos de todos los tiempos.

El más grande de los Evans, desesperado, aconsejado e influenciado por sus hijos Elizabeth y Thor había optado por buscar ayuda para su hijo Steve, contratando así los servicios de una casamentera de una forma bastante intimidante y poco convencional, dejándola sin otra opción más que aceptar el trabajo.

Por otro lado, estaba Steve Evans quien a sus 35 años se consideraba como uno de los hombres más sexies y deseados del mercado, teniendo como único objetivo en la vida hacer bien su trabajo en la empresa publicitaria de su padre para después derrochar su dinero con un sin número de mujeres que sólo calentaban su cama por noche. Jamás llamaba, jamás habían citas, novias, romance, coqueteos ni ninguna clase de compromiso que lo atara a alguna de ellas, por lo que su comportamiento comenzaba a ser preocupante y alarmante para su padre y hermanos.

Anthony Evans temía que su hijo se volviera una versión exacta de lo que había sido su vida después de que su primera esposa y madre de sus dos hijos varones los abandonara. No deseaba esa vida para ninguno de ellos, afortunadamente Thor y Elizabeth habían logrado madurar y hacer sus vidas de forma normal, encontrando una pareja que los acompañara a construir su propia familia, pero Steve... Steve era otra historia y no parecía importarle en lo absoluto, vivía al día, sin embargo, su padre sabía que un día cuando fuese mayor y se sintiera sólo miraría a tras y se arrepentiría por todo el tiempo que había desperdiciado llevando ese estilo de vida tan extravagante y libertino.

La decisión estaba tomada y aunque las medidas eran extremistas, Steve Evans tenía un ultimátum y con la ayuda de Natasha, la casamentera, encontraría a una linda chica a la que pudiese desposar para así poder dirigir junto a sus hermanos Thor y Elizabeth la empresa familiar de su padre. De lo contrario, si Steve en seis meses no lograba formalizar una relación y sentar cabeza quedaría fuera de las empresas y de toda posesión familiar y Natasha, por otro lado, perdería credibilidad, su empresa se iría a la ruina y todo lo que por años había luchado en construir para crear su algoritmo del amor "soulmates" se iría al demonio.

💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora