-¿Tú hermano no está? -Steve preguntó mientras se dejaba llevar de la mano hasta la cocina en donde Nat se encontraba tomando un pequeño refrigerio.
-Salió a comprar unas cosas que necesita para el hospicio y una muda decente para mañana. -Natasha se sentó en el banquito de la isla y lo invitó a tomar asiento junto ella, en el otro banquito a su lado.
-Ya veo...
Steve fijó sus ojos brillosos en la mujer que lo acompañaba. Ella aún se encontraba en pijama a pesar de ser más de medio día, aunque realmente no importaba la hora, ella siempre se veía preciosa con ese moño alto que recogía su cabello, con sus shorts de algodón a cuadros y esas blusitas gris tan pequeña de tirantes que la hacían ver como una frágil muñequita rubia a la que sólo podía pensar en llenar de besos.
-Abre la boca, amor. -Nat tomó un pedacito de manzana bañada con miel con sus dedos y la dirigió hasta su boca.
-¿Tendrá una cita o algo así? -Steve abrió los labios sin rechistar, recibiendo encantado ese acto tan dulce de su parte mientras masticaba y la miraba anamorado chupar sus dedos como si fuese una niña para luego tomar otro pedazo de fruta para ella.
-Si, mañana tendrá una cita, su primera cita en casi 4 años. -Nat sonrió satisfecha, tomando otro trozo de manzana para dárselo en la boca de nuevo.
-Maravilloso, por cierto, amor... -Steve tragó e hizo una pausa.
-Te escucho corazón. -Nat pasó su pulgar sobre el labio inferior de Steve para limpiar restos de miel y sonreír mientras él sólo podía pensar en montarla sobre la isla de la cocina para comérsela a besos, pero debía concentrarse.
-Necesito pedirte algo, nena, pero si no te sientes cómoda con ello lo entenderé. -Habló y volvió a abrir la boca cuando ella le dio otra rebanada con miel.
-Dime de que se trata, amor. Nat bajó de su banquito y se puso de pie para ir por un vaso de jugo, no sin antes acercarse a él para darle un besito fugas, pero Steve la atrapó entre sus brazos y no la dejo ir a ningún lado.
-Me preguntaba si podrías acompañar a Lizz... Ser algo así como su dama de honor. -Ella se acomodó entre sus piernas y se abrazó con dulzura a sus hombros mientras él la miraba ansioso con la frente arrugada.
-¿Qué hay de sus damas de honor? De sus amigas. -La rubia quisó saber.
-Ella tiene más amigos que amigas y bueno, honestamente olvidamos ese detalle. Papá, Thor y yo planeamos gran parte de la boda, para evitar que lo que sucedió en la boda de Thor se repitiera. El organizador de bodas que habíamos contratado filtró información a la prensa y mucha gente se coló al evento. Por cierto, dime porque no te conocí en la boda de mi hermano, ¿no te invitó? -Steve notó aquel pequeño detalle, seguramente de haberla visto en la boda de Thor jamás la habría olvidado.
-No pude asistir porque ese mismo día mi hermano iba a inaugurar el nuevo hospicio que había remodelado para los niños, e iba comenzar la mudanza, no podía faltar. -Nat acarició la barba de su mentón mientras sentía sus brazos estrecharla un poco más contra su cuerpo.
-Si te hubiese conocido desde entonces quiza ahora estaríamos casados, con hijos llegando al jardín de niños junto a mis sobrinos. -Steve sonrió cómo bobo y ella negó divertida con la cabeza.
-O quizá sólo habrías intentado tener sexo conmigo en algún rincón de la fiesta y te habrías olvidado de mi a los pocos minutos. -Ella lo miró fijamente y él negó en desacuerdo.
-No, no, jamás hubiese podido hacerlo. -Él frunció las cejas con desagrado de escucharla decir eso.
-No lo sabemos, Steve, pero eso ya no tiene importancia, fue hace varios años y ahora estamos saliendo. -Ambos sonrieron.
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💞𝙎𝙊𝙐𝙇𝙈𝘼𝙏𝙀𝙎 💞
Romance¿Crees en las almas gemelas? Su trabajo consistía en emparejar al atractivo, descarado, engreído y libertino Steve Evans de 35 años con una linda chica a la que pudiese desposar para poder dirigir junto a sus hermanos la empresa familiar de su padre...