Capitulo 155:

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Marude

Respiro profundamente, se siente tanta paz desde que ese loco enano se largo lejos del CCG, aunque sigo diciendo que no pudo ser él quien mato a Arima, podría asesinar a sangre fría pero no es un monstruo... ¡No! Sí es un monstruo, de solo recordar como destrozó a mis amadas motocicletas... Oh no, las lágrimas vuelven.
Me costó meses de salario para poder comprar una motocicleta similar a la primera, a demás de que Yukinori no ayudó mucho, mira que eso de reírse al verme llorar... A demás de que no reprendió a la pulga esa, ¡Ja! Pulga.

Caminé hasta el estacionamiento, encendí mi motocicleta y conduje hasta mi casa.
Pensándolo bien eso de que el estúpido criado ese de Arima haya quedado al mando del CCG de buenas a primeras es bastante extraño, tendría que haber chupado suficientes bolas como para llegar ahí... Ni siquiatra dinosaurios como Kuroiwa, Shinohara o inclusive yo fuimos llamados.
Es bastante extraño...

Como sea tampoco es que me importe lo suficiente.

Llegué, metí mi motocicleta a la cochera y caminé hasta la cocina, me serví un poco de agua, saqué una de esas comidas congeladas y la metí al microondas después de apuñalarla con un tenedor... Destapé una cerveza y di un enorme trago que me refrescó la garganta, cuando escuché la puerta abrirse. Corrí hasta ella pero estaba cerrada, quizás lo que escuché fue la puerta al cerrarse... Saqué mi arma y recorrí la casa, al parecer no había nadie, quizás todo fue mi imaginación. El microondas comenzó a pitar asustándome.
-estúpida chingadera- murmuré, saqué el plato lo moví un poco y lo volví a meter.
Di otro trago a mi cerveza y antes incluso de poder tragarla escuché el sonido de un motor... De mi motor, escupí el trago y corrí hasta la cochera. La puerta estaba de par en par y el motor aceleraba y aceleraba.
-¿¡pero qué carajo!?- exclamé molesto apuntándole con el arma.
Entonces volteó con esa maldita sonrisa angelical que ronda en cada una de mis pesadillas.
-hola hola Maru-san- dijo y aceleró de nuevo. -¡waaa! Está suena mucho mejor que las otras- dijo riendo.
Sentí el corazón detenerse, no, ¡No! ¡No de nuevo!
Lo tomé del cuello de su camisa y lo jalé hacia atrás bajándolo de ahí.
-no toques mi motocicleta, ya arruinaste dos- comenzó a reírse.
-lo vez Azuky, te dije que rompí dos.
-no tienes remedio- ella salió de deatrás de unas cajas, no parecía estarse escondiendo más bien estaba husmeando en mis cosas.
-¿Qué hacen ustedes aquí?- sostenía a Suzuya de los hombros para que no fuera a subirse de nuevo a la motocicleta por lo que no pude apuntarle con el arma.
-tranquilízate Marude-san, no vinimos a romper nada- dijo mostrando las manos. -solo queremos hablar contigo.
Eleve una de mis cejas y la miré con seriedad.
-por supuesto, los "hermanos del desastre" solo vendrán a hablar. ¿Acaso crees que soy idiota?
Suzuya asintió haciéndola reír, lo que me molestó.
-cálmate Maru-san, si nos escuchas no dañaremos tu motocicleta.
-¿Están amenazándome?- ella hizo un gesto de indiferencia.
-haremos lo que sea necesario- caminó lentamente al rededor de mi moto. -tomaremos medidas desesperadas si es que se necesitan. Tu mejor que nadie debería saber que así es esto.
Tomó con fuerza uno de los espejos como si fuera a tirar de él.
-¡espera!- grité con desesperación. -no lo rompas, es difícil conseguir una pieza original.
-¿qué te parece si nos escuchas atentamente, entonces?- sonrió de una manera malvada, solté a Suzuya y ella sonrió más ampliamente.
-¿Y si te dijera que mejor llamaré a Haise?
Ambos rieron.
-como si de verdad confiaras en él, siempre fuiste el primero en burlarte de él- se burló Suzuya.
-a demás, lo que tenemos por decirte... Talvez te agrade.
Lo pensé unos segundos, talvez Suzuya me desagradaba pero lo que estaba ocurriendo en el CCG desde la muerte de Arima, era aún más desagradable.
-bien, los escucharé, solo aléjense de mi motocicleta...

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Hola hola, aquí el capítulo de la semana!!

Díganme: creen que Marude realmente los ayude??

Gracias por leer, votar y comentar.

Cuídense mucho y no olviden dormir lo suficiente.

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