Veintiuno

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El alfa estaba desesperado pues llevaba dos días intentando hablar con Saint desde España, donde esa vez había tocado trabajar con la Corporación pero el omega nunca quería ponerse al teléfono.

Tanto Sofía como Greta encargadas de atenderlo, ya no sabían que decirle, ya que ellas no se habían enterado de la salida éste, por lo que tampoco tenían idea de lo que le pasaba.

Le dijeron que el médico estaba a todas horas con él, celoso y molesto también, este intentó contactar con Perth pero siempre comunicaba.

La mañana del jueves, las empleadas habían salido y el médico estaba en el baño, entonces el móvil de este sonó y el omega vio la llamada y tras resoplar molesto, contestó.

-¿Qué quieres?, ¿Por qué no dejas en paz a Perth?-preguntó.

-Oh pequeño, por fin cariño, llevo días intentand...

-¿Qué quieres? ¿qué es lo que pasa?-volvió a preguntar el omega bastante enfadado y aguantando las lágrimas.

-¿Por qué me hablas así, Saint?, no te entiendo, cielo ¿Estás bien?.

-Yo perfectamente bien, gracias pero contestame a algo, ¿y tu futura esposa que tal está?, espléndida supongo-soltó finalmente antes de cortar la llamada, ante la atónita mirada del médico, el cual estaba reas él.

Saint no había dado la mínima oportunidad a Zee de hablar y éste sintió morirse al escucharlo pues al parecer el castaño se había enterado de su boda y estaba realmente enfadado.

Temía por su salud y la de su hijo, él había querido evitarle ese disgusto pero estaba entre la espada y la pared, por lo que su secreto se había convertido en una gran bola de nieve, aunque aún faltaba saber si el omega también estaba al tanto de lo del bebé de Janis.

El alfa se estaba volviendo loco de la angustia y la preocupación, las horas no pasaban y no veía la hora de regresar para poder explicarle todo al omega y saber como se había enterado.

Esa misma tarde, Anne viajó a España y tan pronto lo vio, orgullosa de su hazaña le enseñó un periódico.

-Mira hijo, ¿no te encanta?, estáis guapísimos.

El joven alfa miró con asombró la página que su feliz progenitora le estaba mostrando y entonces lo entendió todo.

-¡Pero madre!, ¿qué es lo que has hecho?, ¿por qué demonios has publicado eso en el periódico?-le gritó molesto.

-¿Qué pasa hijo?, estoy feliz y quiero que todo el mundo lo sepa...Deseo que todos se enteren de que mi hermoso hijo se casa con una preciosa omega de buena familia y además tu padre me ha dado permiso.

-¡Pero esto no era necesario!, ¡No era nada necesario!- gritó de nuevo Zee antes de irse a su habitación y dar un fuerte portazo.

En la soledad de su habitación el abatido alfa pensaba en todo lo sucedido, ¿Cómo iba a solucionar ahora las cosas con Saint?, y otra cosa, ¿cómo se había enterado, si no había prensa en la casa? pues él expresamente había prohibido la entrada de cualquier noticia referente a él o a su familia en la casa.

Minutos después, cayó en la cuenta de por qué el médico no había querido hablarle tampoco, seguro que tenía algo que ver y por eso el omega no le había dejado hablar con él.

Este enfureció más pues eso solo quería decir una cosa pues si el alfa obedecía la voluntad de este, era porque de alguna forma sentía algo por su omega y lo estaba ayudando a ignorarlo.

Tras días torturandose, finalmente el viernes se cumplió el cupo y entonces regresó a Bangkok para intentar hablar con Saint antes de su boda pero cuando llegó al edificio, la omega y la beta del servicio estaban encerradas y desesperadas.

Saint las había dejado en el dormitorio de estas y se había ido, no sin antes sabotear el teléfono para que no lo avisaran si conseguían salir de la habitación.

Rápidamente fue a la habitación del omega y se la encontró revuelta, miró en el armario y en los cajones y vio que faltaba mucha de su ropa, luego fue al baño y comprobó que las cosas de este tampoco estaban.

El alfa llamó una y otra vez al teléfono del médico sin obtener respuesta, incluso fue a su habitación y tampoco estaba la ropa de este, entonces se fue a su consulta en la cuidad pero esta estaba cerrada.

Fuera de sí, el alfa tiró la puerta y la revisó de arriba abajo mientras lo destrozaba todo a su paso pero tampoco obtuvo rastro de ellos.

Todo apuntaba a que Saint y Perth se habían escapado juntos.

Todo apuntaba a que Saint y Perth se habían escapado juntos

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3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora