Treinta y seis

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Saint se despertó muy desconcertado, no sabía porqué estaba allí, entonces miró a su alrededor y se encontró con Zee dormido en una silla al lado de la cama.

A pesar de estar muy molesto con él, el omega sonrió y estuvo mirándolo durante un buen rato, hasta que una enfermera entró a la habitación para cambiarle el suero.

-¿Qué hace él aquí?-le preguntó entre susurros.

-Tranquilo, tú alfa fue quién te salvó y desde entonces no se ha despegado de ti.

El omega sintió como si un gran golpe azotase su mente y lo recordó todo empezando a agitarse.

-¡PERTH! ¡PETE! ¡mi bebé!, ¿Dónde está?, ¡Denme a mi bebé!-gritó desesperado.

Zee se despertó y rápidamente ayudó a la enfermera a sujetarle para que ésta pudiese sedarlo, mientras intentaba decirle que el bebé estaba bien y que estaba a salvo en su casa.

El médico volvió a la habitación y le dijo al alfa que este estaba fuera de peligro, que solo necesitaba tranquilidad y descanso y que con el sedante dormiría durante toda la noche, así que le aconsejó regresar a casa, por lo que éste lo besó y se fue.

Perth también estaba sedado por los dolores, Zee igualmente fue a darle un vistazo y luego dijo a las enfermeras que regresaría en el día siguiente.

Tras salir del hospital, este subió a su coche y puso rumbo a la mansión pues confiaba en que Pete estaba muy bien cuidado por sus empleadas y debía ir con Janis y su otro hijo.

Este notó algo raro en el ambiente, al entrar pues olía a nerviosismo, sangre y una pizca de aroma a omega que le resultaba familiar, aunque no consiguio descifrarlo, entonces fue a la habitación de su bebé y allí se encontró a su esposa, esperándolo como si nada, tranquila y sonriente.

-Hola amor, que bien que llegaste.

-Hola.

Había algo en su actitud que no entendía, la conocía demasiado y sabía que le ocultaba algo pues ella no era de las que se callaban y mucho menos dejaba pasar el momento de reprocharle su falta de atención.

Mientras cargaba a su hijo, el joven alfa pensaba en lo lindo que sería poder tener a sus dos bebés creciendo bajo el mismo techo y deseó con toda su fuerza poder tener algún día ese valor para conseguirlo.

Una empleada les avisó que la cena ya estaba servida, así que ambos bajaron y tras sentarse, comenzaron a cenar junto al resto de la familia.

Zee notó a su padre muy raro también pues aunque de por si ya lo era, se comportó más intrigante que de costumbre.

Este no dejaba de fulminarlo con la mirada, además mantenía sus puños apretados y saltaba a la vista que se estaba conteniendo por saltar al cuello de alguien.

Harto ya de la incomodidad de la cena, rompió el silencio.

-Madre, estás bellísima esta noche, ¿celebramos algo?.

-Oh claro hijo...tu padre y yo hemos decidido viajar toda la familia... Las cosas no están bien y la policía no deja de husmear...nos alejaremos de esto una temporada.

Zee sintió una punzada en el corazón y ésta se hizo más dolorosa cuando vio la sonrisa en la cara de Janis y de su padre.

-Es maravilloso, ¿verdad amor?, el primer viaje de nuestro hijo... Será como una segunda luna de miel- la omega estaba encantada.

Este empezó entonces a entender el buen humor de su esposa pues seguro sus padres la habían contentado con el viaje y el sueño de una familia unida y feliz para que dejase sus celos y no armase más escándalos.

-Así es hijo... nuestro ÚNICO nieto tendrá su primer viaje con la familia, dejaremos esto por una larga temporada.... NADA nos une aquí, ¿cierto?-habló Joong con su sonrisa cínica.

El joven alfa se puso nervioso, realmente había notado el ímpetu de su padre en sus palabras y se olía que el viejo se traía algo entre manos pues lo conocía muy bien y sabía que su sádico padre, no actuaba sin dejar cabos sueltos.

-¿Estás bien, hijo?, ¿tienes algún PROBLEMA o es que no hace ilusión viajar por placer con la FAMILIA?- habló el viejo alfa de nuevo mientras le griñaba un ojo.

Un mal presentimiento lo hizo alarmarse, estaba seguro que su padre sabía algo pues sus ojos y su actitud se lo estaban confirmando, entonces lo miró horrorizado y temió por la vida de Saint.

Rápidamente se levantó de la mesa y corrió hasta su habitación de soltero, que ahora tenía como su despacho y entró para llamar a la clínica.

Una enfermera le dijo que este estaba perfectamente, que descansaba tranquilo pero Zee no se quedó conforme pues sabía que su padre había hecho algo.

Echó un vistazo a su alrededor y entonces notó que el cuadro de la pared que ocultaba su caja fuerte estaba movido, entonces se acercó, lo abrió y miró que estaba todo revuelto, además faltaba todo su dinero y varios documentos.

-¡Mierda!, ¡joder no!, ¡maldito seas Joong Pruk!-maldijo furioso.

Entonces se acordó de su otro bebé, cogió de nuevo su móvil y marcó pero no halló respuesta, volvió a llamar una vez más a sus empleadas pero estas no contestaron.

La puerta del dormitorio se abrió de golpe y su padre entró sonriendo.

-No te molestes hijo... ni tu maldito bastardo, ni tus putas empleadas se encuentran allí.

3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora