Joong y Anne Pruk son los alfas mayores y jefes de una gran Corporación dedicada al comercio de omegas y betas, los cuales llegan a sus manos mediante engañados y tras ser raptados.
Sus hijos Zee y Gulf son dos alfas fuertes y hermosos, con una incr...
Zee no había regresado con Janis en muchas horas y ella no dejó de llorar y de calentar a Joong con sus incoherencias de omega despechada y celosa, por lo que éste ya harto y furioso de escucharla, llamó a sus guardianes para que le dijese el paradero de su hijo.
Uno de ellos le atendió y le contó que habían estado siguiendolo a él y a otro alfa hasta un hotel de Lampang y que algo había pasado allí.
Le dijeron que no habían podido averiguarlo bien pues habían tenido que alejarse de allí, ya que la policía había llegado y vigilaba la zona, aunque la gente comentaba que había sido una pelea y que había heridos.
El viejo alfa estaba muy molesto con ellos por no habérselo dicho antes pero alegaron creer necesario asegurarse primero, ya que lo habían seguido hasta el hospital.
Este les recriminó que eso había sido hacía horas y que su hijo todavía no había regresado, entonces les exigió resultados cuanto antes o los liquidaría.
Mientras hablaban, el otro alfa guardián intentaba averiguar con las enfermeras que era lo que estaba pasado pero ellas no le revelaban esa información, a pesar de estar muy asustadas.
De repente este agarró del brazo a su compañero, mientras su jefe escuchaba los murmullos por el teléfono.
...—¿Qué demonios pasa Ham?, ¿Qué está haciendo ahí mi hijo?—les preguntó preocupado.
—Señor, su hijo está saliendo del hospital de nuevo y lleva un bebé en brazos y se está subiendo al coche del otro tipo... Tranquilo, lo seguiremos... volveré a llarmarle.
Joong colgó muy desconcertado y preguntándose qué demonios hacía su hijo en Lampang y de quién era ese bebé que se había llevado.
No entendía porque Zee no le había pedido ayuda y le ocultaba cosas, sentía no conocer a su propio hijo pues nunca creyó que llegaría el día en que tendría que ponerse entre la lealtad a las reglas de la Corporación y uno de sus descendientes.
Muy molesto y preocupado caminó por la mansión hasta dar con su otro hijo y su fiel captador Mew, los cuales estaban hablando entre ellos pero se callaron al olerlo.
—Muchachos, vengan a mi despacho quiero hablarles.
—Si padre—habló Gulf.
—Claro señor—dijo a continuación, Mew.
Los tres alfas se sentaron y entonces el más viejo los miró fijamente.
—¿Qué ocurre padre?
Joong resopló y se recostó en su sillón.
—Sabéis que no me gustan las mentiras y los secretos ¿Verdad?—Ambos jóvenes asintieron—… Y sabéis que al final siempre me entero de todo.
—¿Qué pasa padre?, deja el misterio—Exigió Gulf mirando a este y luego a su compañero.
—Se trata de Zee, ¿Sabéis qué es lo que lo trae tan alterado y ausente de su obligaciones maritales y paternales?.
Ambos alfas volvieron a mirarse y negaron.
—Supongo que tendrá asuntos relacionados con la Corporación padre, ¿Qué otra cosa podría ser, padre?
Joong asintió conforme y tras abrirse la chaqueta mostrando su arma, miró a Mew.
—Llevas muchos años con nosotros...si supieras algo, ¿me lo dirías verdad?.
El moreno carraspeó y acto seguido asintió.
—Claro señor, por supuesto.
El alfa mayor entonces dio una fuerte palmada, la cual asustó a ambos jóvenes, quienes dieron un pequeño bote en la silla.
—Bien, volved a vuestras cosas, pronto tendréis que salir nuevamente, yo aún tendré que quedarme aquí por culpa de esos estúpidos policías.
—Si, claro padre.
—Ok, señor.
Cuando los jóvenes salieron, Joong sacó su arma y la acarició mientras la miraba fijamente.
—Está visto que no puedo confiar en nadie y eso no me está gustando nada de nada.
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(...)
Yatch aparcó el coche enfrente del edificio de Zee, mientras este cogía al bebé y a sus cosas para entrar muy apurado y tras llegar, rápidamente abrió la puerta asustando a las empleadas.
...—Dejar lo que estéis haciendo y atender a mi hijo, os lo dejaré a vuestro cuidado... Yo tengo que irme de nuevo, así que por favor, alimentarlo y velar por él—ordenó saliendo por la puerta.
—Claro señor, no se preocupe vaya tranquilo, lo cuidaremos muy bien—dijo la omega acariciando al bebé, el cual dormía en brazos de la joven beta
El alfa volvió a subirse al coche y emprendieron rumbo al lugar donde tenía aparcado su coche y tras bajarse y cogerlo, puso rumbo de nuevo al hospital, mientras Yatch se iba a su casa.
Quería y sentía que debía estar junto a Saint, así que tras estacionar, se bajó y entró en el centro hospitalario, sin darse cuenta que los empleados de su padre estaban observando todos sus movimientos.
Harris volvió a llamar a su jefe y le contó lo sucedido, por lo que el viejo alfa no esperó más y llamó a otros dos de sus alfas empleados y les ordenó que fuesen a la dirección del edificio donde este había dejado al bebé y así averiguar qué demonios era lo que estaba pasando allí.
Mientras en el hospital, Saint fue trasladado a una habitación aunque seguía muy sedado pues por fortuna su hemorragia anal había cesado al fin pero su tensión estaba descompensada, ya que estaba muy débil por la falta de hierro y vitaminas y el miedo vivido en el ataque.
Perth salió bien de la operación pero lo dejaron veinticuatro horas en observación para vigilar posibles infecciones y poder así actuar rápidamente.
Zee firmó todo el papeleo y se hizo responsable de las dos facturas, ya que el hospital exigía un pagador y el médico no tenía a ningún familiar localizable allí.
En cierto modo, tenía que agradecerle el intentar cuidar y proteger a su familia, aunque hubiese sido de él mismo y también por recibir un navajazo al defender a su omega.
Mientras, uno de los espías de Joong se quedó vigilando en recepción y tras escuchar a las enfermeras hablar entre ellas, consiguió enterarse de todo, mientras el otro siguió al joven Pruk hasta la habitación donde estaba el omega y se puso a escuchar también para así poder averiguar lo que estaba sucediendo y que su jefe no le cortase la cabeza.
