Treinta y tres

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...—De acuerdo princesita, ahora sí lo pasaremos muy bien...ven acá y deja a tu bastardo—dijo Win agarrándolo con fuerza—...tu estúpido alfa no nos molestará más—rió—... el padre de tu hijo es un auténtico inútil.

—¡No por favor déjame en paz!, ¡Oh Dios Perth!...¡Perth, despiertate Perth!, ¡contéstame por favor!, ¡no te mueras, Perth!, ¡Perth!...—gritó entre sollozos el omega, tras dejar a Pete en su cuna y ver al inmóvil doctor tendido en el suelo.

El bebé no paraba de llorar por lo que este intentó acunarlo pero el rubio alfa lo agarró de nuevo y lo tiró sobre la cama.

Saint intentaba calmar a su hijo pues temía que en un arrebato, aquel alfa lo lastimase si no lo callaba pero este estaba demasiado extasiado manoseandolo y volviendo a colocarse para conseguir su propósito.

—Shsss... tra-tranquilo mi ni-niño, papi está a-aquí, no te-temas mi amor....To-Todo está bi-bien—balbuceó el omega entre sollozos para intentar calmarlo.

De repente Win volvió a golpearlo en la cara, cada vez estaba más violento pues eso lo ponía a mil, se reía desquiciado de poder y deseo mientras besuqueaba el tembloroso cuerpo del omega.

(...)

—¡Vamos Yatch!, ¡Ese medicucho ha cogido ese ascensor y se ha parado en la segunda planta!, ¡corre, tenemos que encontrarlo!, ¡No permitiré que de nuevo se vaya con mi familia!.

—Bien pero tendremos que ir puerta por puerta, no sabemos exactamente en cual habitación están y en recepción no hay nadie para preguntar— dijo el detective siguiendolo a toda prisa.

Ya en el ascensor, subieron y se pararon en la segunda planta, al salir miraron hacía ambos lados del pasillo pero no vieron a nadie, entonces comenzaron a llamar puerta por puerta hasta que el joven alfa notó su interior estremecerse, presintiendo peligro, rápidamente supo que era Saint, así que apuró su paso.

Casi llegando al final del pasillo, en el que todavía quedaban varias habitaciones por revisar, este olió el leve aroma de omega y escuchó el llanto de un bebé.

El detective y él se miraron y acto seguido echaron a correr encontrándose a un alfa muy violento que golpeaba y abusaba de un omega y también vieron a alguien de espaldas tendido en el suelo.

Reaccionaron rápidamente y apartaron al alfa empezando a golparlo hasta que este cayó inconsciente en el suelo, el detective fue a socorrer al herido y con sorpresa se encontró que era el doctor luego miró a Zee, el cual estaba paralizado contemplando con horror a su omega, el cual estaba tendido en la cama desnudo e inconsciente, con múltiples marcas y moratones por todo su cuerpo..

—¡Saint!, ¡oh Dios mío!, ¿cómo estás?, ¡contéstame!, ¡abre tus hermosos ojos por favor!, ¡cariño háblame!—sollozaba el alfa mientras se abrazaba al cuerpo inmóvil del omega.

La ambulancia llegó y acto seguido llegó también la policía exigiendo saber lo sucedido, por suerte Saint y Perth aún estaban vivos, aunque muy graves.

Uno de los sanitarios se acercó a la cuna y cogió al bebé ante la atenta y sorpresiva mirada de Zee pues debían revisarlo también ante su desesperado llanto.

El omega y el doctor fueron atendidos por los sanitarios y subidos a la ambulancia, por el contrario, Win fue apresado por la policía, la cual aviso a su madre y ésta se personó en el lugar, ajena a las barbaridaes que su hijo había hecho.

Una vez en el hospital tras prestar declaración, Zee por fin pudo cargar a su hijo, al cual amaba aunque nunca lo había visto y del cual ni siquiera sabía su nombre.

Pudo ver lo hermoso que era, tenía mucho del omega, sus ojos eran de su mismo color y tenía su misma naricita de botón.

—Hola mi, amor... yo soy tu otro papá y estoy muy feliz de conocerte por fin—dijo besando su pequeña cabecita.

Perth fue directo a quirófano para poder ser operado por el profundo navajazo que había recibido, mientras que Saint se recuperaba de los hematomas producidos por los golpes, tras comprobarse que no tenía nada roto, aunque si había sufrido un gran desgarro anal por la brutalidad de la violación por suerte interrumpida.

3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora