Seis

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Todo estaba listo para la gran puja,ya que la mercancía lucía espectacular pues habían sido aseados, perfumados y vestidos con las mejores ropas íntimas, hechas con sedas y encajes para así hacerles más apetecibles y volver más locos a los alfas dispuestos a comprarlos y los posibles compradores estaban avisados.

Todo era secreto pero aún así, cada vez había más interesados, aunque la mayor parte de la clientela de la Corporación, eran grandes empresarios europeos que buscaban carne nativa, hermosa y muy joven.

Los más asiduos a tales eventos solían ser los asiáticos pero de vez en cuando surgían excepciones como esa noche pues habían acudido también jóvenes alfas novatos, con demasiado dinero en sus bolsillos.

Joong, su esposa e hijos contemplaban todo desde el palco del gran auditorio, la cual también era propiedad de la Corporación.

Zee estaba muy inquieto, cosa que no pasó desapercibido para su padre.

...-Hijo, apestas a preocupación, ¿Qué demonios te ocurre?, esto no es bueno para el negocio... Tu pestilencia pondrá nerviosos a los omegas y hará prevenir y desconfiar a los clientes de que algo no anda bien-susurró el viejo alda molesto.

-Lo siento padre...no puedo controlarlo... Temo que descubran lo de los omegas... Saldré un momento e intentaré sobreponerme- susurró este saliendo del palco.

-Tranquilo padre, míralos...no se darán cuenta de que los omegas han sido violados-dijo Gulf sonriendo a su progenitor.

-Eso espero hijo... No podemos perder esta partida de mercancía, cada vez es más difícil que los captureis sin levantar sospechas.

Mientras, en el baño de la planta donde se celebraba el evento, Zee se mojaba la cara e intentaba tranquilizarse, era la primera vez, desde que había empezado en el negocio familiar que le sucedía eso y le estaba costando mucho controlarlo.

Tras unos minutos, sonó por los altavoces la dulce melodía que avisaba de que la subasta iba a dar comienzo, así que el joven alfa regresó con su familia para presenciarla.

Uno a uno los omegas y betas fueron desfilando por el escenario, enseñando sus encantos a golpe de amenazas a punta de pistola, mientras los alfas se peleaban rabiosos por los más lindos y perfectos.

Joong desde su sillón se relamía solo con pensar en todas las ganancias que tendrían en esa campaña.

Su hijo mayor finalmente consiguió calmarse un poco pero cuando le tocó el turno al omega castaño, le fue muy difícil dominarse pues no podía soportar la idea de que otro alfa lo poseyese pues lo quería para él.

La puja por Saint fue muy reñida pues inesperadamente todos pujaron ya que babeaban eufóricos por poseer su linda cara, las curvas y su hermoso cuerpo bien moldeado de este.

El omega estaba muy asustado y eso hacía sufrir más a Zee pues sentía su miedo como si fuese el suyo propio y apretaba sus puños casi hasta hacerse daño con sus uñas, mientras presenciaba todo desde el palco.

Según fue aumentando la cifra de la puja, algunos desistieron y se conformaron con otros ya en su poder o con alcanzar otros que viniesen después.

El duelo quedó entre el empresario asiático Yun Yoko, un magnate de la tecnología robótica y un joven alfa, hijo de un poderoso empresario llamado Troy Thomas, que al parecer era la primera vez que los Pruk lo veían en una de sus pujas.

El precio llegó a ser desorbitado y Zee estaba histérico, sudaba y no paraba de maldecir internamente cada vez que los alfas pujaban por el omega, mientras su hermano y sus padres lo miraban extrañados frunciendo el ceño.

Tras una ardua lucha, el joven alfa Troy Thomas consiguió hacerse por fin con el omega y Joong sonrió pletórico pues contra todo pronóstico, el dañado y asustado omega, lo había hecho inmensamente rico.

Gulf y Anne también estaban felices, todo lo contrario que Zee, el cual resoplaba y maldecía intensamente.

...-Tranquilo hijo, con tu comisión podrás follarte a los omegas que quieras... Pronto te olvidarás de ese insignificante y frágil despojo.

-Si padre, lo que tú digas-dijo este con su cabeza baja mirando al suelo.

Minutos después, este salió rápidamente de allí, dejando a su familia celebrando las ganancias y mientras cada omega y cada beta era entregado a su nuevo dueño tras el pago de estes.

Todos estaban muy asustados y temblaban ante el horror de vida que les esperaba junto aquellos asquerosos y repugnantes alfas, aunque Saint respiró tranquilo pues el alfa que lo había comprado no olía repugnante y parecía ser bastante amable.

-Hola, soy Troy... Vaya si que eres hermoso.... Anda ven, vámonos de aquí cuanto antes, no nos conviene quedarnos aquí mucho tiempo más-dijo el alfa sujetandolo del brazo y metiéndolo en un taxi.

Troy miró a todos lados y acto seguido se subió también y tras darle la dirección al taxista, se alejaron de aquel macabro edificio, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora