Veintidós

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Mientras Saint seguía desaparecido, el alfa lo buscó incansablemente a espaldas de su futura omega y de sus padres pero no logró dar con él.

Este seguía furioso por no encontrarlos pero también desesperado pues sabía que el embarazo del omega peligraba sin su cercanía.

Solo faltaban unas horas para du matrimonio y este no tuvo más remedio que pedirle a su padre que suspendiera todo unos días pues no podía casarse sin resolver algo antes .

Joong no aceptó de primeras pero Zee entonces recurrió a Janis y le suplicó que se inventara algo para retrasar la boda y aunque esta exigió un precio muy alto, este aceptó.

El alfa mayor se tragó la mentira de su futura nuera, la cual dijo tener dudas y necesitar unos días en un costoso retiro espiritual para aclararse, aunque en realidad esta se estuvo retozando con cuanto amante quiso.

Zee acabó contratando a un detective que vigilaba la consulta del médico día y noche, por si este aparecía o había rastro de su omega.

Ya no lo soportaba más, todo era una tortura y para colmo pronto debían viajar a marruecos para una nueva captación de omegas y betas para la Corporación.

Tenía que encontrar a Saint enseguida pues no podía soportar una vida al lado de Janis y el sexo con ella, si no tenía la vía de escape que era este.

Una semana después, Janis regresó pero Zee aún no había encontrado al castaño, así que fingió estar muy enfermo, luego un secuestro exprés y hasta un accidente con el coche pero sus padres y los de la omega no dieron alternativa y la boda fue un hecho.

Para rematarlo, esto propició que Joong empezase a sospechar que su hijo ocultaba algo pues le pareció muy raro su comportamiento, así como la sospechosa insistencia de querer salirse de sus obligaciones con la Corporación.

El viejo alfa lo notaba muy distante con la madre de su hijo e incluso después de la boda éste todavía seguía sin marcarla, la verdad era que no quería desconfiar de él pero tendría que mantenerlo vigilado.

(...)

...-Saint, ¿estás seguro de que esto es lo que quieres?, mal que te pese él es tu alfa y no puedes estar lejos de él por mucho más tiempo... Te puedes enfermar y mucho más en tu estado, él bebé y tú lo necesitáis.

-Perth, tú eres médico, ¿con quién crees que vamos a estar mejor que contigo?, tú prometiste ayudarme y estoy seguro de que sabes de algún remedio para suplantar la presencia de un alfa en estos casos... por favor ayúdanos-suplicó el omega haciendo un puchero.

El moreno alfa aparcó su coche de la calzada y paró el motor.

-Yo prometí que te ayudaría pero llevamos casi dos semanas huyendo y yo tengo una consulta, tengo pacientes que atender, por favor volvamos... Prometo que te encontraré un buen escondite y velaré por ti y por tu bebé pero entiendeme, no puedo dejar que me manipules así... No pondré tu vida ni la tu bebe en peligro, solo por un capricho tuyo.

El omega entendía que Perth estuviese así, él no era su omega y el bebé tampoco era suyo, aunque al principio pensó que lo dominaba su instinto de médico pero tras pasar el tiempo empezó a sospechar de que no era así.

El omega comprendió que eso solo podía significar una cosa y era que este albergaba sentimientos profundos por él y eso era un problema pues su marca indicaba que pertenecerían a Zee.

Odiaba que su cuerpo llamase desesperado al ala Pruk, este era un infiel y un mentiroso y Saint no lo creía merecedor de su amor pero no podía evitar amarlo.

Necesitaba alejarse más, no podía regresar, no podía volver a vez a Zee pues sabía que este ya se había casado y bo tardaría en morder a su esposa rompiendo así su lazo.

-Saint, regresemos, por favor- insistió el médico.

El castaño entonces hizo algo como medida desesperada, lo cual tomó a Perth por sorpresa.

Saint se inclinó y besó los labios de este en un tierno beso, el cual este siguió gustosamente.

Saint se inclinó y besó los labios de este en un tierno beso, el cual este siguió gustosamente

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-¿Por qué has hecho eso?-Preguntó confuso el alfa tras romperse el beso.

-Emm...yo...yo...me gu-gustas-Respondió el omega acallando su interior.

Perth sonrió.

-A mi también me gustas..Está bien, buscaremos un lugar más alejado, no permitiré que ese idiota de Zee te encuentre.

Este tocó la rodilla de omega y entonces suspiró.

-No creo que siga buscandome pero puede que su padre si se entere de todo y me da miedo

-Yo no dejaré que te hagan nada, tranquilo, precioso.

Saint sonrió y asintió mirando a los ojos del médico, el cual le devolvió la sonrisa, mientras encendía su coche de nuevo para seguir la carretera.

3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora