Treinta y nueve

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El amanecer llegó y con el la mejoría de Saint y también de Perth, los cuales se despertaron desorientados por unos instantes y llenos de preguntas.

El doctor no hacía más que preguntar por el omega y por Pete, la enfermera del turno de la mañana le explicó entonces más o menos lo que ella había escuchado de sus compañeras del turno de noche.

Le contó que el castaño.estaba en una habitación recuperándose de las heridas de su agresor, al que se  habían llevado detenido gracias a la intervención de dos alfas que los auxiliaron.

El médico estaba muy intrigado, no se imaginaba quienes podían ser sus salvadores pero estaba muy agradecido por Saint y por él.

Quería conocerlos y agradecérselo en persona pero la enfermera le dijo que los alfas no habían vuelto al hospital desde la noche anterior.

Por otro lado, el omega extrañaba mucho a su bebé pues quería tenerlo todo el tiempo con él, aunque estaba tranquilo pues pensaba que las empleadas de Zee que habían sido tan buenas con él, lo serían también con su hijito.

Sonrió recordando cuando se había despertado y el alfa dormía a su lado en la silla, realmente este se seguía viendo increíblemente atractivo pero acto seguido recordó ver la alianza en su dedo y su sonrisa se borró inmediatamente.

Pidió a la enfermera poder levantarse he ir a ver a Perth, está le pidió paciencia y entonces fue a preguntar al doctor, éste aceptó, así que uno de los celadores le trajo una silla de ruedas para que se sentase y fuese.

El celador que era un beta llamado Jason muy amable y sonriente, finalmente lo llevó donde el médicos herido para que se viesen y estuviesen más tranquilos.

Un rato más tarde, de nuevo lo llevó a su habitación y Saint volvió a recostarse para descansar.

Este llevaba unos minutos dormido y ajeno a todo lo que estaba pasando con su hijo, cuando un tipo con aspecto de mafioso entró en su habitación y le tapó la boca, abrió los ojos y empezó a temblar de miedo muy asustado.

—Hola precioso... Joong te manda saludos y un breve mensaje, así que escuchame bien... Él quiere que te diga que tienes un bastardo muy hermoso pero que jamás será un Pruk  porque no vivirá para eso.

Tras soltar una fuerte carcajada este se fue, entonces el omega se volvió loco de la angustia, gritando y queriendo salir corriendo con todos los cables agarrados a su brazo.

—¡Ese monstruo tiene a mi pequeño!, ¡Tengo que ir a salvarlo!, ¡Zee!, ¡Pete!, ¡Pete!....

Su tensión se descompensó y las máquinas empezaron a pitar, este desesperado se arrancó todos los cables y las vías y se echó abajo de la cama para ir en busca de su pequeño pero no llegó muy lejos pues las enfermeras que ya venían corriendo, lo agarraron y lo sedaron para volverlo a meter en la cama, sin llegar a entender que era lo que le había sucedido.

Entre tanto, la persecución de Joong se prolongó mucho más de lo debido, la policía acabó sumándose también y terminando al fin en un helipuerto en el que un helicóptero esperaba al alfa con el motor en marcha.

La policía acabó pidiendo más refuerzos pues el viejo alfa se atrincheró con Anne y con el piloto como rehenes dentro del hangar.

Zee y Mew dispararon al motor durante el tiroteo que el viejo alfa había iniciado para poder escapar con ayuda de sus fieles seguidores.

El lugar estaba rodeado y consiguiendo entrar al interior, intentaron convencerle de que soltase a Anne y al piloto beta pero fue imposible.

Varios agentes también accedieron al hangar, el ambiente se puso mucho más tenso y los nervios afloraron pues ya no había vuelta atrás.

—¡Joong Pruk!, ¡le habla la policía!, ¡salga con las manos en alto, entreguese y suelte a su omega y al piloto!, ¡tendrá un juicio justo, no nos lo haga más difícil!—Le habló un agente tras un megáfono.

—¡Y una mierda, estúpidos!...¡yo no iré a la cárcel!, ¡No me cogereis!.

3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora