3. «Era un omega destrozado»-Zaintsee-Mewgulf -Omegaverse-Terminada

Cuarenta y cinco

Zee cogió su móvil y entonces llamó a James, uno de sus hombres que a pesar de que todos habían regresado a la mansión tras llegar de la comisaría, ya que les había dado la noche libre, jamás pensó que ocurriese algo así.

Por suerte este aún estaba cerca, así que giró su coche y puso rumbo de regreso a la mansión, mientras que el alfa siguió ayudando a Mew a intentar derribar la gruesa y fuerte puerta.

Mientras en la sala, Anne miró nerviosa a su nuera pues esta estaba muy agitada y con una extraña mirada.

-¿Qué ocurre Janis?, ¿dónde están los demás?-preguntó la alfa mayor.

-Vendrán ahora...se han quedado hablando en el pasillo- mintió ésta sin sacarle el ojo de encima al bebe de Saint, el cual seguía tumbado sobre el sofá.

Anne confiada la creyó, así que no sospechó nada cuando ésta se acercó sonriendo al bebé y lo cogió en sus brazos, mientras ella cargaba a Finghter.

-Es muy lindo también ¿verdad?... será muy hermoso verlos crecer juntos como hermanos que son-dijo la alfa sonriente y orgullosa.

La omega entonces esbozó una falsa sonrisa, ya que en su interior se estaba desatando un huracán de rabia y celos que no tardó en explotar pues tras alejarse un poco de su suegra, esta sacó la pistola de la chaqueta y apuntó a la cabeza de Pete.

-P-Pero ¿qué estás haciendo?, ¿te has vuelto loca?, ¡suelta esa pistola y dame al bebé!-le exigió Anne.

-¡Cállate estúpida!, ¡estoy harta de ti!, ¡no sabes lo que me ha costado fingir ser tan vacía y superficial como tú!, ¡solo sabes pensar en la moda y en fiestas para presumir!-gritó la omega sorprendiendo a su suegra.

-Pero... ¿de que hablas?... Nosotros te amamos, ¿por qué haces esto?.

-¡Este bebé tiene que desaparecer!, ¡solo mi hijo heredará todo esto!.-gritó una vez más la desquiciada omega.

Mientras, los tres alfas consiguieron salir y corriendo al salón, sorprendiendo a la esposa de este, la cual agarró con más fuerza al bebé que comenzó a llorar.

-No Janis, no lo hagas... por favor te daré lo que quieras...Haré lo que desees pero no lo mates-suplicó Zee.

James llegó entonces sigiloso por detrás e hizo señas al alfa, mientras que la omega se percató y muy nerviosa, comenzó a apuntar alternativamente a los alfas y al bebé, moviendo su brazo con la pistola de un lado a otro.

-¡Dile adiós a tu pequeño bastardo!, ¡Si yo muero, él se vendrá conmigo a la tumba!, ¡Dile a tu perro que tire el arma!

-¡Suelta a mi hijo, puta loca!

En ese momento de confusión, un disparo se oyó.

Janis abrió los ojos y sorprendida se miró al vientre, del cual brotaba sangre manchando su vestido, entonces la pistola cayó de su mano al suelo y James le dio una patada, momento en el que Zee echó a correr con todas sus fuerzas para así coger a su hijo, salvándolo de una fatal caída.

La omega herida de muerte cayó de rodillas con sus manos en el vientre, entonces miró a su esposo y volvió a sonreír maliciosamente pues en un último intento, sacó una daga de su manga e intentó lanzársela al alfa pero rápidamente James le volvió a disparar, dándole esta vez en la cabeza, con lo que ésta cayó desplomada al suelo.

-Tranquilo mi bebé, ya todo pasó- dijo Zee abrazando a su hijo que lloraba intensamente-...Ya estás a salvo, mi pequeño.

-Gracias a Dios que llevaste James, muchas gracias...Te debemos la vida de mi nieto y la nuestra- agradeció Anne entre lágrimas.

Zee y los demás también le agradecieron mientras se acercaron para abrazarlo.

-Habrá que llamar de nuevo a la policía y a la morgue-dijo Gulf entonces mirando el cuerpo inerte de su cuñada.

-Tranquilo James, te ayudaremos y te sacaremos de allí-dijo Mew preocupado.

-Debo avisar a los Stars, tienen que explicar todo esto-habló Zee apenado-... Espero que no tomen represalias, sino ésta lucha absurda nunca terminará.

-Lo sé hermano pero todos juntos saldremos adelante-dijo Gulf abrazado a su madre-... Lucharemos y no dejaremos que nada ni nadie nos destruya.... Somos los Pruk y somos fuertes...somos una gran familia y ese es nuestro poder...Nada logrará derribarnos.