Cuando el Audi paró el motor en el garaje, observé con cierto alivio que el Lamborghini no estaba. Eso significaba que cabía la posibilidad de que Félix no se hallara en casa. No tenía ni idea de adónde podía haber ido, pero mientras no estuviera, me parecía buena idea.
Hyunjin me guio hacia la casa posando la mano en mi nuca, y me esforcé por fingir que no notaba el cosquilleo que ese contacto me provocaba. El corazón empezaba a latirme con ese ritmo tan gracioso que parecía volver loco a todo el mundo y confié en que Seungmin tampoco estuviera en la casa.
Nadie acudió a recibirnos, un detalle que me sorprendió, pues había avisado a Minho de nuestra llegada. Oí a Bokie ladrar y rascar la puerta del sótano, lo que me llevó a pensar que Minho había tomado cartas en el asunto. Si se producía un enfrentamiento entre Félix y Hyunjin, Bokie podía sufrir daños y Minho lo había encerrado en el sótano para protegerlo.
—¿Hola? —dijo Hyunjin, y su voz sedosa resonó en el vestíbulo. Suspiró al ver que Minho no salía corriendo a recibirnos, como habría sido normal en otras circunstancias—. Siempre prefirió a Félix antes que a mí. A Minho le gusta tener a alguien a quien mimar.
—Por eso le gusto —añadí con sequedad, y Hyunjin esbozó una leve sonrisa.
—¿Minho? —dijo Hyunjin, asomándose a la cocina.
No despegó la mano de mi espalda para que siguiese con él. Tampoco me habría marchado, la verdad. Deseaba estar allí donde estuviese Hyunjin, y no solo porque mi cuerpo insistía en que fuese así. Sino también porque quería estar presente en el caso de que se produjera el encuentro con Félix.
—¿Minho? —repitió Hyunjin, con un tono de fastidio.
Se oyó el sonido de una ruido en el salón y Hyunjin movió el brazo hasta situarlo delante de mí, protegiéndome de lo que pudiera estar sucediendo allí dentro. Su postura había cambiado, estaba listo para el ataque, e intenté pensar en alguna manera de relajarlo.
—¡Minho! —grité. Dudaba que Hyunjin le hiciese algún daño, y necesitaba que alguien rompiera la tensión.
—¿Changbin? —Me di cuenta de que Seungmin intentaba ocultar el nerviosismo de su voz.
Irrumpió en la cocina con Minho pisándole los talones, tirándole del brazo, y comprendí entonces de dónde venía el ruido. Minho intentaba mantenerlo en el salón, alejado de Hyunjin, pero Seungmin quería verme. Hyunjin, entretanto, no hizo otra cosa que acrecentar su postura defensiva y mover su cuerpo de tal modo que bloquease por completo el mío.
—¿Es de Changbin toda esa sangre? —preguntó Seungmin, refiriéndose a las manchas de la camisa de Hyunjin. Estaba horrorizado y abrió los ojos de par en par durante una milésima de segundo antes de enseñar los dientes y atacar a Hyunjin.
Por suerte, los brazos de Minho se lo impidieron y restaron fuerza a sus intenciones justo a tiempo de que yo pudiera escapar por debajo del brazo de Hyunjin y demostrarle a Seungmin que estaba sano y salvo. Hyunjin me rodeó por la cintura y me atrajo de nuevo hacia él. Hyunjin intentaba protegerme de Seungmin, que a su vez Seungmin intentaba protegerme de Hyunjin.
—Estoy bien, Seungmin —dije, y dejé que Hyunjin me acercase a él.
—¿Qué pasa aquí? —gruñó Seungmin. Dejó de avanzar como una fiera hacia nosotros, pero, para nuestra seguridad, Minho lo retuvo cruzando el brazo por encima del pecho de mi hermano.
—Hyunjin se ha peleado con otro vampiro. Esa sangre es del vampiro, no mía. Yo estoy bien. —Levanté los brazos y le enseñé el cuello para demostrarle que no me había pasado nada.
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Latido² || [Lixbin]
Teen Fiction[ʟɪʙʀᴏ ⅖]❈ Tras la marcha de Hyunjin, Changbin está más unido que nunca a Félix. Tanto el como su hermano Seungmin pasan un idílico verano en casa de sus amigos. Sólo que el hermano de Changbin no sabe que lo son, hasta que un acontecimiento inesper...