017 | Luthor's party.

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☾| 鼠尾草

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SIETE DE LA TARDE de un Viernes, el sol estaba a nada de comenzar a esconderse por lo que ya era hora de salir, Leah, Bruce y Diana habían sido invitados a una fiesta del famoso Lex Luthor, los tres saben qué tipo de persona es por lo que no quisieron ir, hasta que llegaron a la concusión de que lo mejor era asistir, así podían vigilar al genio malvado y de paso pasar un buen rato, la rubia tenía un vestido apegado al cuerpo, Diana lo había elegido por ella y la verdad es que era lindo, algo incomodo pero lindo, era de color burdeo, con una apertura en la pierna derecha y en la espalda, además de tener pequeñas gemas, era un poco largo así que habían unos centímetros que se arrastraban, su maquillaje era simple y su peinado también.

Se miró una vez más en el espejo, escuchando como unos pasos subían las escaleras y luego golpeaban la puerta de su habitación, se apresuró en agarrar sus cosas y salió de allí, ya se había acostumbrado a usar zapatos con tacos, pero eso no significaba que le terminaban de gustar. Desde que adquirió el apellido Wayne, siempre debe vestir elegante.

— Señorita Leah, se ve increíble, el amo Bruce y la señorita Diana la esperan en la entrada .— dijo Alfred mirándola con una sonrisa.

— Muchas gracias Alfred, nos vemos en unas horas.

Bajó las escaleras con cuidado, se afirmaba del barandal y bajaba de a un escalón, hasta que llegó a la entrada y ahí estaban su padre junto a su madre postiza, quien tenía un bello vestido blanco, Diana era una figura materna para la rubia, tenían una relación bastante linda.

— Estás preciosa .— dijeron las dos a la vez, para luego reír.

— Concuerdo con las dos .— esta vez dijo Bruce y no pasó por desapercibido las miradas que él le mandaba a Diana, más no dijo nada, quería ver cómo aquella historia se desarrollaba sola.

(...)

Cada vez odiaba más las fiestas, se comenzó a sentir asfixiada desde el primer momento que puso un pie sobre la mansión, había demasiada gente para su gusto y no conocía a nadie además de su padre, Diana y al pelado, Luthor. Para peor, debía ir con Bruce de arriba hacia abajo ya que este le presentaba a todas las personas con las que hablaba, explicando que era su hija y quienes eran las personas, si Leah no conociera a Wayne, diría que la estaba pasando genial, pero ella sabía que estaba igual o quizás más incómodo que ella, por otro lado, a Diana la veía cada quince minutos, parecía que lo estaba pasando bien.

Logró escaparse de su padre y fue al bar, dónde pidió un margarita y se lo entregaron enseguida, asegurándose de que nadie la estuviera viendo, se tomó el liquido de golpe y pidió otro, si debía pasar dos horas más aguantando las miradas de gente desconocida, necesitaría al menos tres más de esos.

(...)

Sólo una hora más, pensaba la joven, tratando de que el saber eso, su paciencia y ganas de estar ahí aumentaran, pero se mantuvo igual, terminó su quinta copa de margarita y decidió que recorrería el lugar, era bastante parecido a la mansión de Bruce, en el primer piso estaba la cocina, el comedor, la sala de estar y otras habitaciones que estaban cerradas, así que era hora de ir al segundo piso, subió las escaleras con cuidado y primero fue a la derecha, baños y habitaciones, nada interesante o eso creyó, ya que al acercase a una habitación pudo escuchar una conversación.

— Hay aproximadamente trescientas personas, incluido Bruce Wayne y su hija.

La voz era profunda, nunca la había escuchado antes, pero por lo que dijo, sabía que debía seguir escuchando.

— Si, en diez minutos más saldrá el gas por los conductos de aire acondicionado, todos quedaran noqueados y podremos robar... no te preocupes, no se verá... está bien, adiós.

Leah salió de allí con rapidez, sintió como si todas las gotas de alcohol abandonaran su cuerpo de golpe, por lo que no tuvo dificultad alguna para bajar las escaleras, al estar en el primer piso buscó con la mirada a Bruce o a Diana, pero no estaban por ningún lado, de su bolso sacó su celular y los llamó, pero no contestaban. Bufó saliendo al patio, marcó el número de Wally y este si contestó.

— Hola?

— Amor, lamento molestarte a esta hora pero hay un problema .— dijo la rubia mirando hacia la mansión.— escuché a alguien decir que en diez minutos soltarán un gas por los conductos de aire acondicionado, los dormirá a todos y no sé qué hacer, no encuentro a Bruce o Diana.

No hubo respuesta, la chica bastante confundida miró su celular y cuando levantó la mirada, Wally estaba ahí mirándola de arriba hacia abajo, se encontraba con su cabello más desordenado de lo normal, su rostro demostraba cansancio y su ropa estaba desordenada, dándole un toque bastante tierno.

— Wow...

Ella rodó los ojos y chasqueó sus dedos frente a su rostro para hacerlo reaccionar, cosa que funcionó.

— Bien, tenemos cinco minutos, no alcanzo a sacar a tantas personas .— dijo el castaño pasando sus manos por su cabello en un intento de ordenar este.

La joven mordió su labio inferior tratando de pensar en alguna opción, hasta que encontró la respuesta.

— No tienes que hacerlo, iniciaré un fuego pequeño y todos saldrán.

El velocista asintió de acuerdo y juntos fueron hasta una de las ventanas, de las manos de la joven salió una llama y enseguida la tela se vio consumida por el fuego, antes de que la gente los viera, el velocista tomó entre sus brazos a su novia y se alejó de allí, justo a tiempo para escuchar las alarmas de incendio y ver como todos salían de la mansión. Leah no tenía idea de porqué Wally no se detuvo, pero no le dio importancia, confiaba plenamente en él así que cerró sus ojos. La había traído a su departamento, cuando sus pies tocaron el suelo se apresuró en agarrar su celular y llamar a Bruce, quien por fin contestó.

— ¿Dónde estás? hay un incendio, ven ahora mismo, con Diana estamos esperando en la entrada.

— Hey tranquilo, yo inicié ese fuego, escuché a alguien decir que soltarían un gas para noquear a todos los invitados y así robar, no te encontré así que hice eso .— dijo la chica con simpleza y se escuchó un bufido.

— Bien hecho, mañana investigamos, dónde estás?

— En el departamento, nos vemos mañana, suerte con Diana .— se burló la joven.

— Descansa.

Colgó la llamada y tiró su celular al sofá, al igual que su bolso, se sacó los zapatos y se dio la vuelta para mirar al castaño, este tenía sus ojos pegados en el cuerpo de la chica y sus pupilas estaban dilatadas, el corazón de Leah se aceleró al sentir aquella intensa mirada, se sentía nerviosa al igual que una adolescente de quince años. Wally se acercó a ella, posó sus manos en su cintura y la atrajo más a él, logrando que sus cuerpos quedaran completamente unidos.

— Debemos celebrar por haber salvado a todas esas personas, no crees? .— susurró él con su voz más ronca de lo normal, causando que escalofríos recorrieran la espalda de la chica.— además, este vestido me está volviendo loco desde el primer momento.

— Me parece perfecto.

Sin esperar más, se unieron en un intenso beso, la ropa fue desapareciendo a medida que se acercaban a la habitación de la rubia hasta que ya no había nada que separara sus cuerpos.

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