018 | new look.

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☾| 鼠尾草

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LEAH MIRÓ EL RELOJ que tenía en su pared, eran las cuatro de la tarde de un Sábado, Wally se había ido hace poco y no podrían verse hasta mañana. Soltando un bufido se dejó caer en uno de los sillones y a los segundos sintió como cuatro patas se posicionaban en sus piernas, miró a Canuto con una ceja levantada y el canino rápidamente se bajó del sofá, su cuerpo comenzó a crecer el doble de tamaño y se transformó en el famoso ciervo, con una gran cornamenta.

— Solo puedes cambiar a esas dos especies? .— susurró la rubia levantando una de sus cejas.

Y el animal, como si le entendiera, soltó una especie de gruñido, nuevamente su cuerpo comenzó a alterarse, pero esta vez disminuyó un poco su tamaño, ahora no había un ciervo en su sala de estar, en su lugar había un gran puma negro.

— Parece que te gusta el color negro .— bromeó la chica acariciando la cabeza del felino.

Canuto volvió a subirse sobre ella, solo que ahora pesaba el doble, a tal punto de que Leah podía casi sentir como sus huesos se partían en dos. No tuvo más remedio que levantarse del sofá para cederle el puesto al felino, quien se apresuró en acomodarse y cerrar sus ojos, no despertará en un par de horas.

La rubia lo miró con diversión, para luego dirigirse a la cocina, se sirvió un vaso de agua y se sentó en el mesón, sacó su celular y se puso a revisar las notificaciones que tenía, algunas eran sobre las clases, otras del grupo que tenía con la liga junior y otras del grupo que tenía con las chicas, no tenía ganas de contestar, así que fue hasta lo más profundo de su galería, encontrándose con una fotografía en particular. Leah la observó durante unos segundos, en completo silencio, estaba segura de que había borrado esa foto hace mucho tiempo, pero parece que no era así, la imagen mostraba a muchas personas, dieciséis, para ser exactos, allí estaba un sonriente Harrison Wells, junto a Jesse, seguida de Wally, Joe, Iris, Caitlin, Cisco, Barry, Luke, Liam, Dean, Dylan, Felicity, Oliver y Thea, junto al velocista estaba Leah, o bueno, Rosie.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de la joven, no recordaba cuando habían sacado esa foto, por lo que supuso que había sido producto del cambio en la linea temporal, Dick había sido el responsable de enseñarle esa fotografía, ya que la encontró mientras revisaba la información de aquella tierra, la rubia no había sido capaz de aguantar las lágrimas la primera vez que la vio, lo cual fue solo una semana después de que se quedara. La tuvo en su celular por un año, solía verla en las noches que se sentía triste o sola, pero con el paso del tiempo, la necesidad de verla había desaparecido y la borró.

No la malinterpreten, no lo hizo porque ya no quiera a las personas que estaban ahí, lo hizo para poder sanar, no le hacía bien el seguir aferrándose a aquel recuerdo.

(...)

El timbre de la casa hizo que la rubia se sobresaltara, apagó el cigarrillo que tenía entre sus labios y fue a abrir, encontrándose a una sonriente Megan, junto a Rachel y Zatanna.

— Chicas? Qué hacen aquí? .— preguntó confundida, segundos antes de que la pelirroja entrara a la casa como si se tratara de la suya para luego tirarse al sillón.

El resto miró aquello con diversión, la rubia saludó a las dos chicas y cerró la puerta, las siguió hasta la sala de estar y se cruzó de brazos.

— Estabas fumando de nuevo? te dije que eso te hace mal .— gruñó la pelirroja mirando a su mejor amiga, quien se encogió de hombros con una sonrisa inocente.

— Parece su madre .— le susurró Rachel a Zatanna con diversión, pero claro, aquel comentario llegó a los oídos de las mayores.

— Corrección, no es mi madre, es el amor de mi vida .— dramatizó Leah antes de tirarse sobre Megan.

— No le digas a Wally o va a hacer el berrinche del año, recuerdas esa vez que estábamos abrazadas, llegó y al vernos comenzó a chillar, parecía que tenía dos años.

Ante lo dicho por Megan, las cuatro rieron al hacerse la imagen mental, Wally siempre había sido celoso, pero no de forma mala, nunca habían peleado por aquello ya que sabían que si se celaban, era en broma, el velocista la celaba con Megan y ella lo celaba con Richard, además, se tenían la confianza suficiente como para contarse todo.

— Bueno, Megan nos arrastró hasta acá porque quiere hacerte un cambio de imagen .— dijo Rachel, mientras acariciaba la cabeza de Canuto, este había vuelto a su forma canina.— yo ya fui su víctima .— señaló su cabello, que ahora estaba en unos tonos oscuros de azul.

Leah levantó sus cejas y la pelirroja se apresuró en mostrarle los tintes de pelo, habían de tres colores, pelirrojo, castaño y un intenso rosado.

— Quería teñirte el pelo pelirrojo, pero ellas me dijeron que te trajera opciones y aquí están, no puedes decir que no.

— Si nos preguntas, el pelirrojo se te vería bastante bien .— comentó Zatanna.

— Ahora seremos las dos pelirrojas? .— le preguntó la joven Wayne a Megan.

— No, espera .— le contestó ella, cerró sus ojos y cuando los abrió de vuelta, su cabello era castaño bastante oscuro, casi negro.

Las tres la miraron con sorpresa, por un segundo se les habían olvidado las habilidades, las cuales además de incluir control mental y volar, el poder cambiar su apariencia a su parecer, una sonrisa se formó en los labios de la rubia al recordar a alguien más que también podía hacer aquello.

— Entonces hagámoslo .— accedió la rubia encogiéndose de hombros.

Las celebraciones no tardaron en llegar, las tres deseaban que ella accediera. Sin esperar más, agarraron la tintura elegida y fueron hasta el baño de la casa.

(...)

El baño era un desastre, todo estaba desordenado, las paredes tenían un poco de tintura al igual que el lavamanos, pero lo habían conseguido y la tintura estaba en el cabello de Leah, solo debían esperar una media hora.

— Wow, pareciera que un huracán pelirrojo hubiera pasado por aquí, oh espera, ese huracán ahora tiene el pelo castaño .— se burló Rachel desde la puerta del baño, ganándose una mirada asesina de parte de Megan.

Entre las cuatros limpiaron y ordenaron todo, para hacer el ambiente más agradable pusieron música, por lo que bailaban y cantaban mientras guardaban algunas cosas.

— NOW IT'S THREE IN THE MORNING AND I'M TRYNA CHANGE YOUR MIND .— cantó, o mejor dicho, gritó Leah a la vez que pasaba la escoba por el suelo.

— LEFT YOU MULTIPLE MISSED CALLS AND TO MY MESSAGE YOU REPLY .— le siguió Zatanna.

— WHY'D YOU ONLY CALL ME WHEN YOU'RE HIGH? .— gritaron las cuatro a la vez con sonrisas en su rostro.

Pero la canción fue interrumpida por una alarma, la cual habían puesto para que les avisara cuando se terminaran los treinta minutos. Leah fue arrastrada hasta la tina, donde con ayuda de Megan se pudo sacar el exceso de tintura. Lo lograron luego de unos minutos, sabían que estaban listas cuando el cabello dejó de soltar el tinte, así que se apresuraron en envolver el cabello, ahora pelirrojo, de Leah en una toalla.

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