035 | family day.

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☾| 鼠尾草

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A LA MAÑANA SIGUIENTE había un ambiente bastante feliz, todos estaban más relajados, bien descansados y con sonrisas en su rostro. La primera en despertar fue Leah, quien se encargó de despertar a su novio y a sus amigos, si hubiera sido por ella, los dejaba dormir hasta tarde, pero hoy tenían un compromiso y debían cumplirlo. La pelirroja se sentó frente al espejo y comenzó a arreglar su cabello, lo secó, lo desenredó y finalmente lo onduló, miró su celular y justo en ese momento le entró una llamada de Dylan, esbozó una pequeña sonrisa y no dudó en contestar. 

— Heeey, buenos días .— lo saludó ella mientras guardaba todo lo que acababa de ocupar.

— Buenos días preciosa, llamaba para avisarte de que lo de hoy sigue en pie, los chicos ya llamaron a todo el equipo y nos juntaremos a la hora de almuerzo.

— Genial, debemos llevar algo?

— Sólo sus lindas presencias.

Ambos amigos rieron ante lo dicho por el castaño, ella de fondo escuchó bastante ruido y no dudó en hablar.

— Déjame adivinar, están corriendo cómo locos por la casa tratando de ordenar todo, pero se tropiezan y terminan desordenando todo de vuelta, en especial Dean y cuando le pasa, termina diciendo "mierda" y Liam lo regaña diciendo "lenguaje".

Y cómo si hubiera visto el futuro, esas exactas palabras salieron de los labios de los chicos y Dylan esbozó una amplia sonrisa, era sorprendente lo mucho que se conocían.

— Me das miedo, señora con tercer ojo.

— Oh dios mío Dylan, veo en tu futuro mucho dolor... si, dolor físico por las patadas en el trasero que te voy a dar.

Ambos se mantuvieron en silencio por unos segundos para luego estallar en carcajadas, se despidieron entre risas y colgaron la llamada.

(...)

Canuto fue el primero en bajarse del automóvil que hablan rentado y movía su cola de un lado a otro, daba la impresión de que se le habían pegado las buenas vibras que transmitían los chicos. Leah fue quien tocó la puerta, esperaron pacientemente hasta que Jesse les abrió con una sonrisa.

— Adelante, los chicos están en la mitad de una crisis nerviosa porque quieren que todo sea perfecto, así que me tocó ser la anfitriona .— bromeó la joven Wells para luego saludarlos a todos.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de la pelirroja al estar dentro de lo que era su casa, la decoración seguía igual, a excepción de unos pequeños cambios de lugar, pero seguía manteniendo la misma esencia. Canuto entró con total confianza y comenzó a oler cada rincón del lugar. Fue en busca de sus amigos, a quienes encontró en el patio trasero tratando de ordenar.

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