023 | i'm sure.

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☾| 鼠尾草

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Y EL DÍA HABÍA llegado, tan rápido como un pestañeo. Luego de dos años, Leah debería volver a su Tierra natal para enfrentarse a una amenaza y salvar a las personas que fueron tan importantes para ella, estaba nerviosa? muy, sabia que sería extraño verlos de nuevo, en especial para ellos ya que ella estaba "muerta". El plan había sufrido algunos cambios con el paso de los días, el grupo se había reducido un poco, Conner, Aqualad y Kory no podrán ir, ya que les surgió otra misión en las que sus presencias eran requeridas.

La pelirroja se levantó de su cómoda cama, si se quedaba un minuto más bajo las sabanas estaría atrasada para la reunión. Eran las ocho de la mañana, por lo que la luz natural ya entraba por las ventanas, Leah agarró unas toallas y se adentró a la ducha, para relajarse un poco puso música y cantó, sin importarle que sus vecinos luego reclamaran ya que debía soltar energía. Salió a los minutos y se paró frente a su closet, lo dudó por unos segundos hasta que sacó una falda blanca, junto a una camisa con un diseño simple y unas zapatillas cómodas, se vistió en un pestañeo y se sentó frente a su espejo, dándose unos segundos para apreciar su rostro.

La punta de su nariz estaba levemente enrojecida, al igual que sus mejillas, el mal dormir se notaba, gracias a unas ojeras que estaban debajo de sus ojos, sus labios estaban resecos y su cabello despeinado, por lo que dispuesta a arreglarse un poco, agarró su maquillaje y comenzó con aquello. Primero se peinó, amarrando un poco de cabello para sacarlo de su rostro y luego se maquilló, tuvo problemas para cubrir las ojeras pero de igual manera lo logró.

Cuando terminó de guardar todo lo que había ocupado en su maleta, procedió a guardar un poco más de ropa, no tenían claro cuánto tiempo estarían en esa Tierra así que llevarían ropa hasta por si las moscas.

Tuvo un poco de dificultad para llevar sus bolsos hasta la puerta de su departamento, casi se cae por las pequeñas escaleras pero se apoyó con sus poderes. Bufando fue hasta la cocina, donde se preparó un desayuno bastante rápido y sin mucha ciencia, tenía el hambre suficiente como para comerse una mesa llena de comida, pero si lo hacía, terminaría vomitando todo por los nervios que sentía. Llevó su comida hasta la sala de estar, se sentó en uno de sus sillones y comenzó a comer mientras veía la televisión, aunque debía admitir que tenía su cabeza en cualquier lado menos en la serie que se estaba proyectando en la gran pantalla.

La pregunta que más le carcomía la mente era el cómo reaccionarían todos al verla, de seguro se sorprenderían y pensarán que es un doppelgänger. Habían dos opciones, uno, se alegrarían de verla y tendrían un lindo reencuentro con lágrimas incluidas o dos, se enojarían con ella por no haber vuelto con ellos y preferir a un grupo de extraños, fuera cual fuera su reacción, debería estar lista.

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