008 | lets do it.

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☾| 鼠尾草

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LA RUBIA SUSPIRÓ, SOLTÓ uno de esos suspiros que eran necesarios cuando te sentías así, confundida y perdida, lo había tratado, vaya que había tratado ordenar su cabeza pero cada vez lo que hacía quedaba peor, solucionaba unos dilemas y aparecían el doble, parecía un ciclo interminable y eso la agotaba. Colocó sus dos brazos detrás de su cabeza  para una mayor comodidad y miró las estrellas, ya era de noche, se le había ido el día hablando con los nuevos y la luna estaba en su punto más alto, en este tipo de noches era en las que se sentía más nostálgica, ya que recordaba las interminables noches hablando bajo las estrellas con todos, además, su cuerpo parecía recargarse con la luz de la luna.

— Estás bien? .— preguntó Megan llegando a su lado.

La tomó por sorpresa pero no lo demostró, mantuvo su mirada fija en las estrellas e hizo una leve mueca.

— Si te soy sincera, no lo sé .— susurró la rubia con frustración.

— Puedo escucharte si es lo que deseas, o simplemente puedo acompañarte mientras miramos las estrellas, algunas veces el silencio es algo bueno.

Esta vez Rosie la miró y esbozó una pequeña sonrisa, esa chica era un sol. Dando pequeñas palmadas a su lado le indicó que se pusiera allí, cosa que Megan hizo sin rechistar y tomó su misma posición. Su nueva amiga estaba al tanto de su situación, ella misma se había encargado de decirle y recibió muchos abrazos, dulces y palabras alentadoras de su parte.

— Bruce y Dick me ofrecieron crear un aparato para mandarme de vuelta a casa.

Megan la miró con sorpresa y una amplia sonrisa, se sintió feliz por ella, sabía lo duro que era estar lejos de su familia.

— Eso es genial! cuando lo tendrán listo? .— preguntó sin poder contener su emoción, pero al ver el rostro de Rosie se calmó un poco.— y por qué parece que no te agrada la idea?

— Aún no me dijeron, pero si me aseguraron que estaban dispuesto a hacerlo siempre y cuando yo quiera... y no, no es que no me agrade la idea, me encantaría abrazar a mis amigos una vez más y todo eso, pero no lo sé, siento que el haber aparecido aquí es como una segunda oportunidad, una segunda oportunidad para poder rehacer mi vida y por primera vez, pensar en mi, pensar en lo que yo quiero y lo que me haga bien, pero por otro lado me siento egoísta al querer eso, los chicos me necesitan y no puedo dejarlos solos, menos a mi hermana .— susurró la rubia con frustración.

Megan llenó sus pulmones de aire, que situación más complicada.

— Rosie, no es egoísta el querer algo para ti por primera vez, por lo que me contaste siempre tomaste decisiones dependiendo de cómo afectara a los que te rodean, pero como tú lo dijiste, ahora tienes la oportunidad de hacer algo por ti, de igual manera la decisión está en tus manos, todos entenderemos por completo si quieres irte o te aceptaremos con los brazos abiertos si quieres quedarte.

Rosie escuchó todo con atención y asintió, se sentía agradecida por tener a alguien como Megan en esta situación.

(...)

Los pasos apresurados se escuchaban en varias partes de la mansión Wayne, el grupo que se hacía llamar "young justice" estaba en el primer piso teniendo una pequeña reunión, por otro lado, los sirvientes estaban preparando la comida y la mesa, pero la rubia estaba en su habitación dando vueltas y vueltas, si seguía así provocaría un hoyo en el suelo.

— Crees que esté haciendo lo correcto, Canuto? .— preguntó ella mirando al canino.

Este ladeó su cabeza sin entender para luego acomodarse en la cama, darle la espalda y dormirse en unos segundos. La rubia negó con una sonrisa y se acercó a la ventana, la abrió con delicadeza y una brisa movió sus cabellos sueltos, se había hecho un tomate pero debido a tanto movimiento estaba más desordenado y algunos cabellos caían con libertad. Había pasado un día desde la propuesta de Dick y seguía con la pequeña discusión mental sobre lo que debía hacer, por un lado estaba lo que le parecía correcto y por el otro lo que su corazón le decía. Suspiró cerrando sus ojos, dejó que el agradable aroma de la naturaleza impregnara sus fosas nasales y salió decidida de la habitación, bajó las escaleras y al pasar afuera del comedor una conocida voz la llamó.

— Señorita Rosie, la comida está lista, los demás la están esperando .— dijo Alfred abriéndole la puerta.

— Muchas gracias .— agradeció con una sonrisa la joven y entró.

El comedor estaba ruidoso, lo que le sacó una pequeña risa y se sentó junto a Wally y Megan, agarró un plato y se sirvió comida, a su lado, el chico castaño se sirvió de todo, tenía tres platos llenos frente a él y seguía sacando más comida.

— Metabolismo rápido? .— le preguntó Rosie con una sonrisa.

Él asintió ya que tenía su boca llena de papas, la rubia rodó los ojos divertida e igualmente comenzó a comer, pero más despacio que Wally. Este chico le sacó más de una risa durante la comida, era bastante entretenido y espontáneo. Durante el poco tiempo que habían convivido se dió cuenta de los papeles que cada uno cumplía en el grupo, Dick y Kal eran los padres responsables, Wally el niño revoltoso, Megan la adorable hermana mayor y Connor el hermano del centro, serio cuando se debía y bastante divertido cuando se podía, aunque estos dos últimos tenían una relación de todo menos que de hermanos, las miraditas y sutiles coqueteos no pasaban desapercibidos por nadie, aunque ellos lo negaban todos sabían en lo que estaban.

A los minutos la comida terminó, todos quedaron satisfechos y bastante felices, el ambiente del lugar era agradable y no se generaban silencios incómodos, los primeros en retirarse fueron Wally y Conner, ya que tenían un asunto que atender, fueron seguidos de cerca por Kal, dejando en la mesa a Dick, Megan y a Rosie, la pelirroja estaba muy concentrada en jugar con los restos de comida que le quedó en el plato así que Rosie aprovechó de hablar con Richard.

— Dick, estaba pensando en la opción que me diste, créeme que lo he pensado mucho, a tal punto de poner a trabajar al 100% las neuronas que me quedan .— bromeó sacándole una sonrisa al castaño.— y llegué a la conclusión de que si, acepto, me gustaría volver a casa y que creemos el aparato necesario para ello.

Richard se quedó en silencio por unos segundos, en lo más profundo no le agradaba la idea, ya que quería que la rubia se quedara y se uniera a su grupo, demostró tener todo lo necesario para estar allí, pero sabía que quería volver con sus amigos, así que asintió sonriéndole.

— Está bien, comenzaremos a trabajar mañana los tres juntos, aunque puede que también le pidamos ayuda a Alfred.

Rosie asintió al escucharlo y no pudo ocultar la gran sonrisa que se formaba en su rostro, estaba emocionada, claro que lo estaba, pero una pequeña parte de ella seguía pensando que fue la decisión equivocada.

— Entonces, está dicho, mañana empezamos a trabajar .— dijo la rubia cruzándose de brazos y apoyado estos sobre la mesa, tratando de asimilar aquello.

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