LXI

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🌿| Apoyo, sin otras intenciones |🌿
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[Miércoles, 4 días para la competencia. Salón de la clase B—Hora del descanso]

Ya las semanas habían pasado, en la última que correspondía al descanso y preparación, tanto el de cabellos violáceos y rubio tuvieron que tratar de ponerse al día con los estudios, que de alguna forma evadían para las prácticas de los fines de semana. Aunque esta ya no eran necesarias, estaban listos.

Incluso, para la presentación de la orquesta del club que de último minuto habían practicado la semana anterior, pero está no presento ningún reto.

Ahora los días que pasaba con cierto rubio se habían reducido, a totalmente. Apenas y le veía (por no decir que más bien se escribían poco)  para recordarle la fecha y hora, así como el salón que les correspondía en el teatro que utilizarían mientras estuvieran en la competencia. Ante lo último, fue por ayuda de Monoma, de mal humor y acuestas tuvo que aceptarlo.

Pero esa semana, o más bien el domingo anterior al visitar y tener esa charla con Inko, así como el arribar las personas más importantes aquel día... Le sirvió de distracción a su manojo de nervios antes de la competencia. Todo iba bien, y eso comenzaba a calmarlo.

—Ya, por más que mires esa libreta no le van a salir gatos.

—Y la paz se fue,—bromeo al salir de su ensoñación, a su lado un tranquilo Monoma le tendía una bolsa con lo que supuso era comida de la cafetería.

—Si estás así de parlanchín, solo hay dos motivos ciertamente estás de mal humor por no ver a tu solecito—ante ese comentario, Shinsou gruño de molestia— o estás tan tranquilo, que hoy llueven gatos.

—En serio, Monoma. No hay quien te calle.

—Lo se, aún así me aguantas por qué me amas,—seguido del comentario, Monoma abrazo por los hombros a su amigo, Shinsou esquivándolo en el proceso. Haciendo que trastabillara un poco, pero con algo de agilidad pudo componerse.

Monoma sonrió con diversión al haber logrado su objetivo, avergonzar a su amigo.

—Ya, señor amo de los gatos. Mejor vamos a caminar un poco, así le cuentas a la Celestina Monoma que te atormenta y de paso despejó mi mente, juro que no quiero seguir sabiendo más de números.

Shinsou rodó los ojos ante el dramatismo de su amigo, a paso lento salieron a los pasillos hasta un lugar no tan concurrido pero tenían largas ventanas que daban al patio de la academia, dónde no estaban lejos del salón aún así era un sitio tranquilo para aprovechar el descanso.

Pasaron pocos minutos dónde comían en silencio, y siendo Monoma el primero en acabar, decidió seguir nuevamente como su misión celestial, molestar e incomodar a su amigo.

𝐔𝐍𝐀𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐓𝐈 •|#ShinKami|•【✔】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora