Capítulo cuarenta y dos: Conversaciones.

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POV POCHÉ.

Sofía asintió y me acompañó al comedor mientras llevaba nuestros desayunos, no nos podíamos mentir, era evidente lo que iba a suceder.

-Creo que lo nuestro... -Empecé por decir sentándome en la mesa.

-No puede ser. -Completó ella interrumpiéndome.

Asentí con la cabeza llevándome algo de desayuno a la boca.

-Ajá. -Dije. -No puede ser.

-¿Y entonces? -Preguntó ella mientras jugueteaba con la comida.

-No sé qué pienses. -Dije.

-¿Crees que debo pensar algo? -Preguntó. -Si la respuesta es sí, pues fíjate que no pienso nada.

-Entonces creo que no hay nada más que hablar.

-¿Regresó? -Preguntó luego de un rato.

Quería evadir el tema de Daniela, ella no podía ser nuestro tema de conversación porque entonces todo iba a terminar mal aquí.

-No quiero hablar de ella contigo. -Respondí. -Pero si de algo te sirve: Sí, sí regresó.

-Debo suponer entonces que lo nuestro no puede ser por ella. -Dijo.

-Puede que así sea. -Repliqué. -Pero en primera instancia lo nuestro no puede ser porque no siento por ti lo que por ella sí.

-Eso no es nada nuevo, pero prometiste que me querrías. -Dijo.

-Lo sé, Sofi. -Dije.-Sé lo que te prometí y me duele en el alma no poder cumplirte.

A estas alturas de la conversación ya yo estaba por terminar mi desayuno y ella ni siquiera lo había probado, igual no quería obligarla, a fin de cuentas este desayuno solo había sido una excusa para hablar de este tema.

-No mientas, María José. -Dijo. -No te duele nada, siempre me has usado como paño de lágrimas y nada más.

Sinceramente, no pretendía justificarme con Sofía, tenía todo el de derecho de estar molesta y de tratarme así, en su lugar, habría hecho lo mismo.

-Si eso es lo que piensas, no puedo hacer nada. -Me limité a decir.

-¿Te vas a dar otra oportunidad con ella? -Preguntó.

-No lo sé. -Dije. -¿Eso importa?

-Pues, no sé qué decirte, ¿sabes? -Dijo concentrando su mirada en mí. – Creo que no te sientes capaz de estar con nadie más. Es como si Daniela Calle te hubiese hechizado o algo así.

Sonreí tímidamente.

-¿Te da risa? -Preguntó.

-¿Tú comentario? Algo, sí. -Respondí. -Aunque no es así.

-¿No es así qué cosa? -Preguntó.-¿Qué no te sientes capaz de estar con nadie más o que Daniela te hechizó?

-Lo primero, lo segundo habría que preguntárselo a ella. -Dije. -No es que no me sienta capaz de estar con alguien diferente a Calle, Sofía.

-¿Entonces? ¿Porqué siempre la eliges a ella?

-Porque no quiero estar con nadie más que no sea ella. -Dije. – Y no sentirse capaz es diferente a no querer estar. Yo me siento capaz de estar con todo el mundo, pero no quiero estar con todo el mundo.

-¿Entonces a causa de qué prometiste quererme?

-Porque sí quería darme una oportunidad contigo, pero necesitaba preparar mi corazón para ti. -Dije. – Porque no era justo contigo besarte e imaginarme los labios de Daniela...

Sigue siendo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora