Capítulo dos: Desilusión(es)

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POV POCHÉ.

Desde el día que decidí aceptar ser la directora de la academia de baile en L.A mi vida cambió por completo, me enfrenté a nuevos retos, conocí nuevas personas, perfeccioné mi inglés, en fin, tantas cosas que han influenciado en mi vida hasta este momento, pero, lo mejor de todo ha sido, sin duda, tener a Daniela conmigo.

Daniela hace que mi vida sea más fácil de vivir, que mis mañanas sepan a buen café y mis noches a buen sexo, hace que mi sonrisa le pertenezca porque ella es el motivo. Y si decidí venir hasta aquí fue por ella. Solo por y para ella.

Aún recuerdo cuando llegué de Colombia, estaba en un súper mercado comprando unos chocolates para sorprenderla, le había dicho que estaría todo el día ocupada y que lo más probable era que no habláramos hasta cuando regresara en la noche. Y era cierto, estaba ocupada tomando un avión para venir a verla, para quedarme a vivir con ella. Sentí mi plan fallar cuando la vi en el mismo supermercado donde yo estaba comprando los chocolates, no entendía que hacía ahí, se supone que el chico del Uber que la recogió luego de su clase de actuación la llevaría hasta su casa, lo contraté para eso. Por suerte, me pude esconder rápidamente y todo salió según lo planeé.

Ahora estaba preparándole una gran sorpresa, tenía muchas ganas de hacerla, incluso, antes de venirme a vivir aquí.

Daniela salió muy temprano cuando yo me encontraba duchándome en el baño, esa era nuestra rutina diaria. Daniela siempre estaba lista primero yo. Cuando salí, me coloqué el outfit que minutos antes mi novia me había ayudado a escoger, mentí sobre lo que iba a hacer hoy pero no creo que se haya dado cuenta, me vestí rápidamente, maquillé mi rostro y le escribí a José, el dueño del parque recreacional con el que me reuniría para terminar de acordar todo lo de sorpresa.

Mensaje para José Rivera.

-José, ¡buenos días!

-Ya voy saliendo para la academia, te espero en mi oficina a la hora acordada.

-Ya no vas a tener problemas en la entrada porque anoche dejé todo coordinado, simplemente tienes que decir que eres José Rivera y que tienes una cita conmigo.

Bloqueé mi móvil y recogí todo lo que Daniela me había llevado de desayuno, lo bajé a la cocina y regresé a la habitación para tender la cama, cuando ya había terminado pedí un Uber y me dirigí hasta la academia.

En el camino, se me ocurrían miles de ideas de cómo podía ser la sorpresa cada cosa que se me ocurría era, a mi parecer, mejor que la anterior. Cuando llegué a la academia ya José me estaba esperando en la oficina de seguridad que quedaba en el primer piso.

-Señorita Garzón, hay alguien que la está esperando. -Dijo Walter, el chico de seguridad que tenía a su cargo la entrada del personal.

- ¿Quién? -Pregunté extrañada.

-José Rivera. –Contestó. -Usted ayer dio autorización para dejarlo ingresar, pero como usted no había llegado...

-Ah, sí. -Lo interrumpí. - ¿Dónde está?

-En la oficina de seguridad. –Contestó. -La está esperando.

-Vale, Walter, gracias. -Dije amablemente.

Me dirigí hasta la oficina de seguridad y ahí estaba charlando con el resto de guardias, me dio la impresión que le estaban enseñando cómo se manejaba la seguridad interna de la academia, cosa que no me gustó porque José es un extraño y esa información es confidencial.

-Buenos días. -Dije cuando entré. -José, ¿Qué tal?

Me imaginaba a José diferente, no lo conocía, nunca lo había visto, incluso, esta cita la conseguí gracias a una de mis bailarinas que sí lo conoce. José traía un traje completo de saco y corbata color azul turquí, su cabello perfectamente peinado hacia un lado y sus zapatos perfectamente limpios. Todo un ejecutivo.

Sigue siendo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora