Capítulo veinticuatro: Melancolía

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POV POCHÉ.

Han pasado tres días desde que sucedió lo que sucedió con Daniela, no la he ido a ver al hospital, tampoco he llamado a ver cómo sigue y cuando Mafe o Germán me llaman prefiero dejar perder la llamada. Estos tres días no he salido del apartamento, no he comido bien y por las noches me cuesta dormir, me la paso hablando con Valentina de cualquier cosa, aunque durante el día estoy prácticamente sola aquí, Vale asiste a sus ensayos de baile y papá sigue trabajando incansablemente como si no hubiese un mañana. Hablando de papá, esa misma noche le conté todo lo que había pasado con Calle, no dijo mucho pero yo sabía lo que él estaba pensando; la primera vez que me separé de Daniela yo sufrí muchísimo y papá estuvo conmigo en todo ese proceso, tres años después cuando ella regresó él se mostró bastante inconforme con que yo decidiera estar con ella porque, según él, en algún momento Daniela me volvería a hacer daño. Y no se equivocó. Sin embargo, en ese momento quise pensar que mi papá nunca iba a poder entender lo que en realidad pasó y las casusas que llevaron a Daniela a irse de Colombia dejándome aquí llena de dudas, en cambio, yo sí la podía entender, en esa época Calle aún era una niña inmadura con una mente bastante moldeable, acababa de salir de una relación extremadamente tormentosa y justo cuando comenzaba a creer en otra persona le hacer pensar que todo era un juego. Así que sí, al final yo terminé entendiendo a Daniela. Pero esta vez era diferente, porque ella ya no era la misma Calle inmadura, y ella y yo no éramos solo un par de amigas con sentimientos en común que de vez en cuando se hacían el amor, ella y yo éramos pareja, vivíamos juntas, teníamos planeado nuestro futuro... juntas y de un momento a otro, me entero que me fue infiel, que se acostó con otro hombre y me duele pensar que Daniela no pensó en mí mientras pasó lo que sea que haya pasado mientras yo no la sacaba de mi mente ni un solo instante.

Estos días he estado pensando un poco en qué es lo que debo hacer, no sé si ir a verla, si llamar para preguntar cómo está... no sé si lo mejor es dejar todo así y no volver a buscarla. Mi papá y Valentina me han insistido mucho con que hable con ella porque una relación de tantos años "no se puede acabar así cómo así por un error" y me cuesta ver cómo ellos califican la traición de Daniela como "un error", está bien, yo no sé exactamente qué sucedió esa noche pero en cualquier caso esa infidelidad estaba lejos de ser solamente "un error". Además, ¿acabarlo "así como así"? nunca entenderé porqué se tiene tan subvalorado traicionar la confianza y el amor de alguien, mi actitud no era porque sí, ni mucho menos llevaba tres días sin querer saber de Daniela por un capricho mío, todo esto se debe a que tengo el alma jodidamente destrozada y de verdad que yo espero que nunca nadie pase por este dolor, porque no es justo preguntarse todos los días por qué tu amor no fuiste suficiente para alguien.

Manuel me había llamado hace media hora para decirme algo importante, y por más que le pedí que me lo dijera por teléfono, no quiso, insistió con que era muy importante que nos viéramos lo más pronto posible, así que, casi que obligada, me tocó arreglarme para ir a la academia a hablar con Manuel. Mi closet hoy no era nada llamativo para mí, nada me quedaba bien, con nada me sentía cómoda, todo me quedaba muy grande o muy pequeño o muy justo... finalmente, terminé colocándome un jean rasgado, una t-shirt ­básica blanca y unos tennis, nada más, sin abrigo, sin accesorios, solo unas gafas Ray-Ban oscuras que me iban a servir para que las personas a mi alrededor no notaran mi mirada perdida todo el tiempo.

Salí del apartamento después de tres días de haber estado encerrada. Esto se sentía extraño. Tomé un taxi hasta la academia con el deseo más infinito de que pudiera sobrevolar el tráfico que gobierna a Bogotá todo el día hasta en los lugares más recónditos de la ciudad. Cuando llegué, Manuel me estaba esperando en su oficina, antes, pasé por el salón de baile de mi hermana para pedirle que me esperara si su clase terminaba antes que mi reunión imprevista con Manuel para irnos juntas a casa.

Sigue siendo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora