Capítulo uno: Cambios

3.2K 99 29
                                    

POV CALLE:

Flashback:

Necesitaba salir a hacer mercado porque la comida que tenía ya estaba por terminarse, vivir sola no es fácil y menos en un país que no conoces. Papá me había consignado a mis tarjetas algo de dinero así que solo era hacer una lista de lo que necesitaba y luego ir a un súper mercado a comprarlas.

Mi clase de actuación se acababa de terminar, lo que suponía que tenía el resto de la tarde libre, así que entré a los vestidores del teatro y mientras me cambiaba de ropa pedí un Uber. Extrañaba movilizarme en mi amplia y enorme camioneta.

Salí cuando mi móvil me notificó que el Uber me estaba esperando.

-Hi. -Dije cuando me subí al auto.

-Soy colombiano. -Contestó de inmediato. -Puede hablar en español.

Me sentí extraña, era la primera vez que alguien me decía algo así en L.A.

-Ah, gracias. -Dije amable.

- ¿La dirección a la que vamos es la misma que me aparece en el GPS o hubo algún cambio a último minuto? -Preguntó sin despegar la mirada del volante.

-No, es la misma. -Respondí.

Me quedaba viendo al señor conductor intentando comprender porqué notó que soy colombiana, revisaba el vehículo con la mirada a ver si encontraba algo sospechoso, empezaba a sentir miedo.

- ¿Hay algo que quiera decir, señorita? -Preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Ehmm, no.-Contesté. -O bueno sí. -Hice una pausa y lo observé fijamente. - ¿Por qué sabe que soy colombiana? ¿Qué sabe de mí? -Pregunté seria.

-Me encantaría contestarle. -Dijo. -Pero hemos llegado a su destino.

Observé a mi alrededor y efectivamente estábamos frente al súper mercado, así que abrí mi bolso para sacar el dinero que debía pagarle al conductor.

-A veces, uno nunca se imagina que en su carro se va a subir un personaje como usted. -Dijo. -O sea, lo que quiero decir es que no lo esperaba.

Quedé atónica cuando lo escuché decir eso.

-Tranquila, no se asuste. –Dijo. -Me llamo Simón. -Y sé de usted por su novia. -Hizo una pausa. -La bailarina.

Sonreí al recordar a mi hermosa peliazul con la que no hablaba desde esta mañana porque estaba ocupada en otros asuntos.

- ¿La conoce? -Pregunté.

-Por su puesto. –Contestó. -Yo estaba en el teatro donde oficializó la relación con usted el último día de la gira en Bogotá.

-Ah, comprendo. -Dije.

-Estaba con mi hija. –Intervino. -Y me gustó mucho que ella viera eso, su madre es un poco homofóbica y supongo que eso tuvo que ayudarla a cuestionarse todo lo que su madre le ha impuesto respecto al tema. –Explicó. -Aunque no le niego que luego me hizo muchas preguntas, pero la entiendo, fue nuevo para ella.

Una nueva solicitud de Uber interrumpió nuestra conversación.

-Lo siento, ya me debo ir. -Dijo Simón.

-Tranquilo, aquí está el pago. -Dije entregándole varios dólares. -Espero vernos pronto nuevamente.

Salí del auto y contemplé por un momento el bello cielo de L.A, sería tan perfecto si mi amor estuviera aquí.

Entré rápidamente al súper mercado y como olvidé hacer la lista de lo que necesitaba me tocó recordar qué hacía falta, estaba segura que me tocaría volver. Tomé un carrito de compras y me paseaba por los pasillos tomando cualquier producto que pareciera decirme "Cómprame, me necesitas", me detuve y retrocedí un poco cuando un azul muy conocido llamó mi atención, sentí haber visto a Poché, direccioné mi carrito al pasillo donde pensé que estaría, pero no la vi. Tuvo que haber sido producto de imaginación, las ganas que tengo de verla, mezcladas con la cantidad de tiempo que tenemos de estar separadas me estaba jugando en contra, además, si Poché estuviese aquí me lo habría dicho y estaríamos juntas.

Sigue siendo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora