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🌸🦊Recuerdos de un Ex-Militar🦊🌸

Recuerdo que cuando tenía unos 35 años de edad, bah, no recuerdo exactamente en la edad en que..., la embajada japonesa visitó las instalaciones militares de (___tu país__).
La mayoría no sabia que hacían allí, pues era extraño ver a unos extranjeros venir a hablar con nuestros superiores.
Mi pelotón fue seleccionado para una misión importante en Japón y yo estuve al frente, guiando a mi grupo, además de ser de traductor.

Fuimos equipados de muy buena manera, chalecos antibalas, unas buenas armas capaces de detener a una quimera de Latinoamérica y sobre todo, teníamos la orden de entrar y deshacernos de todo lo que esté a nuestro frente.
Nos habían contratado para hacer de demoledores; subimos a un avión privado y nos trasladaron a tierras asiáticas. Durante el trayecto me habían dicho que sería una redada especial a un lugar donde prácticamente casi nadie ha podido entrar, por ello nos habían contratado, especialmente por mi, y por mi fuerza monstruosa.

48hs de viaje fueron suficientes para poder descansar y pedir a nuestros dioses o no, que la protección nos caiga encima y no perdamos a nadie. Nos dieron de comer y beber para tener fuerzas suficientes para cuando apenas aterricemos, seamos trasladados al lugar en el que haríamos el operativo.

Y así fue.

Apenas el avión militar privado de la embajada latina aterrizó, unas cuatro camionetas negras blindadas, con patrullas y militares de dicho país, nos esperaban.
Subimos a aquellas camionetas y la orden fue dada por un general para que inicien con la misión.
No sabría decir cuanto tiempo nos llevó llegar hasta el lugar pero solo puedo destacar que el sitio estaba bien oculto para el ojo humano.

El cadete Rodríguez, un chico muy hábil con las armas blancas y con una visión muy buena, nos dio la suerte de encontrar la entrada secreta de donde debíamos atacar.
Los militares japoneses y los de mi pelotón se prepararon, cargando sus armas y colocándose bien sus cascos.

Allí yo entré en acción.

Hice mis manos en puño y me acerque al gran muro de piedra que se alza frente a nosotros, respiré hondo, me posicioné y con mi fuerza, comencé a demoler aquella puerta secreta.
Rocas y más rocas comenzaron a hacerse añicos hasta que llegué a algo de metal. La puerta estaba sellada pero eso no fue impedimento para mí, más bien, enterré mis dedos con fuerza y comencé a abrir dicha entrada, viendo como los científicos ilegales corren con pánico mientras que sus guardias se posicionan en barrera, apuntando con sus armas.

Rápidamente mi pelotón entró en acción, comenzando a disparar y dar la señal de que vayan ingresando los demás oficiales.

Destruimos todo lo que se nos aparecía en frente, documentos, habitaciones, computadoras, todo, todo era destruido sin sentimiento alguno o seguridad que aquello sería suficiente para detener a los ilegales que trabajan allí.
Nos separamos en grupo pero decidí ir solo hacia un lado, a uno de los pasillos que aún no habíamos investigado.