Tu nombre es Hope, una hermosa chica oriental que fue encontrada por un hombre latino en una caja de cartón, abandonada bajo la lluvia cuando tenías 5 años.
El hombre que te encontró, se volvió tu padre y tú única familia, pues no recordabas que ha...
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El día de la boda llegaba a su fin, la fiesta se había vuelto extraordinaria, baile, comida, vino o jugo -para los menores- y uno que otro juego de la novia y los novios. Cuando fue la hora de lanzar el ramo, todas las chicas se habían reunido, empujando un poco a la otra, ansiosas por ver quién sería la próxima en casarse. El ramo fue lanzado por Hope y las chicas saltaron para atraparlo pero accidentalmente cayó en el regazo de Esmeralda, quien se encontraba degustando la comida. Las chicas latinas chillaron de alegría al ver a su amiga con el ramo de flores en sus manos. Ella alzó la mirada a un costado, encontrándose con Kirishima, mirándola fijamente con un enorme sonrojo. Ambos sonrieron nerviosos y desviaron la mirada, aún no daban el primer paso pero sus sentimientos, uno por el otro, son más que claros.
La pareja de tres bailó el vals de la noche antes de que el padre viniera a pedirles que lo dejaran bailar con ella. Claro que, en un principio no quisieron pero luego cedieron al ver la mirada tan penetrante de su suegro.
La fiesta siguió y siguió hasta dar las 3:45 de la mañana. Los invitados comenzaron a irse, alguno muertos de cansancio y otros borrachos hasta la coronilla, Bakugou, por ejemplo, quien siendo ayudado por su esposa y el alado, lo ayudaron a ir hacia el vehículo que Keigo había comprado hace no mucho tiempo. Con cuidado, lo acostaron en los asientos de atrás y la heterocromatica lo acomodó para que vaya tranquilo durante el viaje. Luego de despedirse de los pocos invitados que habían aún, subieron al auto y fueron a donde sería su nuevo hogar, una casa entre un bosque y la ciudad de Musutafu. A petición de la joven, habían elegido ese lugar por ser una zona tranquila y perfecta para ir a cualquier lado, pues las rutas hacia las ciudades cercanas estaban a unas cuantas cuadras y la estación estaba relativamente al lado.
-Creo que se excedió con el vino y cerveza -Keigo observa al cenizo por el espejo y suelta una leve risa-
-No te rías de él-sonrie y mira al dormido explosivo- se ve tierno cuando duerme~
-Acaso yo no lo soy también? -hace un puchero y sigue conduciendo-
-No seas celoso, Keigo -sonrie y le acaricia la mejilla- eres tierno cuando mueves tus alas como si fueras un pollito en busca de su mami.
-Uuuhhhh, sí, busco a la mamasita de mi esposa -sonrie de lado- siempre que te veo es, "ey mami" -chifla dos veces- "aquí está tu polluelo"
Soltó una carcajada y se dedicó a observar el camino, acariciando los anillos que porta en sus ambas manos. Sería una noche/madrugada muy larga.
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