~🌸🦊HOPE🦊🌸~

~🌸🦊UNO🦊🌸~

Un estruendoso portazo se escucha en una casa, gritos y llantos son escuchados únicamente por las paredes y habitantes de ese lugar, quienes ven con horror lo que pasará a continuación.

-¡Papá! ¡¿Por qué me quieres tirar?! ¡P-Por favor!! No he hecho nada malo!! Shoto!! Ayúdame!! -solloza desesperada aquella voz-

-¡CÁLLATE! -furioso, le propina una cachetada a una pequeña niña de cabellos blancos y rojos- ¡Eres la desgracia personificada! ¡No quiero una mukosei aquí!

La puerta de la casa es abierta de par en par para luego un pequeño cuerpo estamparse en la fría acera. Sus pequeños sollozos son escuchados y observados por su padre Enji Todoroki, conocido como Endeavor.

Con temblor en las piernas tratas de volver a entrar a la casa para refugiarte en los brazos de tu adorada madre y volver a jugar con tu hermano Shoto, un año menor que tú.

-Tu no volverás a entrar a ningún lado. -enfurecido, un manotazo en tu pequeño rostro hace que caigas al suelo y sueltes un fuerte llanto- Ya deberías haber desarrollado tu quirk pero ¿que me encuentro? Mi segunda hija mujer es una mukosei. Una inútil que no merece llevar mi apellido. -la niña se aferra a él queriendo buscar su calor y cariño que hace 4 años el hombre le brindaba-

- ¡Por favor papá! N-no me dejes sola, seré una niña buena! Voy a obedecerte en todo papá!! Por favor! -solloza desesperada-

Su firme y fuerte mano te agarra nuevamente de la muñeca derecha y te lanza fuera de la casa y jardín delantero de los Todoroki. Sus llamas se hacen más grandes, como advertencia de que no vuelvas a acercarte.

-Tú, no eres mi hija, y jamás serás mi hija. -la pequeña niña la observa con terror y tristeza- ¡Lárgate, no te quiero ver aquí! -observa sobre su hombro al resto de su familia- ni se les ocurra abrir esta puerta y dejarla pasar o ayudarla, porqué les irá mucho peor.

Sentenciando con firmeza, la niña bicolor observa como su propia familia la deja abandonada y sola en la calle. Sus cristalinos ojos se detienen en su hermanito, Shoto, quien con una enorme tristeza, la llama constantemente pero es detenido y llevado a la fuerza por el jefe de familia.

-¡SORA-NEECHAN! -grita por última vez el pequeño antes de que la puerta fuese cerrada para siempre para la pequeña niña-

Desde esa noche, Sora, vagó por las calles por varias semanas, comiendo alguna que otra cosa que le dan gracias a la gente humilde y de buen corazón que se enternecia con ella.
En una tarde de otoño, la niña llegó a un callejón, donde encontró una caja de cartón y tela sucia y rota, eso no le importó en lo absoluto. Con delicadeza puso las telas dentro de la caja, como una pequeña colcha, observó con orgullo su trabajo e ingresó dentro de la caja para acomodarse y poder al menos, dormir con tranquilidad.

Pero, su sueño se ve interrumpido por la silueta de un hombre canoso, de unos 50 años de edad y con una cicatriz en su ojo izquierdo.