Capítulo 42

2.6K 163 18
                                    

_Salí del baño secándome el cabello bajo la atenta mirada de Benson. Ya no estaba tan borracha como para tomar como un chiste el enojo de Harald.
Estaba un poco nerviosa, admito. Pero no era culpable de nada. No había hecho nada malo.

Él estaba sentado en el sillón de terciopelo que yacía en una esquina de la habitación.

Ya no tenía su chaqueta del traje. Así que solo lucía una camisa blanca sin corbata que mostraba que iba diario al gym. Tenía las manos entrelazadas y el ceño fruncido, mirando cualquier movimiento que yo hacía.

Me senté con cuidado en la cama y arreglé mi albornoz. Luego continué secando mi cabello.

-Sácalo, regáñame o la vena de tu frente explotará- volví mi cabeza hacia los dos lados para que mi cabello se secara.

-Dime. Conociste a ese hombre en la playa aquella vez. Luego consigues trabajo gracias a él, ahora son mejores amigos y van a tomar juntos- comentó calmado. Aunque yo sabía que se estaba muriendo de los celos.

-¿No puedo tener amigos?- pregunté a la defensiva.

-No- contestó sin más.

-Entonces tú tampoco- sentencié levantándome para poner la toalla en el baño.

-No se trata de eso, Bell es diferente- lo escuché desde el baño. Volví a la habitación y me senté nuevamente, dispuesta a no perder la discusión.

-Entonces Alan es diferente. No hay mucho de qué hablar. Que tengas una linda noche- sonreí con sarcasmo.

-¿Por qué tenemos que discutir por terceros?- se levantó rápidamente.

-Porque de repente tienes una amiga que te ama, y al parecer te cuida mejor que yo- tomé mi celular. Me levanté y le mostré la conversación y la foto.

-Sobre esto no te preocupes. Yo lo resolveré. Solo dime qué quieres para que dejemos las discusiones- se cruzó de brazos.

-Quiero a Bell fuera de nuestras vidas- parecía una niña mimada pidiendo el último celular del año. Pero no lo hacía por capricho. Lo hacía porque presentía que algo pasaría con el árbol si no cortaba la raíz a tiempo.

-Está bien. Hecho. Pero no te quiero volver a ver con Alan- arqueó una ceja. ¿Por qué los hombres son así?.

-No. Alan no se está metiendo en nuestra relación- me negué y me acerqué a él lentamente.

-Entonces le reclamaré a Bell lo que hizo, pero no la alejaré. La conozco desde hace mucho tiempo- otra vez con eso.

-¿Sabes qué?. Has lo que quieras, si quieres acuéstate con ella. Luego no digas que no te lo advertí. No confío en ella- rodeé los ojos.

-¿Crees que lo haría?- sonrió con burla.

-Eres hombre- bufé.

-Ya sé cuál es el problema aquí. No confías en mí. Pues déjame decirte que no soy Ryan. ¿Crees que ando acostándome con cualquiera?- salió de la habitación hecho furia.

Lo dejé en paz. Últimamente estábamos discutiendo demasiado. Así que me acosté en la cama y miré hacia el techo.

Tal vez estaba en la otra habitación, solo que yo no iría a consolarlo cuando él lo hizo conmigo. No.

De todas formas quería saber si andaba por ahí. Así que bajé a la cocina para beber un poco de agua. Aunque no tenía sed.

-Ni siquiera te importa que esté furioso contigo- salté cuando lo escuché detrás de mí.

-¿Qué quieres que haga?- pregunté volviéndome hacia él.

-Que te quedes conmigo siempre. Pero aquí hay un problema notable. Yo estoy loco por ti, pero a ti no te importa- dijo destilando drama. Por Dios.

-No, no me importa. Y lamentablemente yo no estoy loca por ti, mi juicio está bien. Así que has lo que quieras, Harald. Yo voy a dormir sin preocupaciones. Ni siquiera me importa- pasé de él. Bueno, intenté.

Me tomó por el brazo y me haló hacia él, me pegó a su pecho y me haló el cabello. Pero sin hacerme daño.

-Te amo, Ebbye- me dio un beso en la frente- sabes que sí te importa. O sino, ¿Por qué te pones tan celosa cuando ves a otra cerca de mí?. Porque me amas también y es una tontería discutir por esas idioteces. Te encanto y lo sabes- empezó a besar mi cuello.

-Ya basta...- intenté detenerlo, pero no pude.

-Me pongo furioso cuando estás con él. Pero confío en ti porque, acéptalo, no encontrarás a alguien que te haga sentir lo que estás sintiendo ahora mismo- soltó mi cabello y quitó el lazo de mi albornoz.

-No eres el único en el mundo, amorcito- rodeé los ojos.

-Pero soy el único que puede tocarte así- pasó sus manos por mis glúteos- soy el único que puede acariciarte aquí- paseó dos dedos por mi clítoris- dime, ¿Te habías mojado así antes?. No, nunca. Porque solo con mi voz te pasa- siguió acariciando allí- ni siquiera te he tocado bien y ya estás lista para mí- hundió sus dos dedos en mí.

-¡Harald!- gemí cuando empezó un vaivén.

-¿Alguien más te ha hecho gemir así?. No, porque yo soy el único que puede hacerte sentir cosas tan solo con verte. Cuéntame. ¿Tus pezones se ponen así con cualquier hombre?- tocó mi pecho erecto y luego lo entró en su boca. Yo ya me estaba volviendo loca-¿ Por qué no respondes?- desabrochó su pantalón. Tenía una erección un tanto grande, pero no me dejó mirar mucho su glorioso pene porque me cargó en su cintura y entró en mí sin previo aviso.

-¡Ah!- busqué sus labios y los besé. Caminó conmigo y me sentó en la mesa de la cocina mientras seguía arremetiendo contra mí.

-Estoy seguro que si otro te estuviera follando en la mesa de la cocina, no te gustaría. Pero conmigo te encanta porque te excita- sus palabras solo lograban ponerme más caliente y mojarme en sobremanera- dímelo, Ebbye. ¿Te has sentido así alguna otra vez?- preguntó cuando llegué al clímax. Negué mordiendo mi labio inferior- quiero que me lo digas, cariño. ¿Has podido tener más de un orgasmo con alguien que no sea yo?. Conmigo siempre pides más y nunca te aburres porque sé donde tocarte, donde besarte. Sé que te gusta que te folle duro, pero también te gusta que te trate bien. Sé que amas cuando te beso aquí- acarició mi clítoris- te retuerces y tiemblas cuando lo hago y ahora mismo estuviste a punto de desmayarte cuando tuviste tu orgasmo. Me amas y yo te amo- sentí su líquido caliente dentro de mí.

-Tienes razón en todo lo que dijiste antes. Es por eso que no quiero perderte, porque no sé si puedo amar a alguien más que a ti.

-Te mataré si te enamoras de otro- sonrió.



Hola. ¿Alguien más quiere un Harald en su vida?. Yo sí.

Este capítulo estuvo intenso.

Voten, comenten. Los leo.

Los amo, XOREADERS.

HARALD (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora