Capítulo 38

2.8K 153 12
                                    

_Fruncí el ceño. Supuse que Harald se había peleado con alguien. Hasta ya tenía en mi mente con quién pudo ser.

Pero cuando me dijo que estaba en la cárcel, me puse ansiosa. ¿Qué hizo?.

Mi cara demostró mi inconformidad con lo que había dicho.

-¿En la cárcel?- pregunté sentándome frente a él en la cama.

-Me encontré con Ryan y no pude evitar pegarle- dijo, pero con duda en sus ojos.

-¿Solo eso?- crucé mis brazos sobre mi pecho.

-Bueno, fue en medio de la comisaría. También le pegué a un policía- concluyó sin mirarme a los ojos.

-¿En serio?. Te dije que no lo hicieras. ¿Encima golpeas a un policía?- bufé molesta.

-Fue sin querer, lo del policía, obvio- aclaró pasando su brazo por mi cuello sin lastimar mi brazo- lo de Ryan no me arrepiento. Hice una demanda para que lo investiguen sobre lo que te hizo. Aunque no creo que encuentren muchas pruebas.

-Por eso te dije que no hiciera nada, porque no hay más prueba que mi testimonio- respiré profundo.

Ambos nos quedamos callados, mirando a cualquier lugar que no fuera nuestros ojos. No estaba enojada, solo estaba en el aire.

-Vive conmigo- dijo de pronto.

Sentí un vuelco en el corazón. ¿Mudarme con él?.

-¿Qué?- lo miré. Su cara no me decía nada, como siempre. Pero su seriedad me decía que no bromeaba- ¿Mudarme contigo?¿Por qué dices eso de repente?- sonreí nerviosamente.

-Porque no quiero que te quedes sola en tu casa. Porque quiero todo contigo, en serio. Dime que sí- casi suplicó.

-Lo pensaré- entrecerré mis ojos hacia él- las cosas no pueden ser tan fáciles para ti, querido H. Sufre un poco- le di un beso en la mejilla.

-¿H?- rodó los ojos- por cierto, hay algo que quiero pedirte- tomó mi mano, la única que podía utilizar- sabes que el cáncer puede ser hereditario y...

-Lo sé. Quieres que esté pendiente a eso, ¿Verdad?- yo también lo llegué a pensar.

-Sí, por lo menos necesito que te revises cada tres meses. Solo para estar seguros- me dio un beso en la frente.

-Le diste un beso en la frente a Bell- susurré al recordarlo.

-Ebbye...- me abrazó.

-No puede hacer eso- mordí su hombro, pero no se quejó.

-No lo haré- aseguró acariciando mi cabello- oye, tengo que irme- dijo después de un rato.

Me entristeció pero al final debía entender que Harald era una persona ocupada y me quedé viendo televisión mientras nos escribíamos por mensaje.

Y desde ese día pasaron tres semanas. Y, no lo van a creer, pero estaba mudándome con Harald. Estaba feliz, tengo que admitir. A pesar de todo, claro. Pero decidí ser feliz cuando le dije que quería todo con él.

Ya mi brazo estaba bien, lo que significaba que ya no debía usar un yeso. Me sentía bien, en todo el sentido de la palabra. Además de que al día siguiente de mudarme iba a comenzar a trabajar en la veterinaria.

Me encontraba ordenando mi ropa en la habitación, mientras tarareaba una canción que había escuchado un par de veces, pero que tenía atrapada con el ritmo.

-Qué bueno que eres veterinaria, porque como cantante ibas a fracasar- salté al escuchar la voz del pelinegro desde la puerta del clóset.

-Harald, ¿Qué demonios?- me agarré el pecho. Me había dado un susto terrible.

-Te ves sensual- se mordió el labio- hoy tengo un apetito sexual increíble...- se acercó a mí.

-¿No estabas en la oficina?- pregunté poniendo una blusa en un gancho.

-Sí, pero me escapé porque tengo una erección- me abrazó y besó mi cuello.

-¿Estás loco?- pregunté intentando alejarme- estoy ocupada, déjame terminar esto- lo alejé.

-Estaré ocupado durante el próximo mes, así que no sé si podré verte mucho- me levantó y me sentó en un guardarropa.

-¿Viniste a esto?- correspondí su beso.

-Y a verte, obvio- sonrió contra mis labios.

Sus manos bajaron mis shorts sin dificultad. Y de un momento a otro ya estaba desnuda, con él entre mis piernas. Harald tenía algo que me hacía ceder a cualquier cosa, eso me daba miedo, en cierto caso. No quería ser una sumisa.

Y me hizo suya una vez más y no sé si estoy loca, pero cada vez era mejor que la anterior.

Harald estaba deseoso y yo también así que en un santiamén me penetró. Suerte que estábamos solos en la casa, porque estaba gimiendo demasiado alto.

No les voy a dar muchos detalles de nuestro encuentro sexual, no esta vez. Porque hay algo más importante que pasó en ese momento.

-Te amo- dije cuando Harald llegó al clímax.

Ni siquiera sé porqué dije eso, pero lo dije. La cara de Harald no me gustó y yo me quedé callada y desnuda en el clóset. Solo mirando como se recuperaba de lo que había pasado y se iba, haciéndose el sordo.

Me dolió su gesto, no esperaba un te amo de su parte. Pero tampoco que me ignorara.

Y esa noche Harald llegó tarde, yo aún no estaba dormida, no podía. Estaba esperándolo sentada en la cama.

Él no me dijo nada, solo se dió un baño sin mirarme. ¡No le había dicho nada malo!.

Cuando salió, de inmediato fue al clóset para vestirse, lo seguí.

-Harald- él solo me miró de reojo- tenemos que hablar. No me sigas ignorando, por favor- pedí recostada del marco- lo que dije fue verdad, pero no te preocupes, no tienes porqué decírmelo de vuelta. Entiendo, pero si vivimos juntos es por algo. Yo acepté porque estoy enamorada de ti. Pero no sé porqué me lo propusiste. Pero te entiendo, no te sientas con ninguna obligación. Pero no me ignores- suspiré cuando se volvió hacia mí.

-Ebbye...- se acercó.

-No, no te preocupes. Yo estoy bien- me di la vuelta.

-Ebbye...- repitió, pero yo ya estaba saliendo de la habitación para bajar a la cocina- amor- me alcanzó por el brazo- te pedí que te mudaras conmigo porque siento algo por ti, pero no sé que es.

-Solo no tardes tanto descubriéndolo. Porque no sé si esto funcione así.


Ando un poco perdida, pero volví con problemas. Ahora sí, Ebbye y Harald tendrán que enfrentarse a los verdaderos problemas amorosos.

Voy a adelantar algo, la novela juvenil no será de solo romance y bad boy y esos clichés. Será una novela con fantasía.

Díganme qué les parece una novela juvenil con fantasía. Ya tengo la idea.

Los amo, XOREADERS.




HARALD (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora