HARALD (Editando)

Capítulo 40

_Llámenme infantil, inmadura. Lo que quieran. Pero estaba enojada, estaba muy celosa y lo admito. ¿Por qué había aparecido Bell de repente?. Solo a molestar.

Sí le creí a Harald cuando me dijo que no había nada entre ellos, pero en ella no podía confiar. Lo siento, he sufrido bastante en mi vida como para confiar en cualquiera.

No estaba obsesionada con Harald, como tal vez piensan ahora mismo. Solo estaba un tanto histérica. Nunca he sido tan segura de mí misma como para asegurar que no me van a abandonar.

Tal vez ella tenía una emergencia, la intentaron abusar o lo que fuera, pero debió llamar a la policía. Lo siento, me volví mala persona. Tal vez ella sí necesitaba ayuda y yo estaba demasiado celosa como para ver que ella era inocente de todo.

Subí las escaleras mientras me quitaba el cierre de mi vestido, luego entré a la ducha. Hasta me estaba doliendo la cabeza de tanto pensar.

No quise quedarme tanto tiempos porque mis dedos se estaban poniendo como una pasa. Me coloqué la pijama más larga que tenía y me acosté.

Estaba cambiando mi fondo de pantalla y hablando con Lila y Kat cuando la puerta de la entrada sonó. H había llegado.

Me hice la que no lo escuché cuando entró a la habitación.

-Ya llegué- avisó quitando su saco.

-¿En serio?. No me había fijado, creí que te tomaría más tiempo- hablé con sarcasmo e hice una mueca de disgusto.

-No te pongas así, la estaba ayudando- se defendió desabotonando su camisa.

-Debiste traerla para que duerma con nosotros, entonces- volví la vista a mi celular.

-Ya déjalo, Ebbye. Es mi amiga- se acercó a mí con su abdomen desnudo.

-Harald, en serio confío en ti. Pero de repente llega tu novia del pasado y a mí me dejas para irte con ella. No te preocupes, no pasa nada, amorcito- apagué el celular y me dispuse a dormir.

-Amor, no te enojes- me dio un beso en la mejilla antes de entrar al baño.

Esa noche también la ignoré y dejé todo así, solo para que Harald no creyera que estaba celosa y desconfiada.

Así que me fui a trabajar muy temprano. Ambos nos fuimos, pero no le hablé a Harald porque no quería discutir.

Llegué y saludé a Marie, la secretaria.

-Ebbye- Alan llegó detrás de mí.

-¿Todo bien?- pregunté poniéndome mi bata.

-Por ahora- me guiñó un ojo.

Voy a decir algo que no va al caso, si no estuviera enamorada de Harald, posiblemente me enamoraría de Alan. Pero ya estaba loca por alguien, cuyo nombre empieza por H.

El día fue muy movido, realmente. Habían muchos animales desde la mañana hasta la tarde.

No estaba cansada en absoluto porque era lo que me gustaba, de hecho, también pude ver al dueño de la clínica a lo lejos. Era un señor calvo y alto. Era serio, no se veía muy simpático.

-Es muy malo- me susurró Alan. Sonreí.

-Entonces espero no toparme con él- guardé mis cosas en el casillero.

-¿Quieres que te lleve?- se recostó del material de hierro.

-No, tengo auto- negué y luego me despedí.

Cuando llegué Harald ya estaba en casa, pero estaba ocupado en la oficina. Entré y me senté en sus piernas. Él me dio un beso en los labios.

-Te extrañé- acaricié su cabello.

-Yo te extrañé más, pequeña celosa- mordió mi oreja.

-¿Entonces por qué no hacemos cosas?- pregunté desabotonando mi pantalón.

-Ebbye- susurró levantándome y poniéndome en el escritorio.

Harald me besaba salvajemente como si nunca hubiera sido suya. Pero su celular sonó.

-Es de la empresa, déjame contestar- ahí se enfrió todo así que me fui hacia la habitación.

Me terminé de quitar la ropa y me entré a bañar.

-Ebbye, cariño. Cuando termines de bañarte veremos una película, solo déjame terminar algo- dijo desde el otro lado de la puerta.

-¿Cómo sabes que me estoy bañando y no cortándome las venas?- pregunté enjabonado mi cuerpo. Sonreí ante mi estupidez.

Abrió la puerta y entró de inmediato. Me miró y luego respiró profundamente.

-¿Por qué entras tan apresurado?- jugué con la espuma- ¿Crees que haré lo que hizo ella, Rina?- me atreví a preguntar. La cara de Harald cambió de inmediato, tal vez no debí preguntar eso.

-Tienes motivos para hacerlo- comentó de mal humor.

-Ni la muerte de mi hermana y mi madre lograrán que me suicide, ¿Por qué lo haría por un hombre?- levanté la ceja con curiosidad.

-¿Soy cualquier hombre para ti?- la discusión se estaba poniendo acalorada.

-No, pero eres un hombre. Y nadie es más importante que yo en este mundo- me levanté y tomé una toalla.

-Que bueno que pienses así, porque tú también eres una mujer. Y hay bastantes en este mundo- entró las manos en sus bolsillos.

-Bien, entonces puedes conseguirte otra cuando quieras- pasé por su lado y salí del baño. Entré al armario.

¿Por qué estábamos teniendo esa estúpida discusión?.

-Estamos de acuerdo, coincidimos- lo escuché en el marco de la puerta.

-¿Y qué esperas entonces?¿Qué haces ahí parado?. Ve a buscar una- lo reté poniéndome mi pijama.

-Claro, ahora mismo voy. Eres inmadura- tomó su saco de la puerta de armario y se lo colocó.

-Debes buscar una que no lo sea. Yo también debería buscar a alguien menos ocupado y sin amigas del pasado- tomé mi celular y me dirigí a la habitación de huéspedes.

Ordené la cama y me acosté. No pensaba dormir con él. Ambos estábamos teniendo una discusión sin pie ni cabeza. Eso no nos llevaba a ningún lado.

No pasó ni media hora cuando escuché la puerta abrirse. Sabía que era él, así que no me volví a mirarlo.

-Hace frío, no duermas aquí- habló en voz baja.

-Estoy bien aquí. ¿No te habías ido?- pregunté colocándome la manga en el cuello.

No lo escuché responderme. Pero sentí que la cama se hundió a mi lado. Sentí sus brazos estrecharme contra su pecho y acurrucarme contra él. Luego me dio un beso en la cabeza.

-¿Y si no quiero a otra?. Quiero a la más estúpida. Porque realmente eres tonta al pensar que preferiría a otra.

-Uhm, estás a tiempo- me volví hacia él.

-No quiero tiempo, te quiero a ti.

Estas pinches personas.

Hola. Lamento no haber actualizado pero estaba un poco enferma. Vivir debajo de un puente me está afectando.

Por cierto, llegamos a las 7k lecturas. Eso es gracias a ustedes.

Por cierto X2, estamos casi en el final de la historia.

Los amo, Xoreaders.