No se en dónde está

156 24 0
                                    

El sol salió, la mañana era fría en Bariloche, una vibra de nostalgia se sentía, Joaquín había pasado toda la noche junto a su hermana, no se pudo separar de ella, seguía junto a la cama en silencio, escuchando la respiración tranquila y limpia de Lucia, mientras su madre dormitaba en el sillón de atrás, Joaquín observaba a su hermana, daría la vida por ella si fuera necesario, con su hermana había un lazo fraternal irrompible.

Joaquín observaba a Lucia, tan linda e inocente, llena de vida, recordó todos los momentos de su infancia, cuando la vió por primera vez, cuando en su afán de tener un hermano varón con quien jugar al futbol le enseñó a Lucia a jugar, cuando la pequeña Lucia lo seguía por todos lados torpemente mientras aprendía a caminar, miles de recuerdos llegaban a su cabeza, y al verla ahí dormida, inconsciente, no podía creer que su pequeña hermana ahora era todo una mujer, que horas atrás había tenido una bebé, que el padre de ambos se la quito y la alejó de sus brazos, el dolor invadió a Joaquín, se sintió culpable por que no haber estado ahí para detener a su padre, Joaquín tomo la mano de su hermana

— Te prometo que voy a encontrar a tu hija hermanita, te lo prometo

— ¿Qué pasa hijo? — despertó Engracia 

— Nada mamá, Lucia sigue igual

— Descansa un poco, voy a traerte un poco de café y voy a ver si tu padre ya despertó para que aclaremos todo de una buena vez 

—————————————————————————————————————————————————

Joaquín tomo una ducha rápida, una empleada de la casa se había quedado con su hermana mientras él y Engracia se reponían un poco de la noche en vela que pasaron. Al terminar Joaquín regresó por el cuarto de su hermana.

— ¿Pasó algo? — le preguntó a la empleada

— Nada señor, sigue igual que hace rato

— Joven Joaquín su madre lo espera en la mesa — entró otra empleada al cuarto para darle el mensaje

— Gracias, en seguida voy, por favor, quédate con mi hermana, cualquier cosa avisame

La empleada asintió y Joaquín salió rumbo al comedor

—————————————————————————————————————————————————

En el comedor estaba Engracia parada con una mirada reprobatoria hacia su marido, quien se encontraba sentado en la silla principal de la mesa, el hombre tenia una mano el la frente, pues tenia un dolor de cabeza impresionante después de todo lo que había tomado el día anterior.

Joaquín entró curioso al encontrar a su padre

— ¿Mamá?

— Aquí está tu padre 

— ¿Y ahora que queréis vosotros dos?

— ¿En donde está la bebé? por favor papá, decinos en dónde está la niña y olvidémonos de todo lo que paso — dijo Joaquín tranquilo para razonar aunque en el fondo quería lanzarse encima de su padre y obligarlo a hablar

— Por favor Joaquín, si Lucia despierta y no ve a su hija se le va a romper el corazón — también le suplicaba Engracia 

— Eso lo hubiera pensado antes de quedar embarazada

Al escuchar esa respuesta Joaquín se encendió y se iba a abalanzar sobre su padre pero Engracia puso sus manos sobre el pecho de su hijo deteniéndolo

— Tranquilo hijo

— Sos un pedazo de....... 

— ¡Joaquín! — Lo reprendió su madre

— ¿Cómo podés hacerle esto a tu propia hija, acaso no eras vos el que siempre nos dijo desde niños a mi hermana y a mi que siempre ibas a estar orgulloso de tu sangre? Esa niña lleva tu sangre — decía Joaquín a gritos mientras su padre seguía agarrándose la cabeza 

— Esa niña no lleva mi sangre, lleva la sangre del maldito ese y de la golfa de tu hermana

Joaquín no pudo contenerse, quito a su madre de en medio, agarró a su padre del cuello de la camisa y lo levantó de la silla

— No vuelvas a llamar a mi hermana de esa forma

— Eso es lo que es — le respondió su padre sin titubear y mirándolo a los ojos

Joaquín lo soltó y esté se volvió a sentar

— Solo eso me faltaba, que tu me faltaras al respeto a mi, a tu propio padre, eso es lo que has logrado al consentirlos tanto — señaló a su esposa culpándola

— Joaquín sólo queremos saber en donde está la niña, por favor — le suplico de nuevo Engracia

— Tanto escándalo por esa mocosa, además aunque quisiera saber, no lo se, no se en donde está — encogió los brazos como si de un objeto perdido hablara

— ¿Cómo que no lo sabes ? — dijo enojado y desesperado Joaquín, pues su padre tenia una enorme resaca y a ese punto el ya no le creía nada

— No lo sé, la mujer a la que se la di ayer......

— ¿La partera? — interrumpió Engracia

— Sí esa, ayer que mandé a uno de los muchachos a buscarla ya no estaba, desapareció con esa niña, no se en donde está — explicaba el padre más preocupado por su resaca que por su nieta

— No puede ser — Suspiró Joaquín agarrándose la cabeza con las dos manos

— ¿De qué estáis hablando Joaquín? por favor.....

— No le creas nada mamá, no sabe ni quien es él, mira en que estado está — respondió Joaquín 

— Es la verdad, aunque yo quisiera darles a esa niña, ahora ni yo se en dónde está, la mujer esa desapareció, seguro para chantajearme y pedirme dinero más adelante — dijo el viejo sin preocupación

Engracia y Joaquín miraban con reprobación al hombre, no le creían, sin embargo con la resaca que el hombre tenia en ese momento no era posible razonar con él.

— ¡Señora! ¡Joven Joaquin! — se escuchó un grito a lo lejos que se acercaba a ellos

La empleada corría a toda velocidad hasta llegar en donde se encontraban los tres

— Por favor, la señorita Lucia, vengan — les dijo agitada la empleada

Joaquin y Engracia corrieron hacia la habitación de Lucia

— ¿Y tú que me vez?, tráeme un té que ya no aguantó la cabeza — le pidió el viejo de mala gana a otra empleada que salió de la cocina al escuchar los gritos

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora