Sedante

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Joaquín y su madre llegaron corriendo al cuarto de Lucía quien había despertado y estaba sacada de sí, llorando y en estado de histeria preguntando por su hija, la joven tomó el suero que estaba conectado a su brazo e intento arrancárselo, una de las empleadas trató de detenerla sobre la cama, mientras Lucía intentaba levantarse.

Joaquín sin pensarlo dos veces corrió hacia Lucia e intentó contenerla y tranquilizarla abrazándola.

— Lu, por favor escuchame, tranquila — le suplicaba Joaquín

— Mi hija, ¿en dónde está mi hija?, por favor díganme — lloraba desgarrada Lucía

— Lu, por favor

— Soltame, quiero a mi bebé, ¿En dónde estabas vos, me la quitaron y vos no hiciste nada? — grito desesperada con odio hacia su hermano

Mientras Joaquín forcejeaba abrazando a Lucia para evitar que se levantara y trataba de tranquilizarla, el doctor entró por la puerta del cuarto, al ver el estado de Lucía éste cargo una jeringa con un líquido y se acercó, mientras su hermano la sostenía el doctor inyecto en ella un sedante.

El sedante era tan potente que aunque Lucía luchaba con todas sus fuerzas por mantenerse despierta éste empezó a tener efecto inmediato en su delgado cuerpo  y mientras se iba desvaneciendo sobre los brazos de su hermano balbuceaba una y otra vez la misma cosa:

— Quiero a mi hija, ¿porque me hizo esto? — dijo una y otra vez hasta que cayo completamente dormida

Joaquín acomodó a Lucia delicadamente sobre la cama de nuevo, tanto su madre como él habían observado la escena y estaban destrozados, especialmente Joaquín quien recordaba las palabras de su hermana quien le reclamó por no haber estado allí.

— Creo que llegué en un buen momento — dijo el doctor preocupado  — Venía a monitorearla pero veo que aún está en shock —

Engracia estaba horrorizada por su hija

— No podemos mantenerla todo el tiempo sedada — dijo Joaquín pasando una mano sobre su cabello tratando de tranquilizarse

— No puedo administrarle más, lo hice porque estaba en estado de shock, pero.... discúlpenme si me meto en asuntos familiares pero lo mejor seria que hablen con ella en cuanto despierte y esté más tranquila — les sugirió el doctor

Engracia y Joaquín se voltearon a ver pues sabían que no iba a se fácil

— Yo lo haré doctor no se preocupe — le aseguró Joaquín, pues sabia por la cara de su madre que ella no iba a poder hacerlo

— Bueno, el sedante la va a mantener en ese estado, le voy a recetar unos tranquilizantes para mantenerla estable cuando despierte

— Nos encargaremos de que los tomé — dijo Engracia

— No creo que sea necesario que yo esté aquí, estoy seguro que con sus cuidados y tomando lo que le receté va a estar mucho mejor, regresaré en unos días si así ustedes lo necesitan....

— Muchas gracias doctor, ya no vamos a requerir de sus servicios — dijo muy serio Joaquín padre quien apareció por la puerta

— Entiendo, me retiro, con permiso y espero que la señorita mejoré —

— Muchas gracias doctor, lo acompaño a la puerta — le ofreció Joaquín

El doctor asintió y Joaquín salió con el, al pasar junto a su padre éste lo miro con desdén

— ¿Cómo está? — preguntó Joaquín a su esposa

— ¿Cómo queréis que éste?, esta destrozada— le respondió Engracia de mala gana

— Ya se le pasará en cuanto volvamos a Buenos Aires — dijo el padre

Joaquín hijo quien regresaba de acompañar al doctor, escuchó las ultimas palabras de su padre y entró al cuarto protestando 

— ¿Ya se le pasara? Fue a su hija a quien le arrebataste, no a un pedazo de carne, ¿ y vos pensas que se le va a pasar así como así? — le grito en voz baja el joven, pues quería evitar que su hermana se despertara

Joaquín padre le iba a responder a su hijo pero Engracia los interrumpió:

— Basta, no discutan aquí, Lucía los puede escuchar 

— No tengo nada que discutir con vosotros, mañana mismo volvemos a Buenos Aires, querais o no — les ordenó el hombre — Y más les vale que estando allá se olviden de todo lo que pasó aquí—

Engracia y su hijo estaban indignados con las palabras del hombre

 — Más te vale papá que para mañana cuando nos vayamos la niña ya esté con Lucia por que si no....

— Por qué si no ¿qué? — retó a su hijo

— Porque si no Lucia te va a aborrecer por el resto de su vida.... y yo también — dijo Joaquín y salió enojado del cuarto, esa era su ultima arma para obligar a su padre de regresar a la niña

— No nos podemos ir sin la bebé Joaquín, ¿es que no te dais cuenta? por favor es la hija de tu hija — le pidió tranquila su esposa esperando que esté razonara

El hombre con pereza y sin hacer caso a su pedido le dijo:

— Prepara tus cosas y las de Lucia, nos vamos en cuanto despierte — y salió azotando la puerta.

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora