¿Tanto te impresionó esa mujer?

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Después de todo lo ocurrido Lucía y Gabriel seguían en el cuarto.

 Lucía se había quedado dormida placidamente recostada sobre el pecho de Gabriel, quien a su vez la abrazaba, le acariciaba el cabello y jugueteaba con sus rizos dorados.

Alguien toco la puerta

— Adelante — susurró Gabriel

Joaquín se asomó por la puerta y Gabriel señalo a Lucía para que Joaquín supiera que estaba dormida.

Joaquín entro a la habitación tratando de dar pasos lentos para no despertar a su hermana

— ¿Cómo sigue? — preguntó Joaquín susurrando

— Al parecer el té la relajó y se quedó dormida — susurró Gabriel también

— ¿Qué fue lo que pasó?, estaba bien y en un segundo regresó desencajada — dijo Joaquín

— No se, tal vez ha sido el viaje, las emociones, regresar, han sido muchos cambios que no han sido fáciles para ella

— Si tal vez, me gustaría quedarme pero quiero ir a ver a mi mujer

— Por supuesto ........ cuñado, disculpanos con todo esto que pasó ya no pudimos invitarte a comer

— No, no por favor Gabriel, lo que más quiero es que Lu descanse, mañana ya estará respuesta., Bueno, me voy

— Perdoname que no te acompañe a la puerta, pero no quiero despertarla

— No te preocupes cuñado, que descanse, cualquier cosa me marcas al celular 

Gabriel asintió y Joaquín salió de la habitación

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Celeste llegó a su casa, abrió la puerta y un aroma a comida entró por sus fosas

— ¡Ya llegue abuelo! — saludó Celeste

— Que bueno hija, te estaba esperando, debes estar hambrienta

— Más o menos ......... pero eso huele delicioso 

— Bueno, sentate en lo que te sirvo

Tomás notó a Celeste pensativa

— ¿Cómo te fue hoy? — le preguntó su abuelo mientras le pasaba un plato

— Bien — dijo Celeste cortante

— ¿Bien, así nada más? — 

— Sí — encogió los brazos celeste — aunque ....................   Hoy fui a repartir a la mansión de Palermo chico, a la de los Ferro, ¿te acuerdas?

— Sí claro, en donde trabajan esas personas que son muy amables con vos

Celeste asintió

— ¿No me habías contado que la habían vendido?

— Bueno es que ese es el punto, la vendieron,  y ................ ya tiene nuevos dueños— le explicó la joven — Y hoy hicieron un pedido, me tocó a mí entregar como siempre y ................

— ¿ Y qué pasó? — le preguntó Tomás  pacientemente

Tomás conocía a Celeste bastante bien y el sabia que cuando su nieta empezaba a darle muchas vueltas a un tema era porque algo estaba rondando por la cabecita inquieta de esa niña

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora