16 años después ....

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Habían pasado tantas cosas después de esa tarde, Lucía soportaba a su padre quien la mayoría de veces estaba alcoholizado, su madre que evitaba peleas entre ellos a toda costa, cada vez que intentaba siquiera preguntar era ignorada y su padre se alteraba, él la obligaba a fingir que nada había pasado, como si nunca hubiera dado a luz a una bebe, con el alma destrozada lo hacia, pues cada vez que intentaba revelarse su padre la amenazaba con no volver a su hija, eso la detenía, pues de alguna forma despertaba todos los días con la esperanza de que al fin su padre le dijera en donde estaba, de vez en cuando veía a su hermano, quien iba a verla cuando el padre no estaba para no toparse con él.

Después de un año de lo sucedido, la joven regresó a la universidad y en las fiestas de sociedad que a su padre le encantaba organizar en su casa conoció a un joven empresario, un hombre bastante apuesto, seis años más grande que Lucía, era viudo, tenia una bebé de dos años llamada Isabella, su nombre: Gabriel Corrado, ése hombre logró conquistar y curar su corazón de a poco, sin mencionar que se ganó el cariño y el respeto de su difícil padre.

Gabriel conoció su dolorosa historia y aún así decidió amarla, se casaron y así pasaron los años,  Lucía aprendió a vivir con ese dolor, sin embargo no había día en que no le quemara el alma.

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16 años después....

 Buenos Aires 

Lucía estaba parada frente a la ventana de su habitación, suspiraba y con dolor recordaba ese día, el día en que el alma se le quebró para siempre, pues justo este día era él mismo en que su padre le había quitado a su hija hace muchos años atrás

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Lucía estaba parada frente a la ventana de su habitación, suspiraba y con dolor recordaba ese día, el día en que el alma se le quebró para siempre, pues justo este día era él mismo en que su padre le había quitado a su hija hace muchos años atrás.

— ¿En dónde estarás mi amor? — dijo en voz baja aún mirando hacia el jardín con los ojos cristalizados

Estaba tan inmersa en sus pensamientos cuando sintió que alguien la tomó por la cintura y la abrazó, sin girar Lucía sonrió pues podría reconocer ese aroma a kilómetros de distancia, ésta se limitó a entrelazar sus manos con las manos que la tomaban por la cintura

— Hola mi amor, ¿estás bien? — preguntó Gabriel detrás de ella

— Estoy bien — contestó dulcemente

Lucía se giró para quedar frente a su marido y esté le sonrió, la seguía abrazando por la cintura 

— ¿Estuviste llorando? — le preguntó sin soltarla mientras con uno de sus pulgares limpiaba las delicadas mejillas de Lucía

— Es que.... es el día, estoy un poco sensible — encogió los hombros

— Lo se mi amor, pero hoy no quiero que estes triste, están todos afuera esperándonos 

— No lo puedo evitar, por favor perdoname

— No tengo nada que perdonarte preciosa — Gabriel la pegó contra su fuerte cuerpo, pues Lucia le llegaba a los hombros, y cuando él hacia esto ella se sentía inmensamente protegida

— Mi hija hoy cumple 16 años Gabriel y yo..... ni siquiera la conozco

— Hace mucho tiempo te prometí que la íbamos a encontrar y así va a ser

— ¿Pero cuándo?, hemos contratado a demasiados investigadores, uno tras otro y ninguno ha podido — dijo Lucía desesperada 

— Bueno y contrataremos a cien más si es necesario, sabíamos que no iba a ser fácil mi amor, pero no lo vamos a dejar de intentar, hasta que tu hija esté con nosotros 

Ese hombre le daba tanta paz, la entendía a la perfección, se sentía completa y de alguna forma lograba que ella mantuviera la esperanza

— Por lo pronto, ¿hay que bajar, sí? todos están preguntando por vos — le pidió Gabriel

Lucía asintió con la cara triste y esté la besó

— Te juro que la voy a encontrar, te lo juro — le volvió a prometer mientras la abrazaba de nuevo

— Bueno señora, ¿Vamos? — le preguntó con su encantadora sonrisa y esos ojos azules que la volvían loca, Lucía jamás se podía resistir a él.

Ella lo tomó del brazo y juntos bajaron hacia el jardín.

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora