Nacimiento pt. 2

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— Puja niña, puja — le gritaba la partera a la joven pelirroja

Lucía pujaba con todas sus fuerzas, sin embargo estás estaban abandonando su cuerpo, era una sensación extraña, era tanto dolor que ya ni siquiera lo sentía, no escuchaba bien, solo se centraba en respirar y pujar

— Ya viene, veo la cabeza

— Hija, ya viene tu bebé, haz un último esfuerzo por favor — suplicó Engracia

Lucía no podía ni hablar, quería gritar con todas sus fuerzas, pero no tenia el suficiente aire para ello

— Vamos muchacha, puja, puja

Lucía estaba apunto de desmayarse y con las ultimas fuerzas de su cuerpo, gritó con todo el aire que restaba en sus pulmones, cuando por fin el cuarto se inundó con el llanto de un bebé.

— Ya está, ya está, respira — le pidió la partera quien tomo el pequeño cuerpecito que había salido de Lucia

Lucía tomó un gran bocado de aire, sus tímpanos retumbaron con aquél llanto, era como magia, ya no había más dolor, sentía como las fuerzas regresaban poco a poco a ella.

La partera tomó al pequeñito y envuelto en una manta lo acercó a Lucía

— Es una niña, y está sana — aseguró la mujer quien colocó a la bebé en el pecho de la joven Lucía, quien estaba volviendo en sí.

— ¡Una niña! — dijo Engracia entre lagrimas, mientras observaba a la bebé sobre el pecho de su hija

Lucía estaba atónita, en shock, su cuerpo estaba exhausto, sin embargo sentía a un cuerpecito tibio sobre su pecho, la bebé movía su cabecita lentamente acurrucándose sobre su joven madre.

— ¡Mamá!— exclamo Lucía débil y agitadamente sin dejar de ver a a la bebé que se movía sobre su pecho. — Es, es....... mi hija— terminó de decir Lucia mientras las lagrimas se desbordaban de ella sin entender el porque.

— Es tu hija mi vida, mi nieta, está sana, lo hicisteis muy bien — lloraba de felicidad Engracia mientras acariciaba la frente de su hija, ambas no podían quitar la vista de la pequeñita que acababa de nacer.

La partera observaba la escena con una sonrisa que se borró al recordar lo que el padre de la joven le había pedido.

— Esta buscando tu pecho, la podés alimentar, le va a hacer bien — dijo la partera a Lucia mientras caminaba hacia la puerta

La joven asintió, Lucía guió delicadamente con su mano a la pequeña hasta encontrarla con su pecho para poder amamantarla, la bebé se unió a ella sin problemas, y ahí fue cuando Lucía sintió que podía luchar contra el mundo entero si era necesario, por ella, por su bebé.

Mientras Lucia disfrutaba de los primeros momentos con su hija y su madre la observaba con lagrimas en los ojos, la partera abría las puertas de par en par dejando entrar al padre de la joven, quien al ver a la mujer asintió, apagó el cigarrillo y entró.

— Mi pequeña Lucía, te esperé mucho tiempo, no sabés cuanto te amo — le susurraba Lucía a la bebé entre lagrimas quien seguía pegada y tibia en su pecho.

— ¿Lucía? — preguntó Engracia

— ¡Sí! Lucia, así se va a llamar mi hija, Lucía como yo — le respondió a su madre con su ya característica bella sonrisa, la joven acariciaba con una mano la cabecita de su hija recién nacida y con la otra su pequeña espalda, la bebé con delicadeza seguía unida alimentándose de ella.

— ¡Sí! Lucia, así se va a llamar mi hija, Lucía como yo — le respondió a su madre con su ya característica bella sonrisa, la joven acariciaba con una mano la cabecita de su hija recién nacida y con la otra su pequeña espalda, la bebé con delicadez...

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