Recuerdos

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<<<< FLASHBACK >>>>

Tomás estaba en la casa de campo en la que trabajaba, era un día nublado y húmedo, un día perfecto para hacer su trabajo, el hombre realmente tenia un don si de naturaleza se trataba.

Mientras Tomás estaba subido en una escalera podando un enorme fresno escuchó gritos que provenían de la casa, sin poder evitarlo giro la mirada al lugar de dónde provenían.

 Vio salir a dos personas de la entrada principal de la casa, una de ellas una joven pelirroja que trataba de contenerse y un hombre que caminaba delante de ella con prisa.

— Pero papá ...............

— Dije que no y se acabó el tema

— Papá por favor, dale la oportunidad de conocerte

El hombre se limitó a ignorar a la joven, siguió su camino, subió a su auto y dejo parada a la pelirroja, quien agachó la mirada decepcionada.

Aunque Tomás jamás había cruzado palabra alguna ni había tenido acercamiento con el dueño o su familia, sabia que el hombre español exigía discreción a sus empleados, sin embargo no pudo evitar mirar a aquella bella joven, su mirada era sumamente triste.

Lucía sin saber que hacer se quedó parada viendo el auto de su padre desaparecer por el camino y sin previo aviso la jóven volteo a ver a Tomás que estaba a varios metros de ella, éste sintió pena por ella y le sonrió calidamente, la joven le sonrió de vuelta y entró a la casa.

Y esa fue la última vez que vio aquella bella pelirroja de ojos marrones.

<<<< FIN FLASHBACK >>>>


— Abuelo llegué, no sabes lo que nos pasó, Marti y yo veníamos de regreso y nos encontramos a Benja con la general, ¿puedes creerlo?  — le contaba Celeste entusiasmada al ver a su abuelo sentado en la mesa de la cocina.

— Abuelo........  — insistió la niña al no tener respuesta de su abuelo, el anciano tenia la mirada clavada al frente

— Abuelo — Celeste le tocó el hombro y Tomás reaccionó, moviendo la cabeza para volver al ahora.

— Hija, perdóname, estaba distraído, ¿me dijiste algo? — dijo el anciano 

Celeste sonrió y puso cara de extrañeza

— ¿Estás bien? — preguntó Celeste algo curiosa

— Sí hija, estoy bien

— ¿Viste a un fantasma o algo? — respondió la niña

Tomás puso cara de confundido

— No, digo, es que como te estaba hablando y tu no me respondías ................... además, me viste con una cara abuelo, que parece que viste a un fantasma — dijo divertida

— Perdoname hija, estaba recordando algunas cosas sin importancia, esta mente vieja, no me hagas caso  — se justificó el anciano, — Pero vos me estabas diciendo algo, decime, decime — insistió Tomás para cambiar de tema

— Eh, te estaba contando lo que nos pasó de camino a acá pero ........... no importa, más bien, tu, ¿en que estabas pensando abuelo? — preguntó la niña curiosa

— Nada, nada, ya te dije que no me hagas caso.

— Para ser nada estabas bastante concentrado ¡eh! 

Don Tomás negó con la cabeza 

— Ya te dije que nada importante, ¿tenes hambre?

La niña asintió con la cabeza

Regresa a mis brazos... ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora